DECLARACIONES DEL HISTORIADOR STANLEY PAYNE A HISTORIA DE IBERIA VIEJA
El historiador mundialmente conocido por sus estudios sobre España y sus pueblos ha hecho unas interesantes declaraciones a la revista monográfica «HISTORIA DE IBERIA VIEJA con motivo de la publicación de su último libro de análisis y reflexiones sobre nuestro país que con el titulo de «EN DEFENSA DE ESPAÑA» trata de explicar las cuestiones más candentes de nuestra historia y de la actualidad, a nuestro compañero ALBERTO FRUTOS. Stanley, y Gabriel Jackson, durante muchos años, desde los pasados cincuenta, nos han abierto los apetitos por la vida contemporánea española. Este catedrático, ahora ya emérito de 83 años, de la Universidad de Wisconsin Madison, ha ganado el Premio ESPASA precisamente por este libro que vio la luz hace meses, en el que trata de desmontar nuestros mitos y leyendas negras, leyendas que se amplian nuevamente con motivo del estado de rebelión en Cataluña, que viene erosionando la MARCA ESPAÑA lesionando los altos intereses económicos de los catalanes y del resto de los españoles. Lo explica pasando de puntillas, pero se le entiende. Y sus reflexiones sobre la guerra civil y el franquismo.
Naturalmente que hemos leído el libro que sin ser extenso es meticuloso, y polémico desde la primera a la última página.
A la pregunta de si se pudo haber evitado la guerra civil Payne afirma que seguramente:» Sí, yo siempre he creido que hubiera sido posible evitar la Guerra Civil, aunque con muchas dificultades. Para empezar se hubiera necesitado otra clase de liderazgo en la República. Que Alcalá Zamora (derecha republicana) no se hubiera dedicado tanto a sus intereses particulares y, con sentido de Estado hubiera apostado por la defensa de las instituciones. Y podríamos hablar de otros, sin duda» (igual que siempre, amigos lectores).
Y continúa sus declaraciones diciendo: «El republicanismo de izquierdas tendría que haber sido más moderado, pero el sectarismo y el personalismo eran tan fuertes en esa época, que la Guerra Civil llegó a ser inevitable, aunque no adquirió esa condición hasta el final, entre el 13 y el 15 de julio. Todavía unos días antes del levantamiento habría sido posible cortar el proceso con la dosis justa de anticipación, y si parte del Gobierno hubiera tomado una serie de medidas para fomentar la convivencia o se hubiera comprometido a reconocer a sus oponentes el simple derecho a vivir. No quisieron. Porf otra parte creían que el ejército era un «tigre de papel «, y que cualquier rebelión sería débil y fácil de aplastar, por lo que la victoria conduciría a una mayor expansión del poder del Gobierno republicano.También se equivocaron».

El historiador norteamericano responde que la TRANSICIÓN fué un éxito casi total, ya que cambió completamente la visión exterior sobre España y el pueblo español. Buscaba el consenso de TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS y en ese sentido fue modélica. «Su gran error fue el arreglo del Estado de las Autonomías». Apostillamos que lo nunca visto en naciones con sentido de Estado. Lo de España es diferente, no es un lapsus lingue. Tenemos dolorosa experiencia.
Nuestro compañero Alberto Frutos le interroga, probablemente con alguna ironía, que si tiene la sensación de que los españoles estamos siendo ingratos con la figura del rey emérito JUAN CARLOS. Contesta:»Ha habido dos Juan Carlos. El Juan Carlos valiente de la Transición , y el Juan Carlos de los años posteriores, con una figura pública empequeñecida por sus devaneos personales, la corrupción, su vida sexual… Sin embargo, no hay que olvidar a ese primer Juan Carlos que trajo la Democracia. Ese es el importante. El rey secundario es una figura criticable por los errores de su vida personal, pero el legado del monarca está garantizado».
Naturalmente el periodista no podia dejar a un lado la imagen y la figura del rey Felipe VI que en los momentos actuales pasa por el complicado trance del «process» catalán muy parecido a un golpe civil o un complot multiplicador de nefastas consecuencias para el futuro de la región catalana, a la que según Azaña, ex presidente de la República, es necesario bombardear cada cincuenta años. Rajoy se ha negado hasta ayer.
Cuando empezó a reinar don Felipe, no estaba claro que pudiera remontar la situación de la Monarquía, que atravesaba un momento muy complicado, al igual que en los años inmediatamente posteriores a la Transición. Con la crisis actual su imagen y su papel han llegado a ser muy relevantes, porque ha encontrado su misión, que no era otra que la de ser el Rey de la Constitución y de la Unidad de España. No es una misión baladí, como es notorio.
Esta es la parte débil. A pesar de la imagen que proyectan los españoles de ser un pueblo convulso, radical y levantisco, aunque la verdad es que el español es BASTANTE MANSO. Tiene que pertenecer a una grey, a un rebaño. Se forman sectas políticas, y el sectarismo siempre crea problemas. En España,salvo en la época de Felipe González, que ejerció un SOCIALISMO CONSTRUCTIVO, a la izquierda la ha movido siempre la voluntad de desprestigiar a los líderes de la sociedad y, si se forman corrientes de opinión sectarias, no faltarán quienes las sigan. La España actual es la de un país fragmentado. Felipe VI no lo tiene fácil. El Siglo XXI no va a ser un siglo benévolo para esta histórica nación, aunque se sienta vinculada al resto de Europa.
