La Iglesia católica ha recaudado con la casilla del IRPF más que nunca (256 millones de euros) porque mantiene el histórico fervor de los contribuyentes más ricos. Pero ha recibido un serio aviso: han desertado 234.768 declarantes de las rentas más bajas. Los observadores apuntan que los desertores aumentarán en la declaración que se inicia estos días tras el apoyo al ‘procés‘ en Cataluña. También allí se ha notado la crisis en la fe religiosa y los beneficiarios católicos, apenas un 19,2%, repiten liderazgo en racanería.

Las cuentas de la institución revelan que ha ganado 23.672 equis de rentas superiores a los 30.000 euros (ingresos de más 2.200 euros al mes), pero han desaparecido varios miles de estos benefactores en Aragón, Asturias y Guipúzcoa. El descenso en esta provincia vasca, con fuerte tendencia nacionalista, la sitúa también a la cola de los declarantes que marcaron la casilla eclesiástica.

“La Iglesia ha jugado con fuego por su postura ante la crisis catalana y la línea de sus medios (TV13 y COPE). El apoyo inequívoco al independentismo le pasará mayor factura”, asegura Luis González, sociólogo de la Universidad Complutense. De manera muy similar, “recibirá el castigo ciudadano en la Renta del 2017”, se pronuncian dos tertulianos vetados en los medios eclesiásticos por sus contumaces críticas al ‘procés’ y a la confraternización de la Iglesia.

Policías “guerrilleros”

Los analistas recuerdan el llamativo manifiesto de 300 curas y diáconos de 10 diócesis catalanas a favor del 1-O y a escuchar “las legítimas aspiraciones del pueblo catalán”, la homilía del Abat de Monserrat rechazando la “represión” del Estado, la misa falsa del cura de Vila-Rodona para encubrir un recuento de votos o la calificáción de “guerrilleros” por el obispo de Solsona (Lérida) a los policías y guardias civiles desplegados en la consulta.

Pero, sin duda, la gota que derramó el vaso fue la declaración, que irritó a Rajoy y a otros partidos no nacionalistas, de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española, de la que forman parte tres obispos catalanes, tres días antes del 1-O. Se emplazaba a un “diálogo generoso y honesto” y avisaba al Gobierno de Rajoy con la enrevesada retórica vaticana sobre las «actuaciones irreversibles y graves consecuencias en contra de los derechos de los pueblos y al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica”.

Ayuno cuaresmal separatista

No paran. Una misa por la libertad de los políticos independentistas encarcelados, celebrada el viernes de pasión en el convento de los capuchinos de Sarriá, desató una agria reacción de centenares de contribuyentes en las redes sociales. Estuvo precedida de un ayuno cuaresmal contra la «represión del Estado«.

Coincidía con la entrada en prisión los ex ‘consellers’ Turull, Rull, Romeva y Bassa y la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell. «Que cuenten los obispos con una cruz menos, la mía, para su hucha», comentó Felipe Zaragoza, «católico y practicante», uno de los internautas más moderados.

Con este dinero de la equis se crea un «fondo interdiocesano» y se reparte, cristianamente como no podría ser de otra manera, entre todas las diócesis (incluidas las de Cataluña) para pagar los salarios de los 19.000 sacerdotes y obispos. También se financian el 80% de las actividades, se habilitan parroquias y se universidades privadas y medios de comunicación deficitarios.

 

 

 

FUENTE: ELESPAÑOL