JUSTICIA SIN PRIVILEGIOS
Hemos leído unas declaraciones del conocido historiador Stanley G. Payne en las que explica que los antropólogos han sacado unas interesantes conclusiones tras unos estudios sobre el carácter de los españoles y la conocida leyenda negra que nos viene acompañando desde la trágica guerra de los ochenta años, cuando a Felipe II se le ocurrió la religiosa idea de combatir a muerte a los flamencos, qué casualidad me suena ahora mismo cuando escribo este comentario con el propósito de convertir a los luteranos en fieles católicos y admiradores del Vaticano, que precisamente su padre Carlos I arrasó, cuando el santo padre se alió con Francia. Esas conclusiones, una batería de virtudes y defectos, pero destacando entre ellas el factor MAS. Es decir somos los más valientes, los más cobardes, los más fuertes, los más machos, etc… etc…

El tema es el de la Justicia. Andábamos dándole, con toda la razón, collejas a los jueces y fiscales, no como profesionales sino como funcionarios de una Administración lenta ,opaca y anacrónica, y resulta que las criticas empezaron a dar fuerza hace algo más de uno o dos años y ha recuperado algo de su imagen deteriorada para dar unos pasos adelante.
Jueces y fiscales fueron culpados de su debilidad justiciera por los nuevos partidos y los medios de comunicación, y les llamaban casta. Pero resulta que cuando el Estado del Derecho actúa rectamente con los presuntos delincuentes políticos, se dedican a desprestigiarlos estos cantamañanas que forman parte de la vida política catalana, quizás sugiriendo que hay españoles de primera y segunda. Los privilegiados y aforados de sueldos escandalosos que en el PAÍS CATALÁN son exorbitantes, los políticos. Los españoles de a pie, entramos en el cupo de segunda división. Ellos, nuestros señoritos, roban los que roben, devuelven si lo hacen la pasta que se han llevado, si es que la devuelven, y aquí no ha pasado nada. Res de res. Pero si usted roba en un supermercado, se arrepiente, devuelve el jamón que se ha llevado y pide perdón, usted va directamente al trullo o le ponen una multa de doscientos euros si se pasa de velocidad.

