C. PUNZÓN
Pedro Sánchez pretende constituir el 20 de junio un Gobierno similar al que ahora está en funciones: monocolor, socialista y que busque acuerdos parlamentarios a derecha e izquierda en función de los asuntos que pretenda sacar adelante. «Tenemos mucha experiencia en llegar a mayorías sin necesitar coaliciones», advirtió ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, marcando la senda que pretende recorrer el aspirante a la reelección socialista para lograr su investidura sin considerar la posibilidad de un bipartito como demanda Pablo Iglesias.
El portazo fue acompañado por el ministro de Fomento en funciones con consideraciones que pueden tensar de entrada las relaciones con Unidas Podemos. Ábalos dio por hecho que aunque el PSOE reclame hacer un Gobierno en solitario por ser la primera fuerza, el entendimiento con Podemos seguirá siendo factible porque es un partido «con el que es fácil llegar a acuerdos», «hay voluntad de entenderse» o que «es lógico pensar que podemos tener acuerdos con carácter programático», encadenó dando por hecho que no les pondrán grandes obstáculos.
Reuniones en la Moncloa
Esa intención se la expondrá Pedro Sánchez a Pablo Iglesias el martes por la tarde en la Moncloa, donde acudirá como último líder en la ronda que el aspirante a la reelección abrirá el lunes con Pablo Casado y proseguirá en la mañana siguiente con Albert Rivera. Ser citado por Sánchez para una toma de contacto en pie de igualdad con los líderes de la derecha, e incluso después de ambos, ha gustado poco al secretario general de Unidas Podemos. «Esperemos que el PSOE no esté negociando una investidura o un Gobierno con la derecha», dijo Iglesias durante los actos del 1 de mayo en Madrid, cuestionándose además por qué el aspirante a la reelección convoca a Casado y Rivera después de que la CEOE y el Banco Santander instasen a los socialistas a pactar un gobierno moderado.
Pese a su reproche, Pablo Iglesias anunció que después de que conozca el contenido de las conversaciones con el PP y Ciudadanos, mostrará su «plena disponibilidad para negociar desde la lealtad un programa de gobierno y el Gobierno» con el PSOE.
«Es imprescindible un gobierno de coalición para que sea estable y de izquierdas», insistió, advirtiendo que de lo contrario los socialistas acordarán con la derecha los asuntos económicos clave. «Vamos a ser una roca para defender a la mayoría social de España que pide acuerdo», concluyó Iglesias.
PP y Cs, planteamiento similar
Y si Unidas Podemos buscará presentarse como el aliado imprescindible del PSOE, Casado y Rivera pugnarán ya en la cita en la Moncloa por ser tratados cada uno como el líder de la oposición. El presidente del PP llevará debajo del brazo propuestas económicas, como la bajada de impuestos, dirección contraria a la que ya avanza el Gobierno en funciones en el Plan de Estabilidad remitido en las últimas horas a Bruselas. Casado también tiene previsto plantear a Pedro Sánchez la adopción de «medidas urgentes para garantizar la convivencia en Cataluña, la cohesión territorial» y pactar con el PP «una estrategia para evitar que los independentistas sigan avanzando en su objetivo de ruptura constitucional».
Pero no será muy diferente el planteamiento con el que acuda Albert Rivera el martes, también reclamando para sí el título de referente de la oposición que considera legitimado por haberse quedado a nueve escaños y 219.423 votos de un PP a la baja. «Le diremos a Sánchez que vamos a liderar la oposición y que haremos una oposición firme y con sentido de Estado», adelantó ayer la dirección de Cs. Pero su planteamiento de fondo para la conversación inicial resultará muy similar al que llevará Casado: un rechazo frontal a la subida de impuestos a las familias de clase media, así como la igualdad de derechos y servicios para todos los españoles independientemente de dónde vivan o de las transferencias que tengan asumidas sus comunidades autónomas.