“Somos muchos los abogados que nos dedicamos al Derecho de Familia. Y de este colectivo, algunos, pocos, utilizan como estrategia las denuncias falsas. Todos sabemos quiénes son, Las denuncias falsas se utilizan a diario para paralizar procesos de custodia”.

Quien así se expresa es Gerardo Rodríguez-Acosta, abogado de Familia y mediador familiar. Colabora con la Asociación de Padres de Familias Separadas. Tiene claro que es necesario hablar con valentía con nombre y apellido de todo lo que tiene que ver con el maltrato.

“Los jueces también saben cuando un letrado presenta una denuncia falsa. Es más, se lo notan también a la propia mujer que, a veces, acaba retirando la acusación en el juicio pero lamentablemente no tienen mecanismos para hacer nada; no hay prácticamente forma de probar que es una denuncia inventada y, en consecuencia, de abrir una investigación”, explica el letrado.

Lo que sí está en manos de los jueces es “concluir que no se han encontrado indicios de delito contra el denunciado”. Pero, para Rodríguez-Acosta, aunque un hombre juzgado por violencia sobre la mujer salga absuelto, “queda estigmatizado para toda su vida”.

“No olvidemos que en cuanto hay una denuncia, se ponen en marcha toda una serie de medidas de protección de la víctima que incluye la detención del presunto agresor en su lugar de trabajo o de residencia”.

Aunque un hombre juzgado por violencia sobre la mujer salga absuelto, ‘queda estigmatizado para toda su vida’ 

Rodríguez-Acosta defiende a ultranza que haya un marco legal que deje muy claro cuáles son los protocolos y actuaciones penales en caso de violencia de género pero también reconoce que “aquello que sirve para las víctimas en algunos casos, favorece la existencia de denuncias falsas de malos tratos con las consiguientes consecuencias sociales y económicas”.

Datos de la Fiscalía

La Fiscalía General del Estado,  subraya en su última Memoria que el porcentaje de denuncias falsas por violencia de género es “escasísimo”. Entre 2009 y 2016 se incoaron 194 causas por denuncias falsas y el número de condenas fue de 79.

En esos ocho años, el grueso de denuncias presentadas por violencia de género ascendió a 1.055.912.

Y otro dato que se recoge en la Memoria, según datos facilitados por los fiscales delegados, es que el porcentaje de sentencias condenatorias fue del 45,11% mientras que el de las absolutorias fue del 54,89%.

Jueces y abogados que ejercen su labor diaria en los juzgados de violencia de género comentan sobre lo que hay detrás de todas esas cifras y, aunque lo hacen de manera anónima por lo delicado de la cuestión, están de acuerdo en señalar que hay muchísimas más denuncias falsas que las oficialmente recogidas.

El problema radica en la dificultad de probar que son falsas aún existiendo informes periciales.

“Yo, como juez, se cuando un abogado o una mujer están mintiendo sobre un presunto maltrato pero cómo voy a probarlo sobre todo cuando se alega un maltrato psicológico. No tenemos herramientas para probarlo y tampoco mecanismos que pongan en evidencia la estrategia procesal de algunos abogados”, decía para CONFILEGAL un magistrado que ha ejercido durante muchos años como titular de un juzgado de violencia de género.

Falta trato paritario en la ley

En opinión de Rodríguez-Acosta, muchas de las situaciones que se producen en cuanto a la delicada cuestión legal de las denuncias falsas y en las medidas de protección de las víctimas son consecuencia de la falta de trato paritario que hay en la ley integral de violencia de género “porque se parte de una responsabilidad colectiva que criminaliza a todos los hombres”.

“No puedo esta más en desacuerdo con la ley integral contra la violencia de género”, dice Rodríguez-Acosta, porque es la única de todos los países de nuestro entorno que fija unas sanciones diferentes si la violencia la ejerce un hombre o proviene de una mujer.

Para este abogado que ha visto pasar por su despacho a hombres que han sufrido maltrato por parte de su pareja mujer y no han querido denunciar por “vergüenza social”, la ley “habría que modificarla inmediatamente pero entiendo que ningún partido político va a plantear esto, es una cuestión que impopular que no da votos. De hecho, es la única ley que se aprobó por unanimidad parlamentaria”.

Custodia compartida

Los padres que llegan a la Asociación de Padres de Familias Separadas son, en su mayoría, según explica  Rodríguez-Acosta, hombres que “ejercen de padres y, sin embargo, cuando su expediente pasa por los equipos psicosociales no se les concede la custodia compartida. En este caso se impide que haya corresponsabilidad”.

“Esta es una de las razones por las que es necesario que haya un cierto empuje para que los hombres se incorporen a la paridad real, se acabe con el neomachismo entre nuestros jóvenes y, por supuesto, este problema ‘larvado’ de las denuncias falsas, no ayuda nada”. “Soy partidario de la custodia compartida individualizada por familias y apuesto fuerte y claro por la mediación familiar para que la pareja encuentre la solución que interesa a los dos”, añade.

La educación como prevención

Nuestro interlocutor concluye que para resolver estos problemas, junto a la vía legislativa, tiene que haber una importante inversión por parte de las Administraciones en la educación. Es la base de la prevención de todo tipo de conductas violentas, explica como presidente de la Confederación por el Mejor Interés de la Infancia (CEMIN).

“Nuestros jóvenes no pueden engancharse al neomachismo”, dice. De ahí, lo importante de poner en marcha iniciativas como la obra de teatro que CEMIN estrenará en el Teatro Muñoz Seca de Madrid para hacer entender a un público adolescente lo que encierra una historia cuyo título parece expresarlo todo: “Tu serás mi reina”.

“Somos muchos los abogados que nos dedicamos al Derecho de Familia y de este colectivo, algunos, pocos, utilizan como estrategia las denuncias falsas. Todos sabemos quiénes son, Las denuncias falsas se utilizan a diario para paralizar procesos de custodia pero se utilizan a diario para paralizar, por ejemplo, procesos de custodia”, señala.

 
 
 
 
 
FUENTE: CONFILEGAL