Tras un acto en el Fossar de La Pedrera, en Montjuïc, en memoria del presidente Lluís Companys, asesinado por el régimen de Franco en 1940 —este lunes se cumple el aniversario de su fusilamiento—, Tardà ha recalcado que la posición de ERC es inamovible y que lo ha reiterado «por activa y por pasiva, en público y en privado». A pocos metros de donde yace Companys, el diputado ha refrendado ese compromiso ante el «altar», ha dicho, donde se sacrificaron tantas «esperanzas de personas buenas y demócratas como las que que sufren exilio y prisión. Hemos sufrido mucho: pero nuestro guion es el de la libertad y la democracia. Solo cabe la solución: la absolución», ha dicho para agregar: «Tienen más poder y el monopolio de la violencia sin respetar derechos civiles pero nosotros, la dignidad heredada de los antifascistas».
La ceremonia, que se celebra anualmente, la primera, por tanto, con políticos en prisión, ha exaltado los valores del republicanismo. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y, en buena medida, Gerardo Pisarello, número dos del Ayuntamiento de Barcelona, han establecido comparaciones entre las persecuciones durante la dictadura y la que sufren los líderes independentistas encarcelados. Torra ha comparado a los alcaldes republicanos ejecutados con la cárcel que sufren los exconsejeros por «dar la voz al pueblo» y ha remachado: «No basta con sacar a Franco del Valle de los Caídos. Hay que sacarlo de las estructuras del Estado. Hasta que este país no sea capaz de mirarse al espejo no tirará adelante». Tras el encarcelamiento de independentistas y las denuncias contra artistas o sindicalistas, Pisarello ha criticado también al poder judicial que en «sus esferas más altas, parece no haber cortado los vínculos autoritarios con lo que fue la cultura propia de la dictadura».
Pese a todo, en la ceremonia apenas se ha mencionado la resolución aprobada por el Parlament en la que se censuró a Felipe VI y se calificó a la Monarquía de institución «caduca y antidemocrática». A preguntas de los periodistas sobre la decisión del Gobierno de actuar contra esa medida, Tardà ha avisado a Sánchez de que Cataluña será «su tumba política» si opta por la vía «autoritaria y represiva y no por la democrática». El desencuentro entre Esquerra y La Moncloa no se queda ahí. Tardà ha solicitado también a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que cumpla el compromiso que contrajo con él de anular las sentencias dictadas por el régimen franquista. Según el diputado, se comprometió a tramitarlo después de que los republicanos votaran a favor de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.
El Parlament aprobó por unanimidad derogar esos fallos y el Departamento de Justicia ya expide los certificados para remitirlos a las familias. «Espero que Calvo no cometa la indignidad de su predecesora», ha dicho el diputado recordando que la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega hizo lo propio en 2004 en Montjuïc , pero luego ese requisito no se incorporó a Ley de la Memoria de 2007. «ERC fue el único partido democrático que votó en contra de esa ley. Espero que Calvo no cometa la indignidad de su predecesora». La legislación catalana afecta directamente a los fusilados en Cataluña pero no alcanza, ha dicho Tardà, a los que fueron asesinados fuera de esta comunidad. «Esta ley no alcanza a todos. Y también los miles de antifascistas españoles merecen que su memoria sea reparada».