El primer Gobierno andaluz de centro derecha tendrá 11 consejerías -dos menos que el anterior gabinete socialista- y será doblemente paritario: la mitad de los consejeros son del PP (seis) y la otra mitad son de Ciudadanos (cinco), y cada partido ha cumplido en su cuota de consejeros con la Ley de Gobierno andaluz, que obliga a fijar un reparto «equilibrado», como mínimo, de 40% mujeres y 60% hombres. Así lo hizo Susana Díaz en su último Ejecutivo y así lo ha anunciado este lunes el nuevo presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla.

El gabinete de Moreno tiene otra peculiaridad: inaugura una bicefalia inédita que, aunque haya una coordinación entre los dos partidos que conforman la coalición, funcionará a dos voces y a cuatro manos. Al menos así se desprende de la escenificación que PP y Ciudadanos han hecho esta mañana para presentar la composición definitiva del Consejo de Gobierno: Moreno ha convocado por primera vez a la prensa en el Palacio de San Telmo -sede de la Junta- para anunciar quienes serán los 11 consejeros, aunque los cinco nombres de Ciudadanos ya habían sido difundidos días antes por el partido naranja.

Las seis carteras que ostenta el PP las componen tres hombres y tres mujeres: Elías Bendodomano derecha de Moreno, que tendrá que dejar el cargo de presidente de la Diputación de Málaga, para convertirse en el hombre fuerte de la Junta y escudo político del presidente. Bendodo será quien lleve el diálogo con el socio de Gobierno (Ciudadanos) y ostentará también el área de Administración Pública e Interior. A esta cartera corresponde, además, las competencias de la Ley de Memoria Histórica, que los populares prevén reconvertir en una Ley de Conciliación, según lo acordado con Vox. En el gabinete anterior, las políticas memorialistas tenían una Dirección General propia. En 2017, aprovechando una crisis de Gobierno exprés, Susana Díaz elevó de rango el área de Memoria dentro del organigrama de la Junta, trasladándola de la Consejería de Cultura a la Vicepresidencia y Consejería de Presidencia, donde seguirá ahora.

El responsable de diseñar los primeros Presupuestos Autonómicos de la derecha será el nuevo consejero de Hacienda, Industria y Energía, Alberto García Valero, ex director general de Tributos en el anterior Gobierno de Mariano Rajoy, y destituido el pasado julio por la ministra María Jesús Montero, tras la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa. García Valero, inspector de Hacienda nacido en Madrid y experto en fiscalidad y comercio internacional, dirigía desde septiembre en Sevilla la consultora EY (antigua Ernst & Young). Fue delegado ejecutivo y delegado especial de la Agencia Tributaria en Andalucía. Ahora tendrá el cometido de rehacer las cuentas autonómicas de 2019, un montante de más de 34.000 millones de euros, “antes del mes de julio”.

La Consejería de Salud se llamará ahora Consejería de Salud y Familias. Además de gestionar el mayor presupuesto de la Junta, asume competencias que hasta ahora estaban en el departamento de Igualdad y Bienestar Social: “Tendrá la misma estructura que había en Igualdad, pero reforzada, incluyendo medidas legislativas, subvenciones, iniciativas de protección, etc”, ha aclarado Moreno. Al frente estará Jesús Aguirre, senador del PP, médico de atención primaria, dirige la comisión de sanidad del PP en Andalucía. “Un profesional del sector para lidiar con la compleja reorganización del sistema sanitario andaluz”, muy discutida desde dentro en los últimos años.

Las consejeras del PP son tres veteranas diputadas del partido: la almeriense Carmen Crespo, actual portavoz parlamentaria, pilotará la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible; la granadina Marifrán Carazo llevará el área de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio; y la sevillana Patricia del Pozo, será la nueva consejera de Cultura y Patrimonio. Las dos primeras están muy ligadas a Moreno desde el principio, mientras que Del Pozo siempre ha sido una persona muy próxima al ex presidente del PP andaluz, Javier Arenas. La entrada de Crespo en el Gobierno deja la portavocía del PP en el Parlamento en manos de Dolores López, secretaria general del partido, consciente de que el partido tendrá una oposición hostil en la Cámara legislativa.

“No he tenido ningún tipo de presión por parte de nadie”, ha recalcado el presidente andaluz. “He tenido las manos libres y no he buscado hacer equilibrios políticos, sino pensar en el interés general”. En efecto, no hay personas afines a Pablo Casado en el gabinete de Moreno. “Casado me dijo que tenía que hacer el Gobierno que considerase oportuno, rodearme de gente de confianza”, ha aclarado el presidente. Tampoco existe la cuota provincial de consejeros que solía utilizar el ex presidente Manuel Chaves para contentar a todos los secretarios provinciales del PSOE. En el nuevo Gobierno son mayoritarios los consejeros nacidos o vinculados profesionalmente a Málaga, provincia natural del presidente, en lo que parece el primer guiño a la Andalucía oriental. «No he tenido ninguna presión, me ha sorprendido incluso a mí. Me refiero a nivel provincial», ha bromeado.

