El presidente Mariano Rajoy no ha querido este viernes, en Bruselas y tras terminar la cumbre de jefes de Gobierno de la UE, avanzar el número, tipo, las áreas que afectará y el horizonte temporal que tendrá la activación del artículo 155 de la Constitución pero sí la filosofía de fondo pactada con el PSOE y Ciudadanos. Rajoy repitió varias veces que lo que se persigue con la aprobación este sábado, tras un Consejo de Ministros extraordinario para formalizar ese acuerdo, es sobre todo «recuperar la legalidad y la normalidad institucional». Y culpó a las actuales autoridades catalanas de no tener nivel para afrontar este problema y provocar su reacción conforme a los principios y valores vigentes en las democracias europeas. Rajoy también advirtió que espera que en este caso haya una actuación responsable de los Mossos, sin citarlos, y que no haya violencia en Cataluña tras la puesta en marcha del 155.
El líder español del PP empezó su rueda de prensa, que solo cosechó preguntas relacionadas con Cataluña y que despertó una enorme expectación entre los periodistas acreditados en la cumbre europea de Bruselas, aclarando que las medidas concretas que se aprobarán y su comunicación se expondrá este sábado en Madrid, tras la celebración del Consejo de Ministros. La Moncloa está preparando ya una comparecencia especial de Rajoy para explicar su sentido y alcance. Rajoy ha hablado de las mismas en las últimas horas y días con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y con el de Ciudadanos, Albert Rivera. En su rueda de prensa de este viernes sí quiso precisar que todas han sido pactadas con ambos.
Lo que el presidente español no quiso decir ni confirmar es si entre esas medidas está prevista la convocatoria de unas elecciones autonómicas en Cataluña para finales de enero, como sí han avanzado dirigentes del PSOE y de Ciudadanos. «Todas las medidas que adoptaremos las anunciaremos mañana», remachó Rajoy este viernes cuando se le preguntó directamente. El Gobierno no considera «prudente» empezar a hablar ya de fechas cuando aún no se conocen ni las actuaciones pactadas, ni su repercusión en Cataluña ni la posible respuesta de las autoridades catalanas.
Rajoy sí enfatizó que todo lo que pondrá en marcha este sábado el Gobierno se ha acordado con el PSOE y con Ciudadanos e insistió en que el objetivo es que sirvan para «volver al cumplimiento de la ley y la normalidad institucional» porque «no puede suceder en la Europa de hoy que haya un país donde la ley no se cumpla». Y rescató su calificativo preferido de «disparatado» que eso pudiera producirse.
El jefe del ejecutivo enumeró a continuación, ante numerosos corresponsales y prensa extranjera, todas las actuaciones que ha anulado y frenado el Tribunal Constitucional relacionadas con leyes y normas aplicadas por el Gobierno catalán en los últimos tiempos para destacar que no se podía consentir por más tiempo que en una región de la Unión Europea hubiese responsables políticos que no respetan la ley, la Constitución, el Estatuto de Autonomía o su propio parlamento, que lleva cerrado algo más de un mes ya.
El presidente español se detuvo a recalcar que la utilización ahora del artículo 155 de la Constitución «no presume el uso de la fuerza» sino el uso por parte del Gobierno de «un instrumento recogido en la Constitución y similar a otros que tienen otros países europeos». Rajoy indicó en varias ocasiones que se había llegado a este punto en España «como medida de última instancia» y tras haber sido «muy prudentes para no llegar a estos límites» y a esta «situación límite». El jefe del ejecutivo apuntó en esa explicación que se le habían «dado todas las facilidades» a las autoridades catalanes y al presidente catalán, Carles Puigdemont, para reconducir esta crisis y ahí citó expresamente la «petición razonable» concedida en dos plazos para que confirmase si había declarado o no la independencia de Cataluña.
Mariano Rajoy se presentó así como un presidente «obligado a actuar» por lo que representa como presidente del Gobierno de España y tras pensar mucho y avisar en distintas ocasiones sobre lo que podría pasar.
“Cuando uno se entrega a los extremistas y radicales”, afirmó Rajoy, “pasa lo que está sucediendo en nuestro país”. Y acusó a “los dirigentes de Cataluña, en un momento tan importante» de ser «incapaces de estar a la altura de las circunstancias” y de haber provocado que “más de 1.000 empresas” se hayan ido de Cataluña.
El jefe del ejecutivo español admitió, a preguntas de los periodistas, que a él no le habría gustado que el presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk, hubiese incluido el asunto catalán y esta crisis en la agenda oficial y formal de la cumbre, aunque ha sido una de las discusiones estrella de estas dos jornadas en Bruselas en los márgenes de la reunión y en charlas privadas y bilaterales. El propio Rajoy trató el asunto ayer en su entrevista con el francés Emmanuel Macron y en la mañana de este viernes con la británica Theresa May. Rajoy precisó que el orden del día lo fija Tusk: «Este asunto no figuraba y yo estoy de acuerdo porque este es un asunto nacional, de España, aunque otra cosa es que le afecte a los dirigentes europeos que han apoyado a España, lo cual es lógico».
Rajoy relacionó así el respaldo prácticamente unánime de los líderes europeos con los cuatro o cinco principios básicos y valores fundacionales de la Unión Europea y que resumió en el respeto a la ley y el Estado de Derecho. El dirigente popular español constató que «las autoridades en Cataluña se han saltado» esas normas creando una «situación escandalosa» y por tanto dedujo que a nadie puede sorprender el arrope de toda la UE. Rajoy afirmó que no ha tenido ningún problema con el primer ministro belga, Charles Michel, con el que en la mañana de este viernes tuvo un aparte tras el malestar que provocaron en los últimos días sus manifestaciones públicas a favor del diálogo y contra la violencia en Cataluña.
El líder español perdió la compostura precisamente en dos momentos de la comparecencia ante la prensa cuando se le preguntó por dos aspectos relacionados con la violencia en Cataluña. Especialmente cuando se le inquirió si pensaba abrir una investigación oficial sobre el comportamiento en determinadas fechas, y en especial el 1-O, de la Guardia Civil. Rajoy entendió que esa no era una pregunta sino una afirmación que pretendía convertirle a él en un comentarista o tertuliano en vez de un presidente. Y aprovechó para reafirmar su «orgullo» por la actuación de todas las fuerzas de seguridad. Lo que sí recalcó es que espera que en el futuro, ante posibles manifestaciones o protestas en las calles tras la aplicación del 155, «las autoridades se comporten de forma más responsable que en ocasiones precedentes».
FUENTE: ELPAIS