El ‘expresident’ catalán pretende que el Moviment 1 d’Octubre sea utilizado como partido paraguas para que PDeCAT, ERC y la CUP se presenten bajo una lista única a la Generalitat

 

A principios de junio, un hombre llega a la cárcel de Soto del Real. Es un político que se mueve lejos de la primera fila del soberanismo. Por eso, justo por eso, le han escogido para traer un mensaje desde Berlín del mismísimo Carles Puigdemont. El político es Antoni Morral, exalcalde de Cerdanyola y actual diputado de JxCAT. En aquellos días en que parecía que cualquiera podía ser presidente de la Generalitat, el nombre de Morral llegó a sonar de manera fugaz para tal destino. Fue un destello de menos de 24 horas, que, eso sí, demostró que Morral estaba muy próximo al ‘expresident’. En Soto del Real Morral visitó al anterior presidente de la ANC, Jordi Sànchez y le ofreció encabezar el Moviment 1 d’Octubre, que afines a Puigdemont ya han registrado como partido político.

Antoni Morral ha declinado hacer declaraciones al respecto. También ha sido esta la postura del equipo legal de Jordi Sànchez, alegando que no han podido trasladar la cuestión al diputado de JxCAT, pese a que la misma se les hizo llegar hace días. Y tampoco sobre la respuesta que dio Jordi Sànchez a este ofrecimiento. El Moviment 1 d’Octubre fue registrado como partido político el pasado mes de mayo por el abogado Jordi Ferrés (exregidor de CDC en Sant Cugat y actual presidente del nuevo partido) y el historiador e intelectual Agustí Colominas. La pretensión de Puigdemont es utilizarlo como partido paraguas para que ERC y la CUP se presenten bajo una lista única, pese a que ambas formaciones no están interesadas.

Esta maniobra alrededor del Moviment 1 d’Octubre tiene varios objetivos, según explican fuentes del PDeCAT: permite a Puigdemont recuperar la iniciativa política ahora que se encuentra varado en Hamburgo a la espera de lo que decida sobre él un tribunal alemán, coloca presión a la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, de cara a la asamblea del 21 y 22 de julio, con la intención de desplazarla; y por último, también quiere que el PDeCAT quede subsumido en este nuevo movimiento, una jugada al estilo de Emmanuel Macron, tan grata a lo que se denomina “nueva política”.

Pero también supone que Puigdemont se está adaptando a los nuevos tiempos pero con tácticas viejas. Jordi Sànchez representa una transversalidad de la que el ‘expresident’, un convergente de raíz carlista, carece. Supone un acercamiento a la ANC de los buenos tiempos, haciendo lo mismo que hizo antes del 21-D, cuando puso a Jordi Sànchez de número dos de la lista de JxCAT y consiguió imponerse a ERC, según explican fuentes cercanas al partido de Marta Pascal.

El eterno plan B

En el movimiento soberanista, Jordi Sánchez siempre ha sido el eterno plan B. Ejerció de segundo de Puigdemont en la campaña pese a que ya estaba encarcelado por su participación en la manifestación que tuvo cercada a una dotación de la Guardia Civil en la Conselleria de Economía entre los días 20 y 21 de septiembre.

Ante la mejora de las relaciones con el Gobierno español, Puigdemont apuesta por más victimismo. Un preso fue perfecto para el 21-D y ahora vuelve a serlo para el Moviment 1 d’Octubre, cuando Marta Pascal está más fuerte que nunca: con el apoyo del grupo parlamentario del partido en el Congreso y con muchos cuadros y alcaldes defendiéndola. Jordi Sànchez siempre ha jugado el papel de plan B favorito de Puigdemont pero ahora aceptar le puede complicar la defensa legal ante el Tribunal Supremo.

Jordi Sànchez también sirvió de alternativa para ser candidato a la presidencia de la Generalitat cuando Carles Puigdemont decidió no volver a Cataluña para evitar ser detenido. Ahora que Puigdemont ha anunciado que no volverá a presentarse a las autonómicas y que, tras la moción de censura, ya no hay prisas por convocar elecciones, de nuevo recurre a Jordi Sànchez para suplirle y para utilizar su tirón electoral y derrotar a una ERC que parece crecer en las encuestas. La diferencia para Jordi Sànchez es que ahora puede complicar su defensa legal ante el juicio que empezará en octubre, según apuntan las fuentes jurídicas consultadas.

PULSO CON PASCAL

De fondo está el pulso con Marta Pascal. Pascal ha conseguido que el partido se presente a las municipales bajo la marca JxCAT, lo que menoscaba el Moviment 1 d’Octubre y refuerza el papel del partido, propietario de esta denominación. La decisión de usar la marca para las municipales molestó a Puigdemont y sus seguidores, que querían potenciar su propia formación Junts per la República, que agrupa a los diputados independientes de JxCAT. En cambio, con la marca JxCAT el aparato del PDeCAT sigue teniendo el control y suma a los alcaldes compensando la minoría que ahora sufre en el Parlament.

Al relanzar Moviment 1 d’Octubre y procurar hacerlo de la mano de Jordi Sànchez, Puigdemont devuelve el golpe y muestra que todavía puede dar la batalla y resultar decisivo en la próxima asamblea del PDeCAT. Llegó tarde para las municipales. Pero ahora se posiciona para las próximas elecciones a la Generalitat.

 

FUENTE: EL CONFIDENCIAL