CARTA A UN AMIGO
Duerme en silencio mi voz, pero no está muerta. Vuelan los cuchillos a ras de la tierra quemada de Cataluña por el sol despiadado del terruño político, convertido en un yelmo por el ladrillo épico y la violencia ilógica. Se ha legalizado la escisión porque nadie conoce los sueños del lobo especulador que quiere derribar nuestro edificio nacional. Cuántas noches oscuras hemos andado por ese mal camino. Quizás mañana lunes no veamos amanecer un día como hoy. Pero quiero un día luminoso en un mundo perfecto perfumado por los jazmines de España.
Deseo sentirme dentro de una utopía brillante. Tenemos que cambiar la vida de los que nos roban la vida volando sobre las estelas del mágico Mar Menor, rotas sus aguas y sus orillas. Van borrachos en un mega yate, cincuenta metros de eslora, en ese coto privado de un puñado de millonarios del software, del golf europeo, la droga y la mafia del cuello impoluto, blanco que paga las armas y las ideas.
(Rodrigo Rato y su pareja de vacaciones en Mallorca)
Solo una noche azul es en lo que soñamos. Huele a azahar, a cemento, a fruta, a mar, a pan, a masía. El saxofón que se acerque o que la sardana estalle nuestros gélidos corazones y baile con música de paz. Me moriría si dijeses tu custodio fiel de la balanza de una justicia impotente que quieren utilizar todos. Yo tampoco me arrastro. Soy original. España no se vende. Si podemos porque queremos un reino de España de fantasía. Somos una familia como un árbol gigante. Nos quieren destrozar el jardín, el vergel, nuestras raíces históricas. Hispania.
No somos huesos ni carne atormentada que como el agua no va por las acequias murcianas y vosotros la tenéis. No vivimos muertos. Exacto, porque nuestra luz, España, es una caricia inacabada, amigos, compañeros y camaradas. Es como una aurora en nuestra vida este país en el que siempre nacen sus primaveras. Tenemos que arriar las banderas de la ira contenida. Votar a los bárbaros del dinero, del poder, romper la dinámica de la usura y la tiranía oscura, opaca y opresora, que vienen de paraísos sin libertades ni justicia. Ya no mas dictaduras, sino el gobierno del pueblo. Amamos a España, porque ahora no nos gusta, queremos la democracia de los pacíficos, de los oprimidos y de los hambrientos. Queremos ser todos juntos el soprano del coro de una España honesta, honrada, rompedora y dueña de nuestros destinos.
En fin amigo, vivimos días de amargura con el sabor inconfundible del fruto histórico, roto, caído y yerto. Ellos, los políticos, deben de responder a nuestras preguntas. Nuestro anhelo es encontrar la vereda por donde debemos caminar los heraldos de la verdad limpia, absoluta, sobre la tierra española que amamos, soñando que soñamos una nueva regeneración que cante un himno de libertad para evitar que nuestro país viva de rodillas. Y engañado. Ya debes saber que la fidelidad no es una falsedad, ganar o perder, sino convencer.
Que salgan del armario los que odian, y ofrezcan sus manos tendidas a un pueblo unido, España, el nido de los hermanos. Barcelona suena a campanas y vuelan. España suena.