El Partido Popular ha pedido esta mañana a la ministra de Justicia que «dimita ya» por su tibia defensa del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena frente a la demanda interpuesta contra él en Bélgica por el expresidente catalán Carles Puigdemont, al que el juez ha procesado por rebelión y malversación de fondos públicos en relación con el proceso separatista catalán.
La gestión que ha hecho Delgado de ese asunto, en el que La Moncloa tuvo que rectificar el criterio de la ministra de que se trataba de un «asunto privado» del juez del Supremo, ha sido objeto de una pregunta de la diputada María Jesús Bonilla en la sesión de control al Gobierno celebrada en el Congreso.
No ha sido el único momento incómodo para la titular de Justicia. La portavoz del PP en la Comisión de Justicia, María Jesús Moro, le ha preguntado por los criterios con los que ha conformado una comisión de cuatro miembros que trabaja en una propuesta de reforma legal sobre la jurisdicción universal.
Ninguna mujer
Todos los integrantes de la comisión nombrada por Dolores Delgado son hombres: el magistrado José Ricardo de Prada, autor de la parte de la sentencia del caso Gürtel en la que se afirma la existencia de una caja B en el PP; Manuel Vergara, profesor de Derecho Penal y asesor de la Fundación Internacional Baltasar Garzón; Hernán Hormazábal, catedrático de Derecho Penal y presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, y el abogado y profesor de Derecho Internacional Manuel Ollé.
«Los criterios que ha utilizado en este consejo asesor no son ni feministas ni paritarios. Ni una sola mujer, y las hay muy buenas», le espetó Moro a Dolores Delgado. Según la diputada, la forma de componer la comisión «no es objetiva, no es ejemplar y no es riguroso incorporar a jueces que intervienen en ciertos procedimientos», en alusión al caso Gürtel.
«Y luego el que no está pero está: Garzón«, añadió la portavoz del PP. «No hay que elegir a aquellos con los que a una le sacan fotografías en cacerías o con quienes se reúne en secreto o con quienes comparte dudosos eventos», señaló.
«España no se merece a una ministra de Justicia a la que no le importa la Justicia, una ministra que parece la mano visible de una sombra que planea en el Ministerio, esa sombra que coloca a sus peones y que con atrevimiento da instrucciones desde las tribunas de prensa, una ministra que parece que ha venido más a dar cauce a vendetas que a ejecutar políticas para mejorar la Justicia», manifestó Moro en referencia al hecho de que el exjuez Garzón fue condenado por la Sala Penal del Supremo (de la que Llarena forma parte) por vulnerar derechos constitucionales de los imputados en el caso Gürtel.
Pese a la andanada, Delgado se limitó, visiblemente molesta, a enumerar los méritos curriculares de los miembros de la comisión y a defender la necesidad de «recuperar la jurisdicción universal» para actuar contra genocidas.