El líder del PSOE, Pedro Sánchez, llamó a su homólogo de Podemos, Pablo Iglesias, para desbloquear las difíciles negociaciones que el partido morado estaba llevando a cabo con el Gobierno de Castilla-La Mancha. Así se lo pidió el presidente regional, Emiliano García-Page, al secretario general del PSOE, como confirmaron a este diario fuentes de la dirección.
Finalmente, las conversaciones entre Emiliano García-Page y su homólogo de Podemos, José García Molina, dieron fruto y el partido de Iglesias entrará por primera vez en su historia en un Gobierno dirigido por el PSOE. Y más teniendo en cuenta la importancia de este Ejecutivo, que gestiona una región con más de dos millones de habitantes y cinco provincias. Page mantendrá a sus mismos ocho consejeros. En el Gobierno entrará Molina como vicepresidente y, probablemente, su jefa de Gabinete, María Díaz, como consejera de Coordinación del Plan de Garantía de Rentas.
La victoria de Pedro Sánchez, sin embargo, trastocó la estrategia de Podemos. Iglesias se vio obligado entonces a tender la mano al nuevo PSOE. Y lo hizo oficial en el debate de la moción de censura a Rajoy.
Sin embargo, en Castilla-La Mancha, las conversaciones seguían encalladas. Hace 20 días, Page amenazó con convocar elecciones anticipadas si Podemos seguía bloqueando los Presupuestos, dada la asfixia financiera de la comunidad. Podemos, a partir de ese momento, empezó a moverse hacia posiciones más favorables a negociarlos.
En los últimos días, Page pidió ayuda a Sánchez y el secretario general del PSOE habló con Iglesias. Los dos líderes no bajaron al detalle de la negociación. La entrada o no de Podemos en el Ejecutivo quedó en el ámbito regional. Pero la conversación allanó el camino, según fuentes socialistas. Ayer, Sánchez se felicitó en rueda de prensa en Barcelona por este acuerdo «entre fuerzas políticas progresistas».
García-Page informó a Sánchez de las tres posibilidades abiertas ante el bloqueo de los Presupuestos por parte de Podemos. La primera era recomponer el diálogo con el partido de Iglesias y negociar cada medida. La segunda, convocar elecciones anticipadas, lo que suponía dar por perdidos los Presupuestos de 2017. La última era la entrada de Podemos en el Gobierno del PSOE. El secretario general socialista no puso objeciones a ninguna de estas opciones.
Iglesias aprovechó los contactos con Sánchez para presionar al líder del PSOE y reactivar el diálogo entre las dos formaciones en el Congreso. Podemos tenía prisa por abrir cuanto antes las mesas de diálogo bilaterales para poner en marcha iniciativas parlamentarias, pero los socialistas les estaban dando largas. Finalmente, Iglesias y Sánchez acordaron el jueves verse el lunes en el Congreso en una nueva reunión de equipos de los dos partidos.
El acuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos está sólo pendiente de que así lo aprueben los militantes de la formación morada. La próxima semana se reunirá el Consejo Ciudadano Regional y convocará una consulta, probablemente para final de mes.
Fuentes de Ferraz expresaron ayer su satisfacción por el acuerdo que «refuerza las posiciones de Sánchez», que, desde la campaña de las primarias, apuesta por un acercamiento a Podemos.