Además de una nada desdeñable inyección de liquidez para España, los fondos para la reconstrucción amarrados en Bruselas van a ser el ariete que use el Gobierno para vencer las resistencias de los grupos de la oposición -desde el PP a Ciudadanos o ERC- a apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año, cuya confección ya está en marcha.
La ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, lo dejó muy claro ayer, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: «No se entendería que [el acuerdo en la UE] no tuviera como continuidad un proyecto de presupuestos para vehicular esos recursos».
Y fue más allá. «Este no es un presupuesto más, es el de la recuperación», lanzándole la pelota especialmente al PP, del que aseguró está llamado «a jugar un papel fundamental», apoyando las que serían las primeras cuentas del Gobierno, tras dos intentos fallidos que obligaron a prorrogar las del 2018, las últimas del PP y las más longevas de la historia. «El país no puede esperar», aseveró, anunciando que presentarán el proyecto de ley de Presupuestos 2021 «a la mayor brevedad».
Que el acuerdo alcanzado en Bruselas «da oxígeno» -no solo económico, sino también político- a los PGE lo cree también Santiago Carbó, director de estudios financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). «Sin lugar a dudas, puede cambiar la visión de la oposición. Es decir, Europa va a ayudar, así que a lo mejor todos se quieren apuntar ahora a negociar las cuentas», comenta, para matizar que, en cualquier caso, «está por ver, porque aún es temprano para asegurarlo».
«Soy optimista, porque la actitud positiva de Alemania y Francia va a ayudar, al menos, para que aquí se debata», añade Carbó, en una valoración similar a la de Montero, que sostuvo que el acuerdo, «si no allana el camino por completo, sí es determinante» para los PGE, el mecanismo para que los recursos europeos lleguen a la ciudadanía. «Sería como despreciar esa capacidad económica que la UE ha puesto sobre la mesa», insistió, aumentando la presión sobre el PP que, de momento, parece refractario, a diferencia de Cs.
Como primer paso para ganarse voluntades, Pedro Sánchez convocará este mes a los presidentes autonómicos.
