Moncloa maniobra para culminar la batalla en Cataluña y evitar un Govern independentistaque radicalice a ERC, uno de los socios de Pedro Sánchez en Madrid, por la presión de Junts. El equipo del presidente ha desplegado una operación política implicando a grandes empresarios catalanes para convencer a Oriol Junqueras.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los contactos, Moncloa se está preparando para unas semanas de“duras negociaciones” de cara a la investidura en el Parlament, prevista para finales de marzo, y ha decidido “echar mano” de grandes empresarios para hacer frente de manera conjunta al periodo que se avecina.

Una operación de Moncloa

La amenaza de un Gobierno independentista radical, unida a la necesaria labor para la recuperación económica de Cataluña tras la pandemia (que supone el 20% del PIB español), ha llevado al equipo de Pedro Sánchez a establecer “contactos al más alto nivel” con presidentes y consejeros delegados de grandes compañías catalanas.

Unas gestiones que dirigen personalmente el propio presidente del Gobierno y su jefe de gabinete, Iván Redondo. Hay que recordar que la mano derecha de Sánchez se ha volcado intensamente en la campaña del candidato del PSC, Salvador Illa, que resultó vencedor en las elecciones autonómicas del pasado domingo.

Contactos con Naturgy, Caixabank…

En el equipo del presidente tienen claro que “la legislatura se va a jugar en Cataluña”. Por eso han decidido recurrir a grandes ejecutivos con mando en Barcelona, conscientes de sus buenas relaciones con Oriol Junqueras. Aseguran que es el líder de ERC, y no el candidato Pere Aragonès, el que está llevando “de verdad” las negociaciones.

Uno de los grandes empresarios contactados, que citan las fuentes consultadas por ECD, es Francisco Reynés, presidente de Naturgy.

Explican que la relación del Gobierno con el primer ejecutivo de la energética se ha intensificado tras la OPA del fondo australiano IFM sobre la energética, que ha obligado a ambas partes a mantener una interlocución fluida en los últimos días porque la operación requiere de la autorización del Consejo de Ministros.

Entre los interlocutores relevantes también se cita a los máximos ejecutivos de CaixaBank y a la cúpula de la patronal catalana, Foment del Treball, presidida por Josep Sánchez Llibre.

En el entorno de Sánchez Llibre aseguran a ECD que el empresariado catalán es favorable a que se abra la posibilidad de un acuerdo para resolver el conflicto entre Cataluña y el resto de España con una negociación entre los que van a gobernar tras las elecciones catalanas, Esquerra, y el que ganó las del Estado, el PSOE.

Un Gobierno ERC-Podemos

Con este mar de fondo, el mensaje principal que Moncloa ha planteado a los empresarios para que hagan llegar a Junqueras va en la misma línea.

De la misma forma que Esquerra da apoyo desde fuera a PSOE y Podemos en el Gobierno de España, los socialistas se abren a hacer lo propio en Cataluña para un ejecutivo autonómico de ERC y los de Pablo Iglesias.

El Ejecutivo central defiende también dar paso a “una nueva era” donde primen las políticas de izquierdas para superar la crisis tras la pandemia. Destacan que el nuevo Govern no debe limitarse a “la lucha nacional” y tiene que dar importancia a aspectos, como la sanidad, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, y el medio ambiente.

Convencer a Oriol Junqueras

En el PSOE recuerdan que el vencedor de los comicios ha sido el candidato socialista, Salvador Illa, pero se ve obligado a transitar la misma senda que Inés Arrimadas en 2017, ya que no cuenta con suficientes apoyos para instalarse en la Generalitat, con una diferencia: el ex ministro de Sanidad sí lo intentará.

Del otro lado, el candidato de ERC, Pere Aragonès, lo tiene todo de cara para ser el próximo president de la Generalitat.

Pese a ello, los planes de Esquerra topan con un doble muro. Primero, la oposición de los ‘comunes’ a implicarse en cualquier fórmula en la que pueda estar Junts con la sombra de Carles Puigdemont. Y segundo, la exigencia de Laura Borràs de que el Govern sólo sea independentista, lo que veta a Podemos y sólo suma a la CUP.

El PSC ofrece una salida a ERC

En Moncloa y en el PCS no ven descabellado que, si sale adelante un pacto del separatismo para continuar en la Generalitat, el Govern resultante nazca con fecha de caducidad por la dinámica de desavenencias internas. Habría elecciones en un año.

Un escenario que también teme ERC, que se resiste a reeditar la fórmula que llevó al fracaso la anterior legislatura. Se arriesga a un nuevo naufragio. De ahí que los socialistas aporten esta solución auspiciada por la gran empresa catalana: el apoyo externo a su Gobierno con En Comú Podem.

Premiado el diálogo con Madrid

Otro de los argumentos que el Gobierno ha aportado a los empresarios es que ERC debe tener en cuenta que “los catalanes han premiado en las urnas su diálogo con Madrid”, lo que se ha traducido en que, por primera vez, los republicanos han logrado superar a la lista de Puigdemont, que rechaza la mesa de diálogo Moncloa-Generalitat.

Hasta ahora, Esquerra ha apostado por un entendimiento que ha reforzado además la gobernabilidad de Pedro Sánchez. Sin embargo, consumar un Ejecutivo con JxCat y la CUP le obligaría a radicalizar su posición para atender las exigencias de sus socios. Perdería apoyo ciudadano.

El indulto a los presos del ‘procés’

En este planteamiento también se incluye un elemento que solo está en manos de Moncloa: los indultos a los presos del ‘procés’.

Antes de las elecciones catalanas, las señales que emitía el Gobierno era que se iban a conceder. Y probablemente sea así porque se va a presentar públicamente como un gesto a favor de la “reconciliación de la sociedad catalana”. Un mensaje en el que Illa ha comenzado a insistir tras el 14-F. Es una de las bazas que se guarda para convencer a Oriol Junqueras.
 
 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL