López Miras será muy selectivo con los candidatos a alcalde, a los que asigna un papel especial en su nuevo PP. El presidente del partido apuesta por la continuidad de José Ballesta en Murcia, pero la decisión última dependerá del regidor
Fernando López Miras quiere que 2018 sea nítidamente el primer año del nuevo PP. Arrastrado el pasado año por la inercia de la gestión y los problemas que heredó de sus predecesores -apenas lleva ocho meses al frente de la Comunidad y la mitad como presidente del partido-, a partir de ahora se propone soltar amarras e imprimir su propio sello.
En este contexto, la comparecencia pública del pasado miércoles, en el salón Ramón Gaya del palacio de San Esteban, se puede considerar un acto fundacional. Vendió proyectos comprometidos por sus antecesores, como la llegada del AVE, la apertura del nuevo aeropuerto y la supresión del impuesto de sucesiones, y que espera dar por superados este año, pero sobre todo avanzó iniciativas ya enteramente suyas, como la rebaja del IRPF, y subrayó algunas de las líneas maestras de su discurso: la apuesta por el turismo, por la excelencia en la educación y por la innovación, y los mensajes directos a los jóvenes y a la población de entre 40 y 55 años, compuesta por trabajadores y profesionales muy castigados por la crisis, de donde procede la principal fuga de votos del PP hacia Ciudadanos.
El grave problema al que se enfrenta López Miras es que, para que ‘su’ partido y ‘su’ proyecto de Región tengan futuro, debe vencer la dinámica negativa en que está sumido el PP y tratar de retener el poder tras las elecciones locales y autonómicas de mayo de 2019.
El cargo de presidente local del partido esta vez no asegurará el primer puesto de la candidatura
De momento, según fuentes de la dirección popular, hay una densa preocupación, pero no han saltado las alarmas, porque, aseguran, los estudios demoscópicos más recientes que tienen en su poder indican que, por ahora, e incluso con la circunscripción única que se estrenará en las próximas elecciones, el PP podría retener el Gobierno con el apoyo de Ciudadanos, y la amenaza del nuevo partido de Alberto Garre es aún muy débil.
La dirección popular maneja un estudio que vaticina que pueden mantener el poder en 2019 con el apoyo de Cs
Para tratar de que ese escenario no cambie, López Miras ha puesto a la dirección regional del PP y al Gobierno regional en el ‘modo elecciones’. En el frente institucional la intención es mantener la iniciativa política para marcar el paso a la oposición y reforzar el discurso social y reivindicativo, y en el orgánico, el primer y fundamental paso es la designación de los próximos candidatos a alcalde, a los que el presidente popular reserva un papel básico en su estrategia.
«Patear la calle»
Conocida es ya la pretensión del partido de poner cara a la mayoría de los candidatos a las alcaldías antes de Semana Santa, que este año cae en la última semana de marzo. El objetivo es que aprovechen el año largo que faltaría hasta los comicios para «crear y vender su proyecto, patear la calle, hablar con la gente», señala un miembro de la ejecutiva popular.
Para finales de mes preparan un gran acto regional con militantes y la participación de dirigentes nacionales
Cuesta reconocer al PP en iniciativas como esta, un partido que hasta hace no mucho elegía a sus candidatos a alcalde tres meses antes de la cita con las urnas.
Otra diferencia significativa es que, esta vez, la selección de los alcaldables será minuciosa. Ser presidente local del partido no garantizará, como solía ocurrir hasta ahora, que se vaya a encabezar también la lista electoral. En principio, solo tendrán preferencia los que ya ocupan el cargo de alcalde. Y si es necesario, se recurrirá a consultas a representantes de la sociedad civil para determinar a la persona del partido con más posibilidades de cara a las urnas.
Hay quien asegura que el presidente, que conoce bien las juntas locales del PP tras su paso por la vicesecretaría general de Organización, tiene ya en la cabeza a quiénes deberían ser los alcaldes en los 45 municipios de la Región, y que, en algunos casos, habrá sorpresas.
No en Murcia. Su apuesta sigue siendo el actual alcalde, José Ballesta. Valora su gestión y desearía que se presentara a la reelección, aunque la decisión última dependerá del regidor municipal.
Dudas en Cartagena
En Lorca se da por sentada la continuidad de Fulgencio Gil, que no ha cumplido ni un año en el cargo tras sustituir a Francisco Jódar. Y en Molina, obviamente, habrá nuevo candidato, «joven y con proyección», apuntan.
La situación en Cartagena es más peliaguda. Hay quien aboga por darle una oportunidad al presidente local del partido, Joaquín Segado, una vez limpio de las cuitas judiciales que pesaban sobre él. Pero también hay quien recuerda su pasada labor como mano derecha de la exalcaldesa Pilar Barreiro, que este lunes declarará en el Supremo como investigada por su presunta implicación en el ‘caso Púnica’, y defiende la conveniencia de buscar alguien nuevo que traslade a la sociedad la necesaria renovación que el partido necesita en Cartagena, papel en el que podría encajar, según los comentarios que circulan en el partido, la consejera de Transparencia y Participación, Noelia Arroyo.
El empeño de López Miras y su equipo por cambiar en la Región de Murcia el rumbo decadente en el que ha entrado el PP tiene también mucho de reto personal. Nadie quiere ser recordado como uno de los responsables de que el partido regrese a la oposición tras más de veinte años de poder absoluto en la Comunidad Autónoma. Sería una pesada losa para el futuro político de todos ellos.
Para conseguirlo, a López Miras no le van a faltar ayudas desde la dirección nacional. Tras la visita de Mariano Rajoy a la Región hace menos de un mes, el partido prepara para finales de enero un gran acto regional con militantes y en el que participarán también dirigentes nacionales.
FUENTE: LAVERDAD