ASÍ ME PARECE
La detención de Puigdemont el pasado domingo en una carretera del norte de Alemania, ha desatado de nuevo la ira y el histerismo de los separatistas. Se está alterando el orden público mediante cortes de carreteras. En el Parlament brilla otra vez la obcecación y el fanatismo independentista. Y la gente, en Cataluña, pero también en el resto de España, se pregunta: ¿Cuándo acabará todo esto? ¿Cómo podríamos terminar con el desafío separatista?.
En la mitología griega, la hidra era una serpiente monstruosa, de siete cabezas y de aliento mortal. Habitaba en las zonas pantanosas de Lerna, en Argólida. Euristeo encargó a Hércules que acabase con el monstruo. Pero cuando Hércules le cortaba una cabeza, en su lugar brotaban dos. Tras agotadora lucha, después de ir quemando las cabezas a medida que las cortaba, Hércules pudo acabar con el monstruo. ¿Será el separatismo catalán como la hidra de Lerna? ¿Le nacen dos cabezas por cada una que se corta? ¿Cuándo acabaremos con el monstruo cuyo aliento ha dividido y enfrentado a la sociedad catalana y ha originado la más grave crisis constitucional de la historia de nuestra democracia?.
En mi opinión, y a diferencia de lo ocurrido en el relato mitológico, para acabar con las siete cabezas de la hidra separatista, no necesitaremos emplear la fuerza, sino la inteligencia: primero, para identificar las causas de la actual estallido separatista; y, a continuación, con prudencia y moderación, pero con firmeza y sin titubeos, aplicar los remedios pertinentes, sabiendo que la razón, la Historia y el Derecho nos apoyan. ¿Y cuáles son esas siete cabezas, esas siete causas que hay que abordar?:
1.- La primera, las minorías políticas corruptas. Por las investigaciones recientes de la Guardia Civil, hemos sabido ahora que fue en 2012 cuando los separatistas acordaron la “hoja de ruta” que nos ha llevado a la actual situación. En aquellas fechas ya se sabía que varios dirigentes de Convergencia iban a ser procesados, y seguramente encarcelados, por corrupción en los numerosos supuestos del 3%, en el caso Palau de la Música, en el de las ITV, y otros más. Y en 2012 ya se sabía que envolverse en la bandera catalana, y decir que al ser ellos investigados por corruptos se estaba atacando a toda Cataluña, no les garantizaba en absoluto la impunidad. En esta coyuntura, se acordó caminar hacia la independencia de la República Catalana. No les importaba que esto necesariamente implicase incurrir en delitos de sedición y rebelión. Si salían las cosas mal, preferían ser procesados como “patriotas” que como chorizos del 3%. ¿Cómo atajar esta causa de la actual movilización separatista?. En mi opinión, demostrando su inutilidad y su fracaso. Pese a su huida hacia adelante, los responsables de corrupciones no van a eludir las condenas y la cárcel.
2.- La segunda causa es la fanatización de las masas, a las que se les manipula con mentiras y tergiversaciones de toda índole. El más eficaz de los instrumentos manipuladores es la televisión y la radio de titularidad pública catalana. Incluso cuando ya no se esté aplicando el 155, habría que abordar este asunto No podemos permanecer impasibles ante tanta manipulación y tanta mentira.
3.- La difusión de la cultura nacionalista excluyente. Cada uno puede expresar las ideas y opiniones que quiera. Pero no debemos seguir permitiendo que con dinero público de todos los españoles se difundan en Cataluña unas ideas nacionalistas identitarias y excluyentes, que discriminan y humillan todo lo español, sea el idioma, sea cualquier otra expresión cultural. Cuarenta años después tendremos que darles la razón a quienes en el debate parlamentario del proyecto de Constitución se oponían a que la cultura quedase en manos de las comunidades autónomas.
4.- La educación en el odio a España. Esta causa se viene denunciando desde hace años. Pero recientemente se ha manifestado de forma ostentosa, hasta el punto de que algunos docentes están siendo investigados judicialmente por ello. No seamos timoratos: si queremos tener futuro, reformemos la Constitución para que la educación sea competencia exclusiva del Estado español.
5.- Los agravios imaginados. España no roba a Cataluña. Quienes han robado a Cataluña han sido algunos de sus propios dirigentes separatistas. Demostremos la verdad sobre las balanzas fiscales. Empleemos todos los medios de comunicación posibles para acabar con estas patrañas, con las que se envenena a muchos no dotados de suficiente sentido crítico.
6.- El sistema electoral que favorece a los nacionalismos periféricos, y les otorga una capacidad de influencia excesiva en el Gobierno de la nación, que siempre han usado en su propio provecho. Hay que reformar el sistema electoral, para que cada uno tenga en el Congreso los escaños que le correspondan en proporción a los votos obtenidos a nivel estatal.
7.- Y el miedo a no estar con los que van a ganar. Muchos que dicen que apoyan a los separatistas, dejarán de hacerlo cuando se convenzan de que el separatismo es una causa perdida, y que irremisiblemente va a ser derrotado. Muchos más de los que imaginamos no querrán estar con los perdedores. Hay que convencerles de que en este enfrentamiento va a ganar España.
Seguramente no será suficiente con abordar estas siete causas. Pero el magistrado Pablo Llarena no es Hércules. No podemos quedarnos a esperar que lo resuelva todo.