El magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón imputó recientemente a, entre otras personas, a Antonio Brufau, expresidente de Repsol, por la contratación de los servicios del excomisario José Manuel Villarejo para espiar a Luis del Rivero, expresidente de la constructora Sacyr-Vallehermoso en un momento de lucha entre importantes accionistas para hacerse con el control de Repsol.
Sin embargo, había una razón oculta para intentar frenar los planes de Luis del Rivero: la presencia de la mexicana PEMEX que ponía en riesgo las relaciones con la PDVSA de Rafael Ramírez, la empresa nacional de petróleos de Venezuela donde se produjo uno de los mayores casos de corrupción de la historia de la humanidad, precisamente, mientras Rafael Ramírez fue su presidente. Se calcula que el volumen del saqueo de los recursos de la petrolera venezolana supera los 250.000 millones de dólares, recursos que fueron arrebatados al pueblo que sufre el hambre y la inseguridad para que unos cuantos vivan ahora en España como multimillonarios en los mejores barrios de Madrid.
Según fuentes presenciales y de contrastada solvencia consultadas por Diario16, las buenas relaciones entre Repsol y PDVSA se pudieron comprobar el miércoles 16 de octubre de 2013 en Caracas, en una reunión en la que participó un editor español y que fue programada, en principio, para las 10.30 de la mañana, tal y como se puede comprobar en un mensaje de WhatsApp enviado por uno de los asesores legales del presidente de PDVSA. «Prepárate que, en principio, tenemos reunión el miércoles a las 10.30 am. con Rafael Ramírez, ministro de Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, y recién notado vicepresidente de Estado para el manejo de la economía. Él quiere conversar contigo sobre la necesidad de un periódico/revista económica. Sería en Venezuela, y otros proyectos de imagen en Europa», afirmaba dicho mensaje al que este medio ha tenido acceso.
La reunión tuvo que ser adelantada por, precisamente, un compromiso de Rafael Ramírez con Antonio Brufau, presidente de Repsol. El editor español fue acompañado por uno de los asesores legales más directos del presidente de PDVSA y por Baldo Sansó, cuñado de Ramírez que, en la actualidad, reside, supuestamente, en Italia y allí se trató el tema de ese proyecto editorial para Venezuela, Unión Europea y Latinoamérica. Desde un punto de vista económico, social y geopolítico, era tal la importancia que en ese momento tenía Rafael Ramírez que uno de los asistentes a la reunión señaló al editor español lo siguiente: «Has tocado el cielo». Tampoco se puede olvidar el mensaje de otro de los asesores españoles de Ramírez/PDVSA que, unos meses antes a esta reunión, definía como «Capitanía General» a la petrolera o que se marchaba «a consultas» cuando viajaba a Venezuela, es decir, que a Ramírez se le daba prácticamente categoría de Jefe de Estado.
Durante la reunión, el presidente de PDVSA le señaló al editor que debía fijarse en la importancia que le había dado a ese encuentro como para que en la sala de juntas anexa estuviera esperando, precisamente, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, con quien iba a iniciar un viaje de negocios en su avión privado que les llevaría a Panamá, Colombia y Hong Kong (territorio con el que el ejército de socios, asociados y asesores de Ramíreztuvieron, y tienen, una importante relación económica y financiera), es decir, dos paraísos fiscales y un país con producción petrolera.
Aunque los hechos por los que ha sido imputado Brufau se produjeran un año antes de esa reunión, las relaciones entre PDVSA y Repsol eran clave, sobre todo después de que en el año 2012 el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner expropiara el 51% de las acciones de YPF, propiedad de la petrolera española. De ahí que el plan de Luis del Rivero para hacerse con el control de Repsol junto a PEMEX pusiera en peligro muchas cosas.
Según el auto de García Castellón, la contratación de Villarejo, a la que se denomina como «Proyecto Wine», se inició cuando desde la petrolera se detectó un movimiento por parte de Luis del Rivero para asociarse con la compañía Petróleos Mexicanos (PEMEX)para conseguir el control de casi un tercio del total de las acciones de Repsol.
