Pedir que se aplique La Ley de Memoria Histórica para  que todas aquellas personas que fueron vilmente asesinadas y arrojadas, sin señalar y sin identificar, a cunetas o a hondonadas,  tengan una sepultura digna cerca de sus familiares es traer  recuerdos perversos, ya olvidados, que solamente conseguiría enfrentamientos entre los españoles. Escribir información de forma incompleta o dejando a un lado acontecimientos íntimamente ligados a lo denunciado  es falsear la verdad. Eso es lo que hace la carta  ¿Dónde está el oro?, identificada, por cierto, sólo con las iniciales M.D.M. y publicada por la Voz de Mazarrón el pasado día 5 de octubre.

El 12 de julio de 1936 fue asesinado, presuntamente, por pistoleros de extrema derecha el teniente de la Guardia de Asalto, don José Castillo, asesinato que no justificamos y que condenamos. Horas después  un grupo, presuntamente de exaltados de la Guardia de Asalto, asesinaron al Líder de Renovación Española, don José Calvo Sotelo, asesinato que no justificamos y que condenamos. 

España, El Estado Español, La República Española, necesitaba realizar gastos en el exterior, sobre todo, en la compra de material de guerra, y para ello tenía que disponer de los recursos económicos necesarios. Ante eso las autoridades decidieron usar las reservas disponibles en el Banco de España. Hay que señalar que tanto Francia como Inglaterra, naciones democráticas, se apartaron drásticamente de sus obligaciones de amparar y defender La República Española, solamente quedó Rusia como suministradora del material bélico, imprescindible para continuar la guerra. No nos extrañe, pues, que la mayor parte del oro español fuese  a Rusia como pago de las compras.

Otra cosa es que no digamos nada del dinero utilizado por “El Ejercito Salvador”. Aquí todo fue normal, posiblemente el dinero, como los aviones que bombardearon Guernica, vino del cielo Pero sería bueno recordar las ayudas que recibió el general rebelde por los capitalistas y los terratenientes españoles y de los  gobiernos fascistas de Mussolini y nazis de Hitler. Todo esto tuvo que ser compensado de alguna manera, siendo muy ilustrativo a este respecto, entre otras cosas,  las compensaciones en minerales, sobre todo de wolframio a Alemania

Igualmente ocurre con la carta El oro de España, no de Rusia, de don Miguel G.R, que aparece en la Voz de Mazarrón de este 19 de octubre, seguramente  escrita en apoyo de la tesis primera. Dice don Miguel que para saber de forma objetiva del asunto “habrá que esperar  a la Comisión de la Verdad que interpreta directamente con arreglo a la Ley de memoria histórica”. Pero eso no es óbice para dar su opinión de la cuestión  y lo hace de forma subjetiva, mezclando hechos y casos que no tienen que ver nada con lo que expone, como es  la mención del sanguinario Stalin,  o deformando la verdad con el Servicio de Evacuación  de los Republicanos, que ayudó a que muchos españoles  pudieran seguir con vida, desgraciadamente todos sabemos lo que les pasó a las miles  de personas que no pudieron salir.

La presencia viva de la República Española era necesaria, primero, para ayudar en lo posible a los miles de exiliados españoles y, en segundo lugar, a seguir trabajando en la consecución de volver a establecer un gobierno democrático en España. 

Que algunas de las personas aprovecharan esos recursos para fines personales puede ser, pero la integridad personal de cada uno de ellos, demostrada a lo largo de su trayectoria, tanto política como profesional, hace imposible pensar en cualquier ilícita desviación económica. 

Si don Rafael Méndez Martínez  es uno de los citados estamos obligados, aunque sea brevemente, a comentar su biografía. Natural de Lorca, afiliado al Partido Socialista, ocupando diversos cargos siempre acompañando a don Juan Negrín de quien era íntimo amigo. Fue Secretario de Hacienda, Director General de Carabineros, Subsecretario de Gobernación y  Cónsul en Perpiñán al final de la Guerra Civil. Fue un inminente médico investigador, destacando como cardiólogo en la rama de farmacología, ocupando cargos muy relevantes en México, país que lo acogió en su exilio y que también le concedió importantes galardones. En España fue condecorado por el Rey don Juan Carlos en 1981 con la Gran Cruz del Mérito Civil, investido en 1982 Doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia, nombrado hijo predilecto de Lorca en 1983 y, finalmente, en 1990 inauguró el Hospital de Lorca que lleva su nombre.   

Por último, rechazar los calificativos y los insultos  que de forma graciosa esparcen, qué casualidad, por el espectro socialista, diciendo, en cambio, que la lucha que mantuvieron    durante toda sus vidas estas personas fue hacer una España más justa, más igualitaria, más solidaria y más Libre; amén de construir un país más próspero.

Muchas Gracias, señor director, por la publicación

 

«COLECTIVO OPINIÓN PÚBLICA»