Más de dos meses después de las elecciones catalanas del 21 de diciembre las negociaciones entre Junts per Catalunya y ERC siguen sin ver la luz al final del túnel. La realidad hoy es que siguen habiendo importantes diferencias que enconan la negociación entre los dos partidos independentistas con mayor representación parlamentaria. El principal escollo es el nombre de la primera figura ejecutiva del futuro Govern, la persona que debería pilotar el día a día del Govern de la Generalitat con Carles Puigdemont en Bélgica.
JxCat y ERC están trabajando bajo el paraguas de una fórmula que permita legitimar a Puigdemont –con el denominado Consell de la República y una investidura simbólica en tierras belgas– combinado con un gobierno operativo en Catalunya. Un modelo sobre el que el acuerdo está encarrilado.
En este sentido, esta semana La Vanguardia avanzaba que el expresident proponía que Jordi Sànchez se erigiera como candidato a la presidencia de la Generalitat tras ser investido él de forma simbólica en Bruselas. Una posibilidad que mantendría el embate ante el Estado, dado que el expresidente de la ANC y actual presidente del grupo parlamentario de JxCat sigue en prisión preventiva en Soto del Real acusado de sedición.
Con Puigdemont en Bélgica, si Sànchez es candidato a la presidencia cobra relevancia ejecutiva la figura del vicepresidente o conseller de la Presidència
Con todo, y siempre que el juez del Supremo aceptara la investidura deJordi Sànchez, la gestión de la Generalitat volvería a quedar en el aire si el expresidente de la Assemblea no fuera excarcelado. Algo similar a lo que sucedería si el elegido en lugar de Sànchez fuera Jordi Turull, también encausado por rebelión, y sobre quien pesa la sombra de una posible inhabilitación incluso antes de comenzar el juicio por el procés.
Es aquí donde cobraría peso la figura del vicepresidente o conseller primer del Govern, dado que con Puigdemont en Bélgica y con Sànchez en Soto del Real, asumiría el rol principal en el día a día de la Generalitat. Fuentes de la negociación explican a La Vanguardia que JxCat apuesta por suprimir la figura de la vicepresidencia para que la máxima figura ejecutiva se quede en la Conselleria de la Presidència, que los junteros reclamarían retener –en el Executiu cesado por el 155 el titular de esta cartera era Jordi Turull–. En cambio, sobre el papel, la figura de la vicepresidencia correspondería a ERC –en la anterior legislatura la ocupó Junqueras–.
ERC plantea la candidatura de Junqueras a la presidencia o asumir la primera figura ejecutiva, sea vicepresidencia o Conselleria de la Presidència
De este modo, los republicanos reclaman investir a Junqueras como president –en la línea de restitución del Govern legítimo– o, en su defecto, que el partido republicano asuma la vicepresidencia o la Conselleria de la Presidència.
Según desgrana la ley de la Presidencia de la Generalitat y el Govern, en caso de absencia, enfermedad o impedimento del presidente de la Generalitat, ejerce la suplencia el conseller primer o el vicepresidente, si han estado nombrados. Si no existe tal figura, asume su rol el conseller que el president determine o, si no hay designación, el conseller que ocupe el primer lugar en el orden de prelación protocolaria: el de Presidència. En caso de cese del president, se cumplen los mismos pasos, sin dar opción a designación por parte del presidente destituido.
El reparto de carteras con la sombra de repetición electoral
Lo que sí han acordado JxCat y ERC es el reparto al 50% de las conselleries del nuevo Govern, que podrían seguir una partición de carteras similar a las de la pasada legislatura. Una distribución, sin embargo, pendiente de concretar los cargos más altos: el candidato a president y la primera figura ejecutiva, sea vicepresidente o conseller de la Presidència.
Fuentes próximas a la negociación lamentan a La Vanguardia que el baile de nombres y carteras cambia a diario y más allá de la vicepresidencia o Conselleria de la Presidència, otra de las carteras sin destino claro es la de Interior, conselleria clave al frente de los Mossos, y que tiene a su último titular en prisión –Joaquim Forn–. Otra de las incógnitas es Afers Exteriors, por la posición de Puigdemont en Bélgica. Si los contactos siguen en punto muerto, desde posiciones afines a Puigdemont no descartan repetir elecciones.
JxCat se muestra “perpleja”, mientras ERC pide “generosidad”
Desde JxCat se mostraban esta mañana “inquietos y perplejos” por supuestas renuncias de ERC a la hoja de ruta y al despliegue del “mandato democrático del 1 de octubre”. La hoja de ruta, de hecho, es el elemento principal que quiere subrayar la formación de Puigdemont: “No es una negociación sobre la estructura de Govern y el reparto de cargos”. Sobre este punto, los republicanos insisten en poner el foco en ensanchar la base democrática del 1-O de forma inclusiva, tejiendo complicidades con entidades, sindicatos y asociaciones en el territorio.
Pese al bloqueo de la negociación, el portavoz de ERC, Sergi Sabrià, se ha mostrado optimista en declaraciones esta tarde desde el Parlament: “Estamos en la parte final de la negociación y en los últimos minutos siempre pueden haber tiranteces, pero si todas las partes ponen generosidad estoy seguro que llegaremos a un acuerdo”.
La coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, ha defendido también que “tiene que haber acuerdo” en una entrevista en TV3, aunque ha sido menos optimista y ha admitido que “las negociaciones están en stand by”. “No quiero profundizar en la cuestión de las negociaciones porque no quiero que nadie caiga en el desánimo, pero en todo caso encontraremos la solución”, ha pronosticado. Una solución que, a juicio de la coordinadora general del PDeCAT, no pasa por forzar una vía legal.
Pascal ha insistido que las fuerzas soberanistas tienen “los votos, los escaños y la mayoría soberanista del Parlament”, de modo que ha reclamado cumplir: “Hagamos las cosas bien y plasmemos los resultados, Puigdemont debe tener el papel que las urnas le dieron, tenemos un reto y hay que encontrar la solución”.
FUENTE: LAVANGUARDIA