El Partido Popular tiene bien asumido que no ganará estas elecciones. Los socialistas aparecen líderes en todos los sondeos y parece que, finalmente, así será. Salvo un vuelco inesperado, Pedro Sánchez, por vez primera en su vida, ganará unas elecciones. A tres semanas de la consulta, el horizonte aparece incierto. La clave es qué pasará con Vox y hasta dónde se derrumbará Podemos. Ambos elementos pueden dibujar el color del futuro gobierno.

El equipo de Casado dibuja diversos escenarios que pueden emerger en la noche del 28-A. Algunos, optimistas, al estilo andaluz. Gran sorpresa y se alcanza la Moncloa. Otros, llenos de dudas. Y, finalmente, hay algunos factores, algunos elementos que pueden amargarle la velada al PP en general y a su líder, en particular. He aquí los fantasmas que recorren Génova.

El PSOE cabalga por encima de los 130 escaños

En algunas encuestas, y no solo en las del CIS de Tezanos, aventuran una victoria arrolladora del PSOE, un triunfo arrollador, un paseo militar que le situaría por encima de los 130 escaños. Una barbaridad. Un salto olímpico, desde sus 84 actuales. De ser así, Sánchez tendría a su alcance el repetir en la Moncloa. Tan sólo precisaría que Podemos no baje de 30 y luego sumaría los escaños independentistas catalanes y vascos. Otra vez Frankenstein llama a la puerta. En el PP dan por hecho que los socialistas no alcanzarán este resultado. ‘No llegará a 120’, aseguran algunos asesores de Casado.

El PP no pasa de 80 y luego pierde Madrid

El peor de los escenarios posibles. Casado necesita rozar el centenar de escaños para que su apuesta resulte creíble. Quedarse en torno a 90 no sería un desastre. Bajar de 80, podría resultar catastrófico, salvo que, por una carambla al estilo andaluz, el resto de las formaciones del centroderecha logren sumar lo suficiente para una investidura.

Si, además, el PP no logra retener el gobierno dela Comunidad de Madrid en la cita del 26-M, el estropicio sería redondo. Y, entonces, el horizonte político de Pablo Casado estaría en el alambre. Madrid es un símbolo, es el gobierno que, desde los tiempos del socialista Leguina, ha estado siempre bajo la batura de los populares. En este escenario, habría revuelta interna. Y quizás, Núñez Feijóo asomaría su silueta desde el rincón gallego.

El sorpaso de Vox

Se trata de una posibilidad tan lejana como casi imposible. No todos lo descartan. En el cuartel general de Vox hay sondeos que así lo anunciaban. Al menos, hasta hace unos días. Quizás en estos momentos la euforia se ha contenido en torno a Santiago Abascal. Este sábado, en la Cubierta de Leganés, se podrá palpar el pulso de esta formación que, en cualquier caso, es la única que suele crecer en las encuestas.

Parece que su vertiginoso crecimiento se ha frenado, que tras el espectacular descorche, la espuma del champán empieza a diluirse. El PP no cree que ni por asomo pudiera darse tan posibilidad. No obstante, va insistir hasta el final en su mensaje de que «más Vox es más Sánchez» para convencer a los dubitativos.

Ciudadanos se pierde en el subsótano

Albert Rivera no es un corredor de fondo. No se le da la larga distancia. Sus campañas electorales renquean siempre en el tramo final. Ante este 28-A, la campaña propiamente no ha arrancado y el partido naranja ya empieza a dar muestras de fatiga. Los estudios demoscópicos le retratan estancado o en retroceso. Su estrategia de cerrarse la puerta a pactar con el PSOE, de momento, le está costando apoyos. Seguramente los recuperá.

El PP necesita que Ciudadanos supere la línea de los 50 escaños. Que se quede en torno a 60. Podría así soñar con repetir el pacto a la andaluza, en el caso de Vox redondee el resultado y se avenga a alcanzar algún acuerdo. Que lo haría. Inés Arrimadas es uno de sus activos más potentes. Y está en plena forma. La líder catalana, suma. Otros refuerzos o fichajes que ha consumado Rivera, quizás resten. Su campaña está resultando desigual. Tiene tiempo para que se recupere. Sería la gran noticia para Casado.

 

 

FUENTE: VOZPOPULI