Francisca Baraza lleva dos semanas al frente de la Mancomunidad

 

El organismo que abastece de agua a 2,5 millones de personas ha cumplido 80 años y desde hace dos semanas tiene al frente a una nueva presidenta, que quiere optimizar más los recursos, reducir el consumo energético con plantas solares y prepararse para el cambio climático, contando «siempre» con los recursos del Trasvase del Tajo.

Francisca Baraza lleva cuarenta años al servicio de la administración pública. Primero como maestra y luego, al estudiar Biología, como funcionaria ligada al Medio Ambiente y a la conservación de la naturaleza, que, dice, es su trabajo y su devoción. Empezó en la Agencia Regional de Medio Ambiente, a finales de los 80, de donde la llamó la ministra socialista Cristina Narbona para que se ocupara durante siete años de la Demarcación de Costas del Estado en la Región. Tras ese paréntesis volvió a la administración regional siempre ligada al Medio Ambiente, unas veces en relación a la diversidad, las areas protegidas y en el diseño y la gestión de la Red Natura 2000, y en los últimos años en evaluación ambiental. Es aguileña «con orgullo», está casada y es madre de una joven de 24 años. Le gusta la montaña y hacer senderismo por la Región que «es un cúmulo de maravillas y de contrastes». Es militante del PSOE desde hace muchos años.

Lleva dos semanas al frente de la Mancomunidad, ¿cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta este organismo?

Ante todo debo decir que me he llevado una grata sorpresa, porque aunque ha estado siempre presente en la Región, no lo conocemos. No podía imaginarme la amplitud de tareas, la complejidad y la cantidad de temas que se gestionan día a día. Son 320 personas perfectamente organizadas en un engranaje cuyo objetivo es no fallar para que el agua llegue a cada uno de los habitantes de los 80 municipios de tres comunidades autónomas que abastece. Además, es un personal muy profesional e integrador, y yo soy de trabajar en equipo.

¿Y qué se puede mejorar de este sistema?

Solo se puede avanzar en la optimización de los recursos de los que se abastece, como los del río Taibilla, del Trasvase Tajo-Segura, de los pozos y de las desaladoras, propias y las de Acuamed. Este ‘mix’ es el que se gestiona de manera conjunta como un sistema único de explotación. A partir de ahí, la idea es diseñar un plan estratégico que permita garantizar el mantenimiento del sistema actual y mejorarlo; minimizar la huella de carbono, porque el consumo energético es muy grande, con el uso de plantas fotovoltaicas en potabilizadoras, zonas de bombeos, etc. Y también hay que trabajar en el marco del cambio climático. Está ahí y hay que integrarlo en la planificación y anticiparnos a problemas futuros.

¿Cómo han previsto hacerlo?

Analizando una serie de posibles escenarios futuros como el incremento de las temperaturas, la reducción de disponibilidad de recursos hídricos… para ver cómo el sistema va respondiendo y después adaptándonos a esa realidad. Es gestionar en base a la variabilidad y al riesgo, y hacer nuestro sistema más flexible, jugando con los recursos que se tengan en cada momento. Y si antes había una red de distribución de canales, habrá que transformarlos en tuberías, que te permiten optimizar mejor los recursos, interconectar mejor las distintas fuentes de agua, etc.

¿Qué papel jugarían en este nuevo escenario los ayuntamientos?

Ahora mismo, los ayuntamientos son nuestros clientes, pero me gustaría que esa relación trascendiera. Que fuera más colaborativa porque no puedo separar mi gestión de la que hacen mis clientes. Y con ello logremos avanzar en una gestión urbana del agua para optimizarla al máximo. Y eso se consigue con un diseño urbanístico en el que se integre el sistema de distribución y gestión del agua: que nuestros edificios logren captar el agua de lluvia, hacer redes separadas… Una gestión diferente que no se centre solo en el ahorro, que también es muy importante. Y el Ministerio para la Transición Ecológica está en esa línea y tendríamos apoyos para abordarlo. El agua es ‘EL’ recurso por excelencia para poder vivir.

¿Pero todo va a tener un coste?

Claro, habrá que hacer análisis económicos de coste/beneficio. Pero la perspectiva de la Mancomunidad es mantener la tarifa actual a medio plazo. No nos planteamos ninguna subida porque se tiene ‘pulmón’ suficiente para mantener el precio estable.

