Afloran traficantes políticos sin ideologías ni programas

Las estadísticas nos ofrecen datos concluyentes para unos. Para otros es el resultado del fracaso de los partidos políticos, sean en el escenario de las democracias o de las dictaduras vacias de contenido. En la lista negra de los graves errores nuestro país, ocupa, entre ciento veinte, el treinta y seis peor valorado, el mismo que entre los más corrompidos, un grupo en el que se integran y se mezclan gobiernos y
Estados de democracias desarrolladas, subdesarrolladas y pobres de solemnidad vergonzosa. En la última encuesta publicada hace dos semanas los españoles creen, en un alto porcentaje, que la Política y los políticos que dirigen a los partidos, confluencias, mareas y asambleas circulares, sus fracasos, es el tercero peor valorado, un mensaje que necesita ser estudiado y sometido a un análisis riguroso y abierto a todos los criterios fundados. Los ciudadanos y los politólogos vienen manifestando con rotundidad que con lo que ha aflorado y aflorará en próximo lustro, la mayoría globalizada insiste en la necesidad de hacer nuevos planteamientos en la búsqueda de soluciones de perfiles sociales, intelectuales, culturales, económicos y de profundidad humana. Ya no nos sirven, ni son útiles y están vacios de contenidos ideológicos anegados por un realativismo creciente. Basta estudiar, observar cuidadosamente, el cóctel caótico, ético y oportunista del Gobierno de Cataluña, como en el resto de España, pueblo a pueblo, formado por individuos de las CUP antisistemas y anticapitalistas, en todo caso la extrema izquierda, haciendo equipo con elementos de la alta burguesia más corrupta de Europa y el apoyo de una izquierda republicana muy diferente, ansiosa de poder, sin embargo. Algo parecido, aunque en tono menor y discreto, a la melé de Castilla La Mancha, un fundido de dos Podemos de colores distintos.


Se puede aumentar el cupo de coaliciones, a modo de sociedades anónimas comerciales, que han engañado a sus electores y militantes.
Como mínimo es un espectáculo deprimente falto de credibilidad y fiabilidad. Nos preguntamos, la mayoría silenciosa, hasta qué punto son capaces de llegar la mayoría de los partidos españoles, incluyendo los nacidos en aldeas. El drama lo tenemos en LA MONCLOA, una trinchera llena de cadáveres políticos y en sus franquicias locales y territoriales, que precisamente no huelen a jazmines aunque vivas en plena huerta murciana o de Valencia. Las ideas han quedado difuminadas en una sociedad carente de valores y principios, con un serio déficit de representación que se ha visto golpeada, también, por una crisis económica y laboral, que ha permitido todo tipo de saqueos que estamos pagando las clases medias y trabajadoras. Las macroeconomías ganan terreno. En cambio a las microeconomías individuales y familiares y otros grupos sociales, no les llega el suficiente oxígeno, subsisten en una situación de precariedad o inmersas en la economía sumergida.
A los partidos, que debieran ser los impulsores de los planes de sus dirigentes incontrolados se les ha ido de las manos una situación que se mantiene estancada, y en donde la igualdad social es pura fábula. Si las diversas crisis que nos atenazan en el mundo libre van para largo, en la dictaduras el problema se resuelve repartiendo miseria y brutalidad represiva. Es cuando se produce una desconexión creciente entre los ciudadanos, los políticos en activo y la responsabilidad moral y unos partidos que funcionan en el exclusivo campo de las elecciones. La democracia se transforma en una PARTITOCRACIA, lobbys, vehiculos de poderes visibles e invisibles a veces de rostro mafioso.

Es más que evidente que el sistema de partidos, tal como los conocemos actualmente – no en todas las naciones, de raíces culturales políticas e ideológicas – no irán lejos, como las organizaciones sindicales españolas subvencionadas por las administraciones.

