El líder socialista delega en sus ministros los contactos con el PP
Pedro Sánchez «rompió» relaciones con Pablo Casado el pasado 24 de octubre, cuando el líder del PP le acusó en el Congreso de ser partícipe y responsable de un golpe de Estado en Cataluña. En realidad, las relaciones eran ya inexistentes desde que el líder socialista se reunió con el presidente del PPen La Moncloa el pasado 2 de agosto. Y a día de hoy lo siguen siendo, a pesar de los asuntos de Estado que ocupan la agenda pública, como es la renovación del Consejo General de Poder Judicial o incluso la reforma de la Constitución para suprimir los aforamientos.
Sánchez ha delegado en sus ministros el diálogo con el Partido Popular, sobre todo para abordar iniciativas parlamentarias. En el caso de la renovación del CGPJ, el presidente del Gobierno encargó a suministra de Justicia, Dolores Delgado, que llevara las riendas de las negociaciones con el PP, en concreto con el secretario de Justicia yexministro, Rafael Catalá.
Fuentes próximas a Casado confirmaron ayer que Sánchez sigue sin hablar con el líder de la oposición. El jefe del Ejecutivo ha dinamitado el bloque constitucionalista que plantó cara a los independentistas catalanes, cuando Rajoy era presidente del Gobierno, y prefiere estrechar relaciones con sus aliados, que no son otros que los propios separatistas, además de Podemos, el PNV e incluso Bildu.
En Génova explican que Sánchez ni siquiera se ha puesto en contacto con el líder del que sigue siendo el primer partido de España para acometer la reforma de la Constitución. El sábado pasado, Sánchez anunció que llevará la propuesta de reforma para eliminar los aforamientos antes de fin de mes. Y el PP se enteró de sus intenciones por los medios de comunicación. «Nos vamos enterando por la prensa», aseguró ayer el secretario general, Teodoro García Egea.
Ni un documento
La reforma constitucional que propondrá el PSOE necesitará el apoyo del PP para salir adelante. Sin un consenso previo estará condenada al fracaso, por mucho que la reducción de aforamientos forma parte del programa del PP. Pero el diálogo hoy por hoy es inexistente. Pero la realidad es que los populares no han recibido ni un solo documento, o borrador, de la modificación que planea el jefe del Ejecutivo.
Sánchez no se ha puesto en contacto con Casado para «tocar» la Carta Magna ni para ir unidos en la respuesta ante el desafío independentista, que sigue plenamente activo. Pero sí pidió, de manera genérica, al PP, y también a Ciudadanos, que negociaran los Presupuestos, aunque en realidad fue un «trágala» pues ya los tenía pactados con Podemos, del que había asumido parte de su programa económico.
Sánchez y Casado sí se saludaron la semana pasada en un acto público, pero no se reúnen desde el pasado 2 de agosto, cuando se vieron en La Moncloa por primera y última vez.
FUENTE: ABC