La campaña de las elecciones autonómicas andaluzas empezó este jueves en el Senado, aunque oficialmente lo hará el día 16. La comparecencia de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en relación con el caso de los ERE en la Comisión de Investigación sobre la Financiación de Partidos, dio una muestra de la ferocidad con la que PP y PSOE van a combatir en unos comicios cruciales para ambos. Tras cinco horas y media, Díaz salió indemne de la comisión controlada por el PP, que trató de salpicarla con las irregularidades previas a su mandato.
La presidenta autonómica se desvinculó de los casos de presunta corrupción que afectan al PSOE andaluz anteriores a su llegada a la presidencia de la Junta en septiembre de 2013. “Estuve un año en el Gobierno de José Antonio Griñán y cinco de presidenta. No tengo ni una sola mancha y no tienen nada de qué acusarme”, enfatizó. Díaz explicó que su formación no se encuentra inmersa en ninguna causa por financiación ilegal y conminó al PP a acudir a los tribunales en el caso de tener información al respecto.
En una sesión larga, con intensos picos de electricidad y constantes interrupciones, el portavoz del PP, Luis Aznar, trató de conectar a Díaz con las supuestas irregularidades de las causas abiertas por las subvenciones de la Junta de Andalucía. La compareciente acusó al PP de querer abrirle una causa general y de lanzar insidias sobre su figura política y su familia. Díaz, que recordó casos como Gürtel, desquició en varios momentos al senador popular, sacando apostillas a cualquier comentario suyo, por insustancial que fuera. “¡Es imposible con esta mujer!”, se irritó el portavoz del PP en una de las refriegas.
La inminencia de las elecciones andaluzas, estratégicas por el impacto que pueden tener en un año con europeas, municipales y comicios en otras 13 comunidades autónomas, marcó la comparecencia de Díaz. “Tengo la sensación de asistir al primer acto de precampaña del PP. Debe andar muy desesperado para traerme aquí la semana antes del inicio de la campaña”, anticipó a su llegada al Senado.
El ánimo electoral de la comisión quedó más patente aún en el epílogo trazado por Aznar, cuando afirmó que había quedado justificado el “descontrol de la Junta de Andalucía” con una “maraña” de casos de corrupción que explicarían “el tejido de una red clientelar a base de dinero público para impedir la alternancia política”. Fue la manera del PP de dulcificar su incapacidad electoral en Andalucía, donde el PSOE gobierna ininterrumpidamente desde la restauración de la democracia.
En la recta de la campaña, el PP ha citado las próximas semanas a los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán, acusados en el caso de los ERE. La Fiscalía Anticorrupción solicita penas de inhabilitación para ambos y seis años de cárcel para Griñán.
Díaz insistió en que la causa de los ERE no se corresponde con su etapa en el Ejecutivo autonómico. “Considero que estoy aquí no como presidenta de Andalucía sino como candidata. Es fruto del interés de algunos de contaminar el debate”, deploró.