Antes ha hablado de un ‘mix’ o mezcla de agua de distintas fuentes. ¿Qué papel presente y futuro tiene la desalación?

Es un hecho que la desalación ha permitido mantener el sistema del abastecimiento en plena sequía y con el Trasvase cerrado durante once meses. Tenemos cuatro desaladoras propias (dos en San Pedro del Pinatar y otras dos en Alicante) que no dan todo el rendimiento para el que están preparadas porque falta el sistema de distribución y regulación para llegar a todas las áreas de influencia de esas desaladoras. Así que hay que seguir mejorándolo a corto plazo. Y también debemos contar con los recursos de las desaladoras de Acuamed. Es decir, que tal vez tengamos que aumentar la producción a medio plazo para atender y dar seguridad al abastecimiento, lo que es algo asumible. Pero sin olvidarnos del resto de las fuentes. Necesitamos agua del Trasvase y del Taibilla, al menos eso. Sólo se podría declinar el uso de los pozos para dejar esa reserva de los acuíferos para casos muy extraordinarios.

Es decir, y teniendo en cuenta el continuo debate sobre el cierre del Trasvase, que la Mancomunidad no puede eliminar de su sistema el agua del Tajo.

En un escenario de cambio climático, cada vez puede tener más importancia la desalación, pues el Trasvase dependerá de las aportaciones de cabecera, pero el escenario siempre es trabajar con el sistema de explotación conjunto de todas las fuentes. Además, la desalación no llega a todos los sitios: el Noroeste se abastece del Taibilla y la Vega Media del Trasvase. Así hay que ser conscientes del condicionante de que las plantas están en la costa y aunque se puede ampliar su área de influencia, no tiene sentido que lleguen a Moratalla por el consumo energético y el coste económico que supondría. Pero en el Ministerio en absoluto se habla de ‘cerrojazo’ al Trasvase; la idea es mantener el actual sistema de explotación a la vez que se analiza los distintos escenarios en caso de que desciendan las aportaciones por el cambio climático. Y debemos ser responsables y saber que el recurso no es ilimitado, por lo que hay que regular los usos.

Otro de los factores con los que tiene que jugar la Mancomunidad es con la estacionalidad del consumo. ¿Se prevé un aumento de la demanda?

Efectivamente, no es lo mismo el consumo de agua de enero que el del verano. Llegamos a ‘picos’ de hasta 3 millones de personas. Ese es el engranaje que funciona en la Mancomunidad, en el que se integra estas subidas. Ahora estamos inmersos en la planificación para el próximo año, pero, globalmente, nos mantenemos en la misma demanda de entre 192 y 195 hectómetros cúbicos al año, e insisto, contamos con todas las fuentes de recursos.

¿Han surtido efecto la campañas de ahorro en el consumo?

Hace una década, con la crisis, hubo un bajón en el consumo y aunque ahora ha habido un pequeño repunte, la tendencia es hacia la reducción. Y también ayuda que las redes de distribución municipales son más eficientes.

Medio Ambiente

Hablemos del medio ambiente en la Región de Murcia. ¿Cómo ve el panorama?

No se avanza. Es la gran asignatura pendiente. Desde la creación de la Agencia de Medio Ambiente, y luego, a principios de los 90, la aprobación de la Ley de Ordenación del Territorio y Protección de Medio Ambiente, donde se iniciaron los primeros espacios protegidos poco se ha hecho. En política ambiental siempre hemos ido a la zaga a la hora de darle importancia política y administrativa. Lo que se ha hecho ha sido por obligación, para evitar sanciones. No se le da peso en el Consejo de Gobierno y siempre está supeditado a otros intereses. De ahí el deterioro ambiental que tenemos como Portmán, el Mar Menor…

¿Puede arreglarlo la Agencia Regional del Clima y el Medio Ambiente (Arca)?

Buscar fórmulas como la Arca es no querer resolver el problema. Es la administración pública la que tiene que apostar por el tema ambiental, pues hay muchísimos retos y muchas cosas en las que avanzar. La administración regional debe aprovecharse del equipo buenísimo de profesionales que tiene, aunque es muy insuficiente, y a los que no se les saca el rendimiento que se puede porque no interesa. Hay que anticiparse a los retos que nos vienen, como el del cambio climático. Pero para eso hay que creerse el medio ambiente y no verlo como un impedimento, como una traba al desarrollo porque es todo lo contrario.

 

 
FUENTE: LAOPINIONDEMURCIA