Los consejeros tomarán posesión este martes en San Telmo y el primer Consejo de Gobierno tendrá lugar el próximo sábado en el municipio malagueño de Antequera, un enclave “simbólico”, no sólo por ser el centro geográfico de Andalucía, sino porque hace 40 años se firmó allí un pacto de 11 formaciones políticas que abrió la puerta al desarrollo estatutario andaluz. 

Esa primera reunión del gabinete de Moreno prevé aprobar por decreto la práctica eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones -una de las promesas de campaña de PP y Cs- y la creación de una “auditoría integral” de la Junta de Andalucía. El presidente ha aclarado, por primera vez, que será una auditoría “sin gasto extra”, es decir, que no se le encargará a una agencia privada, sino a la Cámara de Cuentas (que ya audita el gasto público) u otros organismos públicos. La auditoría emperzará, parcialmente, por revisar los entes instrumentales de la Junta, lo que PP y Ciudadanos califican de forma peyorativa como “Administración paralela”.

La gestión sobre la RTVA, en el ojo del huracán desde que Vox exigió, primero su eliminación, y luego que se «redimensionase», recaerá en manos de un nuevo ente instrumental «compartido» por PP y Ciudadanos. Moreno ha explicado que de aquí «van a colgar otros organismos públicos importantes», que gestionarán entre ambos socios de Gobierno, «para que no dependa de un solo partido político».

La presentación de Rivera

Casi en paralelo -45 minutos después-, el presidente nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, presentaba a sus cinco consejeros y lo hacía desde el Parlamento de Andalucía, segunda institución de la comunidad, que ejerce de control al Gobierno y que preside la diputada naranja, Marta Bosquet. Toda una declaración de intenciones para subrayar que hay un Ejecutivo de coalición, sustentado en un programa con 90 medidas, pero también hay dos partidos del arco de centro derecha que compiten fuera por el mismo espectro electoral y competirán dentro por el mayor protagonismo de sus políticas. Dos gobiernos en uno, dicen fuentes del PP, a los que no le ha gustado nada que Rivera viniese hoy a Sevilla expresamente para «contraprogramar» al nuevo presidente andaluz. «A partir de ya, el Gobierno es uno. Actuaremos como un solo gobierno, sin distinción de siglas», ha subrayado Moreno, cuando le han preguntado por la presentación de Rivera en ese mismo instante.

El nuevo organigrama de Gobierno revela la última carta que faltaba por conocer de la negociación PP y Ciudadanos: Hay tres hombres fuertes en la cúpula de la Junta, el presidente Moreno, el vicepresidente y líder andaluz de Cs, Juan Marín, y el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo. En el Ejecutivo de Susana Díaz, el escudo político de la presidenta lo ostentaba el vicepresidente que, además, era el titular de Presidencia (Manuel Jiménez Barrios). Los cinco cargos de relevancia en orden de prelación de este Gobierno lo ocupan hombres.

Aquí esa función se ha desdoblado en dos carteras que, previsiblemente, competirán por tener la voz cantante de la Junta: Marín será un presidente bis, con perfil más institucional que Bendodo, y ostentará funciones de Gobierno de las que Ciudadanos ha hecho bandera: Regeneración Democrática (todo el bloque de lucha contra la corrupción); Turismo (la cartera con más recursos finalistas y más amable del Gobierno); Políticas Migratorias y Violencia de Género (ligada al área de Justicia).

Llama la atención que estas dos últimas competencias hayan caído del lado de Ciudadanos, puesto que fueron las más cuestionadas por el otro socio del PP: Vox. El partido ultraconservador inició su negociación con los populares exigiendo la derogación de la Ley contra la Violencia de Género -aprobada por unanimidad del Parlamento- y la deportación de 52.000 inmigrantes sin papeles. Ambas propuestas fueron descartadas en el documento final que selló la investidura de Moreno, pero Vox «no ha renunciado a sus demandas», como señaló su portavoz parlamentario, Francisco Serrano.

Las otras cuatro carteras de Ciudadanos son: Economía y Universidades, que llevará un independiente, el catedrático y economista Rogelio Velasco; Educación, Formación y Deportes, la segunda cartera con más presupuesto y personal, que dirigirá el ex seleccionador nacional de baloncesto, Javier Imbroda, número uno por Málaga; Empleo y Emprendimiento, en manos de la hasta ahora directora de la Tesorería General de la Seguridad Social en Málaga,  Rocío Blanco (también independiente); y Asuntos Sociales, que pilotará la diputada onubense, Rocío Ruiz, profesora y directora de un instituto en Aljaraque. La Consejería de Asuntos Sociales, así como la de Educación, gestionan el mayor paquete de ayudas directas a las familias, aunque el PP ha decidido cumplir con lo acordado con Vox e incluir el concepto Familia en el macrodepartamento de Sanidad. La formación naranja asegura que, excepto Marín, todos sus consejeros son «independientes, porque no militan en Ciudadanos».

 
 

FUENTE: ELDIARIO