El presidente del Gobierno,Pedro Sánchez, ha firmado el Real Decreto de disolución de las Cortes y de convocatoria de las elecciones generales para el 28 de abril. Fuentes del Ejecutivo han informado de que Sánchez ha firmado este decreto antes de desplazarse a Granada, donde clausura unas jornadas sobre I+D+i.

El Real Decreto será firmado por el rey este mismo lunes y se publicará el martes en el Boletín Oficial del Estado.

El día 12 de abril arranca la campaña electoral de las generales. Se extenderá hasta el día 26, con el sábado 27 como jornada de reflexión y el domingo 28 como día de votación. La campaña se celebrará, por primera vez en democracia, en plena Semana Santa (Jueves Santo y Viernes Santo son el 18 y 19 de abril) y con media España de vacaciones.

En el real decreto que se publicará mañana se hará constar también el día y hora de las sesiones constitutivas del Congreso y el Senado. En este último caso el presidente dispone de cierta flexibilidad ya que el artículo 68.6 de la Constitución establece que las Cortes tendrán que constituirse «dentro» de los 25 días siguientes a la fecha de las elecciones. Si Sánchez apurara este plazo al máximo, el nuevo Parlamento se constituiría el 23 de mayo, tres días antes de las elecciones locales, autonómicas (en 13 comunidades) y europeas del 26 de mayo, y justo al final de la campaña electoral para estos comicios, la segunda que vivirán los ciudadanos en menos de dos meses.

La campaña para esta nueva cita con las urnas se celebrará entre el 10 y el 24 de mayo, un periodo durante el que los partidos políticos deberían estar avanzando en las negociaciones para la investidura de un nuevo presidente del Gobierno, algo que no parece probable. 

Además, la investidura del nuevo presidente, aunque las consultas del rey se demorasen lo mínimo imprescindible, no se produciría hasta después de ese superdomingo electoral de mayo, un dato que confirma que España llegará a las elecciones del 26 de mayo sin Gobierno.

La Diputación permanente toma el mando en el Congreso

El Congreso cerró sus puertas este jueves a la conclusión del pleno como señal del fin de la legislatura. Pero eso no significa que durante los más de dos meses que tarde en constituirse la nueva Cámara conforme a los resultados de las elecciones del 28 de abril, desaparezca por completo una de las instituciones fundamentales en la democracia española. En realidad, el legislativo pasa a una especie de estado de hibernación en el que una pequeña representación proporcional de los diputados tienen la responsabilidad de permanecer alerta por si acaso fuese necesario tomar alguna medida de urgencia. A este grupo de representantes políticos que conforman una suerte de hemiciclo en miniatura se le conoce como Diputación Permanente