Demasiados argumentarios y pocas directrices políticas. Las polémicas de Tejerina y el discurso de Monserrat avivan las dudas internas
El Partido Popular comienza a mostrar fisuras. Sus filas, habitualmente férreas, empiezan a mostrar fracturas por las dudas que les genera la estrategia de Pablo Casado, quien tras tres meses en el cargo ya ha impregnado por completo su sello particular. Durante la pasada semana coincidieron las inefables declaraciones de Casado sobre el descubrimiento del “nuevo mundo”,la polémica protagonizada por Isabel García Tejerina sobre la Educación de los niños y niñas andaluces y la ridícula intervención en la sesión de control de Dolors Monserrat. Cada gota fue llenando el vaso y ya hay quien advierte que se puede colmar.
Dirigentes populares y mandos intermedios desconfían de la táctica diseñada por el nuevo presidente del partido. Critican que reciben demasiados argumentarios a lo largo del día (entre 8 y 9), así como las declaraciones de Casado; pero no directrices políticas.
Según estos integrantes de la formación, falta argumentario más allá de la postura sobre la unidad de España y la crítica a la “subida de impuestos” incluida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pactados entre el Gobierno y Podemos. El problema se agrava cuando las otras ofensivas en los discursos se vuelven en contra, como ha ocurrido con las críticas al PSOE Andaluz, al que acusaba de gastarse el dinero en lupanares.
A este desencanto habría que sumarle la polémica en la que cada dirigente del PP queda envuelto cada vez que un alto mando de Casado provoca una subida del pan por sus declaraciones. Fue el caso de Tejerina. Sus declaraciones sobre la Educación en Andalucía provocaron hasta la crítica del candidato del PP a la Junta: “No compartimos las palabras de Isabel García Tejerina. Los niños y profesores andaluces son de diez, solo les falta un Gobierno a su altura”, escribió Juanma Moreno en su Twitter.
A este respecto, según informa Pablo Montesinos, un veterano parlamentario del PP afirmó que “tenemos que pensar un poco más las cosas. No por ser los más rápidos y los más contundentes vamos a ser los mejores”.
Lo mismo ocurrió con la performance de Dolors Monserrat en la que habló de todo y a la vez de nada. Un discurso marcado por el sinsentido que forzaron las explicaciones de sus colaboradores: “Un día malo lo tiene cualquiera”.
Con todo y con eso, las críticas son calculadas. Nadie habla de ello en público. En declaraciones a ElPlural.com, el PP niega que exista tal división: “¿Fractura? Nada de eso”. El secretario general, Teodoro García Egea de la formación ha evitado pisar el charco y al ser preguntado en Espejo Público no ha respondido.
Y con este escenario como telón de fondo, las elecciones andaluzas están ya a la vuelta de la esquina. El PP ha empezado con mal pie con las discrepancias entre el candidato y Tejerina. Sin embargo, Casado sí que tiene un plan para estos comicios. Aunque se trate de una hoja de ruta copiada de su predecesor, Mariano Rajoy. Al igual que éste último hizo con Alberto Núñez Feijóo, Casado se volcará en Andalucía con una campaña en paralelo a la de Juanma Moreno. ¿El problema? Que en esta región el PP no tiene el tirón que sí tiene en Galicia. Entretanto, barones como Pío García Escudero insisten en que se designe ya un candidatos, en este caso, para Madrid. Pero desde la dirección señalan que la prioridad de momento son las andaluzas y el nombre deberá esperar.