Desafortunadamente, en España, venimos sufriendo ese inmovilismo, ese estancamiento y esa burocracia mantenida de miles de «liberados», desde las Cortes de Cádiz con sus monarquias absolutas, que si han cambiado desde la Transición. 
Continuo con una anécdota personal que puede llegar a categoria. Alberto Garre, un político murciano cabal, me comentaba cuando los dos eramos diputados regionales, que fuera de la políticas hay otras formas honradas de vivir, pero se necesitan, siendo político o ingeniero de caminos, algunas reglas elementales, como «nunca defender lo indefendible, nunca negar lo innegable y procurar decir la verdad en cualquier contexto y circunstancias».

Lógicamente asumo esos principios y otros más, aunque el servir a nuestros semejantes, que nos han elegido o no, es primordial. Hay mucho camino que recorrer, pero para empezar a limpiar la vida política española es urgente un cambio en la actual Ley Electoral, con listas abiertas y no las que me impogan los amos de los partidos que deben implantar normas de conducta higiénica, como que los presidentes y sus cúpulas no ejerzan como tales durante largos periodos de tiempo.La crisis de los partidos españoles hay que denunciarla, tomar medidas y encontrar una fórmula limpia en la financiación de estas organizaciones que dejan mucho que desear. Y que en la Ley de Enjuiciamiento Criminal los políticos paguen sus errores, incompetencias y abusos.

Los aforamientos los creemos impresentables y hay que erradicarlos para que la Justicia sea igual para todos. Otro dia haremos un análisis
sobre el politizado Poder Judicial, que nadie quiere tocar sinceramente en el Congreso de los Diputados. Contribuiría a ese cambio que necesitan los partidos.
EPÍLOGO. -Observaciones irresistibles. Digo y se dice en la calle. Ningún español debe olvidar que el Estado es la primera Empresa del país, que cobra impuestos a veces mortales de necesidad, como el de Sucesiones, con destino a nuestros aforados de lujo. Que es propiedad de los pobres españoles – catalanes incluidos – y desahuciados. Los políticos, curanderos del pueblo y empleados nuestros. Los partidos, los coros sordos de un Parlamento sin música sinfónica, así como redentores del espiritu nacional. El Gobierno. Los Unos y los
Otros. Cine de ciencia ficción. Las urnas, el cuento de la lechera en versión catalana adquiridas en Venezuela. El Poder Judicial. Silencio, se rueda, pero nadie sabía nada. Ni la infanta. Las feministas ultras. BÉSAME , BÉSAME  MUCHO, COMO LA ÚLTIMA  VEZ, Valverde.

La leal Oposición, como la Marabunta. Pedro Sánchez. Jesuscristo Super Star, y al tercer día subió a los cielos, Pablo. THE END. Murcia. Dodge City.Wanted. Ramón Luis, artista invitado en el papel de Mister Equis. Balsa Yenny, ¡arriba las manos de plomo!. Bromas aparte.

 El punto más oscuro de los partidos es la financiación millonaria que les llega desde diversas fuentes económicas, incluyendo ayuda de países extranjeros que colaboran con el terrorismo internacional. En nuestro país la corrupción ha sido durante décadas motivo de grandes escándalos a pesar de recibir del Estado miles de millones de euros, sin olvidar las donaciones y las comisiones. Estoy convencido de que en otra nación con una justicia en orden, los partidos y sus políticos estarian sentados en los banquillos de los acusados. La Región Murciana ha sido testigo de como se recaudan medios financieros que hasta se han ocultado en los sótanos de algunos chalets de dirigentes políticos. Sí, esta Democracia partitocrática es muy cara y eso se paga muy caro. Sobre financiación pudimos ver anoche lunes una amplia información en una cadena de TV afirmando que el numero tres y cerebro de PODEMOS, Monedero habría recibido más de un millón y medio de dólares del Gobierno Venezolano que dirige el dictador Maduro, un dinero que se ignora en qué será empleado. 

JOSÉ  JUAN CANO VERA