Un paseo por las calas de Bolnuevo, tras los pasos de los piratas a los que venció la Virgen

 

Mazarrón celebra desde el viernes hasta el próximo domingo 19 las Fiestas del Milagro de la Virgen, un acontecimiento sustentado entre la leyenda y la realidad: la iglesia-convento de la Purísima Concepción guarda los jirones de una bandera berberisca y el Archivo Municipal los legajos de las nueve declaraciones de testigos recogidas en el momento y otros en los que un franciscano noveló la hazaña dos siglos después.

Pasado el verano, la tranquilidad se ha vuelto a apoderar de este tramo litoral privilegiado, en el que la costa conserva casi intacta la fisionomía adquirida hace 5 millones de años y el inglés se convierte en lengua ‘oficial’, ya que los turistas extranjeros lo inundan todo. Sus tierras, del almagra al amarillo, pintan un paisaje idílico en el que estos días el mar azul intenso y tranquilo completa un cuadro soñado. Así que, doblar Punta Cueva de Lobos es entrar en un espacio virgen que hoy, desde que este verano las autoridades locales decidieron cerrarlo al tránsito de vehículos a motor, es más idílico que nunca.

Justo a la vuelta de este cabo, que oculta una amplia bahía en el ancho Golfo de Mazarrón, entramos en territorio pirata. Es precisamente en Piedra Mala, pegada al picudo Picacho que se derrite en la orilla del mar, donde, según la historia y la leyenda, desembarcaron los berberiscos la madrugada del 17 de noviembre de 1585. Hace 432 años, cuando las incursiones de las tribus norteafricanas (a una jornada de barco de Mazarrón) eran una constante, unos 500 corsarios recorrieron las dos leguas y media que separan esta costa de la entonces amurallada villa de Mazarrón sin ser vistos, a pesar de la red de torres vigías con que los habitantes de la zona detectaban las invasiones. Inexplicablemente y pese a estar a tan solo unos metros de la población, los piratas huyeron despavoridos dejando tras de sí armas y pendones que les impedían correr como alma que lleva el diablo. El rumor del alboroto que debió de producirse en la huida alertó a un vigía, que ya solo pudo ver siete galeotas gruesas navegando en dirección a Cabo Cope.

Intervención milagrosa

De esta milagrosa huida que evitó el saqueo y secuestro a los que los mazarroneros estaban habituados, y del hallazgo de las huellas que los berberiscos dejaron tanto en su incursión como en el escape surgen las fiestas que estos días devuelven el revuelo a la tranquila localidad de Bolnuevo. Un acontecimiento que se atribuyó a la intervención milagrosa de la Purísima Concepción, que, como cuentan los documentos históricos, horas después hizo manar aceite de su lámpara encendida milagrosamente y de cuya imagen brotó el sudor. Transmitida de generación en generación, la historia ha ido adornándose de elementos legendarios que hablan de cómo una luminosa doncella asustó a los piratas, cómo las azucenas de mar crecieron por donde la Virgen pisó…, y han alimentado la tradición de una procesión que se inició en ese 1585 y que ha desaparecido y aparecido a lo largo de los siglos hasta que en 1945 se volvió a instaurar.

Hoy, les propongo que sigan el camino que en su huida trazaron los invasores. Pueden acudir a ver la iglesia-convento de La Purísima, donde se guarda el pendón del Milagro, con inscripciones en árabe en las que se pueden todavía leer trozos del Corán, así como observar las pinturas del camarín de la Virgen, decoradas durante la ampliación del templo que realizaron los franciscanos en el siglo XVIII, visitar el Castillo de los Vélez (los marqueses de los Vélez y Villena iniciaron la explotación de los depósitos de alumbre que hicieron crecer la localidad) o las torres vigías desde las que se controlaban las invasiones piratas, como la del Molinete o la Torre del Caballo, donde este fin de semana y el próximo se organizan rutas guiadas y teatralizadas, en inglés y castellano, para conocer la leyenda del Milagro.

Aunque el día grande de las fiestas es el domingo 19, con la procesión, en la que participan miles de romeros, y la sardinada a pie de playa, visitar este fin de semana Bolnuevo permitirá hacerlo con mayor tranquilidad. Dejen el coche junto a la playa o Las Gredas y cojan el camino que sube hacia la urbanización Puntabela para bajar luego hasta la playa del Rincón. El itinerario señalizado, vallado y restringido al tráfico, está ahora repleto de cicloturistas y senderistas que dominan la lengua de Shakespeare y saben que, en nuestra latitud, el otoño es más bien una primavera y que un baño en noviembre en el mar es una posibilidad refrescante y placentera.

Aprovéchenla y, ya de vuelta, recorran la ruta de la tapa que, también con motivo de las fiestas, estará en marcha hasta el 19 de noviembre; nueve propuestas diferentes que, acompañadas de bebida, les saldrán por 2,5 euros cada una.

Y si deciden repetir el día de la romería, recuerden que, desde Bolnuevo, habrá autobús gratuito a las 6.30, 7 y 8 horas, para sumarse a los feligreses locales y ganarse la sardinada a pie de playa con la que a mediodía se remata esta celebración con fundamento histórico.

 

 

 

FUENTE: LAVERDAD