Carolina Bescansa no está dispuesta a echarse a un lado en Podemos, pero tendrá dificultades para mantener un papel activo en el Congreso de los Diputados. Este martes, acudió a la comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP, en la que ejerce como portavoz de Podemos, aunque su papel fue meramente testimonial. La formación decidió que fuesen otros compañeros quienes interrogasen a los dos comparecientes durante la sesión. Txema Guijarro, en el caso de Javier López Madrid, exconsejero de OHL, y Rafa Mayoral, quien no forma parte de este órgano parlamentario, en el del fundador del mismo grupo, Juan Miguel Villar Mir. Una sustitución práctica, a la espera de que sea la propia Bescansa quien por «responsabilidad» devuelva su acta.

La decisión de dejar relegada en un segundo plano a la diputada de origen gallego se produce después de que, este lunes, la ejecutiva del partido evitase tomar medidas disciplinarias contra ella tras la filtración por error de un documento en el que se proponía un plan para asaltar las estructuras del partido y convertirse en candidata de la formación para las elecciones generales. Se buscaba desactivar la tormenta interna, alejar el foco del conflicto en el seno de la formación y dejar el balón en el tejado de Bescansa. «Ni se me pasa por la cabeza dimitir; no veo motivos», contestaba acto seguido ante las cámaras de La Sexta. La primera reacción de la dirección se produjo este mismo martes. Estoica, la diputada se mantuvo en su sitio durante las casi cinco horas de duración de la comisión, mientra que sus compañeros se turnaban para realizar el trabajo que le correspondería.

 

No fue el único cambio que se vivió en el seno del grupo parlamentario de Unidos Podemos durante la jornada de ayer. La portavoz adjunta Ione Belarra tomó las riendas del grupo en la Junta de Portavoces y la posterior rueda de prensa ante los medios de comunicación, en sustitución de Irene Montero. La diputada navarra es a quien corresponderá sustituir a la portavoz, quien anunció públicamente su embarazo a principios de este mes, durante su baja por maternidad. A pesar de ello, Montero sigue asumiendo sus funciones institucionales con normalidad, y se prevé mantener una portavocía coral con las confluencias que integran el grupo confederal. Este mismo miércoles, está previsto que la propia Montero valore los Presupuestos junto al diputado Segundo González y que Alberto Garzón defienda la mayor parte de la enmienda a la totalidad de su grupo.

La portavocía de Bescansa en la comisión de investigación es la única función que le queda, después de que el pasado mes de octubre fuese cesada de este mismo cargo en la comisión constitucional. Entonces fue reemplazada por Irene Montero, quien en su día justificó el cambio porque “se va a empezar a debatir una reforma de la Constitución” y “los miembros de la dirección debían estar ahí». Esta sustitución coincidió con las diferencias internas respecto a la estrategia del partido sobre el conflicto catalán, con Bescansa encabezando las críticas a la línea oficial del partido y reclamando un discurso más centrado en hablar a España que a Cataluña. La diputada puso en entredicho tanto el posicionamiento del partido como el argumentario y las propuestas para resolver el conflicto catalán, centradas en el diálogo para acordar un referéndum pactado.

La confundadora de Podemos carece también de cargos orgánicos en la dirección, una vez que se retiró de la carrera en la asamblea de Vistalegre II tras ensayar una fallida tercera vía entre los dos proyectos encabezados por Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Durante los últimos meses, había comenzado a construir una agenda propia, tratando de tejer sinergias entre la militancia desencantada con el discurso del partido sobre Cataluña y el proyecto territorial que se defiende desde la línea oficial del partido. También buscando acuerdos en distintos territorios con sectores críticos con las direcciones autonómicas, como Baleares, País Vasco y Cantabria, aprovechando sus procesos de primarias.

 

En la dirección del partido ya observaron con cierta desconfianza las formas con que Bescansa trataba de reconstruir su liderazgo y advertían de la necesidad de mantener un discurso unitario frente a las «dificultades» de la actual coyuntura política. En privado, diversos diputados del grupo confederal ya le reprocharon su actitud, exigiendo no abrir brechas ni «regalar guerra a los medios de comunicación que quieren acabar con Podemos». Iglesias, por su parte, reclamaba en aquel momento durante una reunión del grupo parlamentario que, “en los momentos duros, hay que tener altura de miras”. La reconstrucción del liderazgo de la cofundadora de Podemos hizo incluso que su nombre sonase entre los ‘candidatables’ en las primarias municipales que Podemos celebró en Madrid a mediados del pasado mes de diciembre, aunque un acuerdo unitario frenó la competición interna.

Más recientemente, Bescansa criticó sutilmente la posición de su partido en la votación sobre la prisión permanente revisable y levantó la voz para pedir «perdón a las víctimas, a sus familiares, a la sociedad española por no haber sabido tener un debate a la altura de su dignidad». La desconfianza fue ‘in crescendo’ y acabó de estallar con la filtración del denominado documento Bescansa, que iba mucho más allá de lo que cualquiera podría haber imaginado.

Diseñado como una contraoferta al ofrecimiento de Errejón para que fuese su número dos en la candidatura para la Comunidad de Madrid, el documento dibuja un plan en diferentes fases para un reparto de poder, incluyendo puestos, recursos humanos y económicos, y un pacto para unir fuerzas y posteriormente arrebatar el liderazgo de la organización. «Es por todos conocido que mantengo una posición crítica a la actual dirección de Podemos», explicaba pocas horas después Bescansa, quien atribuía el contenido del documento a su equipo. Explicaciones que no acabaron de convencer en la dirección, ya que la diputada carece de equipo de asesores y el rastro del canal de mensajería en el que se publicó por error demuestra que fue enviado desde su propio terminal móvil.

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL