La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha pronunciado en su página de Facebook sobre la investidura de Quim Torra como presidente de la Generalitat. En un texto en la red social, la alcaldesa ha calificado como «profundamente despectivos» e «insultantes» para todos los demócratas los comentarios contra los españoles realizados por Torra en sus tuits y artículos.
La munícipe ha recordado sus propios orígenes: su madre nacida en Soria y sus abuelos paternos, originarios de Huesca. También ha explicado que actualmente su padre vive en Almería y que dos de sus hermanos han nacido en Madrid. «Hablo en castellano con mi madre. Hablo en catalán con mis hijos. Y fueron precisamente mis padres de origen migrante quienes me enseñaron a valorar y defender la escuela catalana y la inmersión lingüística, como un modelo de cohesión social en la diversidad. Esa, que es mi historia, es también la historia de millones de catalanes. Catalunya, afortunadamente, es una tierra mestiza y de acogida. Por eso miles de familias de origen muy diverso vinieron y lo siguen haciendo en busca de oportunidades, y han levantado como el que más este país», ha escrito.
En defensa de una sociedad plural
En esta reflexión, la alcaldesa ha expresado «un profundo rechazo democrático hacia determinadas afirmaciones que menosprecien a alguien por el simple hecho de sentirse, por ejemplo, español o catalán». Y ha lanzado un aviso: «Para mí y para millones de personas es importante saber si alguien que se postula como candidato a la Generalitat piensa que existen catalanes de primera o de segunda en función de donde hayan nacido o de la lengua que hablen. Catalunya es un pueblo diverso y plural y ahí radica su principal riqueza. Determinadas consideraciones suponen un peligro para la cohesión social y son insultantes para millones de catalanes. Pero en general para toda persona demócrata».
Colau ha recordado como durante la época en que fue portavoz de la PAH reocrrió toda España y conoció a muchos «‘españoles’ (a los que algunos se refieren de manera despectiva), quienes se apostaban delante de las casas de familias humildes para evitar que las desahuciaran sin preguntar lo que ponía en su carnet de identidad».