Los servicios de Villarejo se desarrollaron en 2011 y la primera mitad de 2012, fechas que coinciden, además, con la salida de Del Rivero de la presidencia de Sacyr.
El auto señala que «en el informe del Chief Compliance Officer de Repsol […] se apunta la intervención de Antonio Brufau Niubó, como presidente de Repsol, S.A., en la contratación del Grupo Cenyt [la empresa de Villarejo] para investigar a Luis del Rivero y defenderse así del intento de aquél, aliándose con Pemex, de tomar el control de la compañía. En efecto, recoge dicho informe -página 21- que probablemente en alguna de las habituales conversaciones que Antonio Brufau Niubó mantenía con el presidente de Caixabank Isidro Fainé -apuntando así también a éste-, y dada la confluencia de intereses de ambos en defenderse frente a Luis del Rivero y Pemex, acordaron compartir los servicios de información contratados al Grupo Cenyt. Se viene, pues, a reconocer que Antonio Brufau Niubó, en su condición de presidente de Repsol, no quedó al margen de la contratación de Grupo Cenyt».
En otro documento de la investigación judicial consta cómo Antonio Brufau se mostró muy interesado por el contenido de la investigación contratada al Grupo Cenyt, y lo hizo antes de otro imputado en la causa: Rafael Arauja Bernabé, director de seguridad de Repsol, que fue la persona que trataba directamente el asunto con Villarejo.
El auto de García Castellón señala que «R [por Arauja Bernabé] dice que BRUF [por Brufau] le ha llamado desde Cannes para preguntar si hay ya algún dato de interés lo que le ha contestado que estaba en ello (eso al menos da a entender) […] R comenta que esta mañana le ha llamado y en tono muy coloquial le dijo «te hacía en Argentina” a lo que BRU le ha contestado que anuló el viaje, porque tenía mucho trabajo y que se acercara al despacho, que una vez allí le ha preguntado qué era lo que sabía del trabajo encomendado, a lo que R había dicho que aún no tenía nada».
En consecuencia, la contratación de los servicios de José Manuel Villarejo no tenía como objetivo único proteger a la compañía de la entrada de Luis del Rivero, sino que lo que verdaderamente estaba en peligro eran las relaciones con Venezuela que habrían sido muy distintas de haber entrado PEMEX en el accionariado de Repsol.
PDVSA y Rafael Ramírez, junto con el ejército de asesores legales, socios y asociados que le acompañaban, son los responsables de uno de los mayores saqueos de un país que se haya visto en la historia y la contratación de Villarejo pretendía frenar una operación que hubiese terminado con unas relaciones entre Repsol y PDVSA, es decir, entre Repsol y el nudo central de la corrupción en Venezuela.
«R» de Repsol, de Rivero y también R de Rafael y Ramírez, ¿por qué no, señor magistrado? ¿Cómo pudo haber llegado el señor Ramírez llegar a instalarse en Ávila, escoltas incluidos, al parecer antes de la orden internacional de búsqueda, en el Hotel Palacio de los Velada, tal y publicó, incluso con libertad de acción comercial para intentar adquirir una empresa de agua mineral en Salamanca, ser apoyado por políticos y empresarios relevante de Castilla y León , incluso llegar a tomar café en una finca de un financiero cercano a dicha compañía de agua mineral? Todos ellos con amigos comunes accionistas importantes de Repsol.
Igualmente es conocida la relación de uno de los socios y asesores de Ramírez con Repsol en España y Europa. Los medios informamos, en general, a la Justicia y a la seguridad del Estado les corresponde investigar. Los socios de Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA, no pasan desapercibidos para ambas instituciones ni en España ni en Europa como para no llegar a conocer la verdad y, con ello, desmentir que España se ha convertido en un posible país refugio de capitales «grises oscuro», vía sus bancos con necesidad de liquidez y despachos jurídicos, en ocasiones, ejerciendo de lobbies muy descarados por incoherencias manifiestas, de las practicas presuntamente fraudulentas de estos individuos en la practica de asesoramientos que aparentemente sobrepasan las buenas praxis en su ejercicio legal.