BARCELONA. Crónica de un turista murciano de regreso (Último capítulo).

JOSÉ JUAN CANO VERA

Hemos terminado de almorzar y regreso, entre asombrado y sumandome a los millones de españoles cabreados, a la Comunidad Autónoma de Murcia, que siempre ha abierto sus pechos a los que llegan. Oleadas, mareas, confluencias, inmigrantes y refugiados. Para relajarme terminaré de escribir esta triste historia mirando al padre Segura desde mi terraza de pinos peligrosos. Hemos pasado horas, amigos, colegas, familiares y algun tipo importante que conoce el paño, desde que se empezó a fabricar en Cataluña. La masía está a un tiro de piedra de la vieja fábrica la Farga Lacambra para aislarnos, porque en esta preciosa región te vigilan, te controlan y te visitan hasta en los hogares, como los buenos evangalistas o mormones, predicando las bondades de la futura República Catalana, que puede que llegue a llamarse Federación contando con los votos de unos cincuenta mil aragoneses fronterizos y los isleños de Baleares, gobernados en estos dos últimos años por los hermanos catalanes del separatismo, los observadores podemitas ( que en Pamplona no han querido condenar la masacre yihadista ) y los siempre palmeros del socialismo del blando Iceta, ese político de rasgos viriles que se ha convertido en el asesor mayor de Pedro Sánchez. Vuelvo con pesambre y algo escamado porque mis colegas me recuerdan que no se me escape presumir que estoy de visita turística, pecado mortal salido de las mentes de los comunistas de la CUP, anticapitalistas que gobiernan Cataluña con el partido de la burgesía más radical y corrompida de Europa, y el resto de España. 
Llevan razón los millones de españoles cabreados, las bases no militantes, los del curro precario y los que esperan empleo haciendo cola ante las empresas impúdicas que hacen economía sumergida a cambio de sueldos africanos. Todos en estado de excitación, ahora desbordante y rabia más que congruente cuando nos amenazan o nos asesinan los yihadistas, que no son cuatro pelados, sino millones, millonarios y extensos apoyos sociales. Lo de los LOBOS SOLITARIOS no me lo trago, cuentan sin duda con los narcotraficantes, la tercera potencia económica global y los jefes de estados medievales con sus yates con grifos y váteres forrados de oro. Apoyo tecnológico de última generación, y humano de índole político camuflado en partidos que a la vista están, actuando por libre y hasta achantando a los ciudadanos, porque España, desde la Restauración ha carecido de hombres de Estado, no de recaudadores de impuestos y repartidores de miserias empujadas por el odio. Fue cuando los grandes estadistas nos montaron el Estado de las Autonomías. Unos guiados por sus malas intenciones ideológicas, otros por falta de base cultural e ignorantes de nuestra historia desde la Reconquista. Se trata de mantenerse en un estado permanente de vivir en plena greña y sin una justicia igualitaria en libertad. En Cataluña la crisis económica, social, laboral y política ha sido muy dura, pero sus dirigentes están en otra historia, robar a la región para tapar sus vergüenzas y formar gobiernos monstruosos, un combinado de extremistas ladrones de la burguesía, los antisistemas destructores de todo lo normal, los republicanos que interpretan el papel de apuntadores del teatro, sin ningun tipo de escrúpulos. Es el ansia por el poder total y mejorar la calidad de vida de todos ellos y sus militantes. No es levantar una República digna, sino un negocio o un lobby armado a espaldas de Europa. ¿ Alianzas exteriores, sus franquicias que financian ?. Las que sean menester. Se saben pero se silencian con la colaboración de los mercenarios del periodismo forrados de millones y de nombres célebres, bien de un Estado yanqui o de un devorador de una Secta sectaria que forra a los amos millonarios.
Se trata de hacer crecer el caos aprovechando las debilidades y vías de agua del barco de una derecha económica que no limpia fondos, se muestra farisea y gobernada por otro caudillo gallego, no se si mejor o peor. O el Partido Popular entra en una catarsis completa o entrará en un proceso de metástasis mortal que no se merecen sus familias y sus hombres y mujeres decentes. La historia se repite en la derecha incolora, la del dinero y la de los trucos verbales, como declarar cínicamente que hemos superado la brutal crisis que se inició con Aznar y culminó Zapatero. O a los millones de jóvenes desesperados buscando salir del un laberinto con luces en un final indefinido. La política española la tenemos perfectamente reflejada en una Cataluña en retroceso, con mucha sangre vertida, pero discutiendose si los mossos hicieron trampas, cometieron errores y la Guardia Civil y la Policia Nacional quedaron aparcadas, porque es lo establecido en el Estatuto de Cataluña. Una locura que urge un tratamiento de cara al futuro. La prueba del Nueve de cara al Referendúm, lo tengo muy claro, un ensayo espinoso, si Rajoy se queda mudo, ciego y sordo. Culpable, el presidente y el Gobierno en su conjunto. Intuyo que al Rey lo tendran bien informado de la peligrosa coyuntura. Quizás el CNI y los altos mandos de la lucha antiterrorista que en la tarde del domingo juraban en arameo.
El yihadismo tiene establecido al menos tres bases en territorio catalán, en cuya región viven un tercio largo de musulmanes de media decena de naciones árabes. Quiero recordar que el maquiavélico y corrompido Jordi Pujol, siendo presidente de la Generalidad hizo una oferta arriesgada: CATALUÑA ABRIRA SUS BRAZOS A LOS INMIGRANTES PARA QUE EN ESTA TIERRA DE PAZ LEVANTEN SUS HOGARES».Ya empezaba a entrar a saco, con su familia, sin hacer ascos, aunque católicos practicantes, prometiendo limosnas. Como debe ser.También a su partido y socios, con un tres por ciento que se elevó al cinco. Fueron los primeros pasos para alimentar el independentismo y aquella frase legendaria de que NOS ROBA ESPAÑA. Pobres catalanes de la pela es la pela. Lo ignoraban todo. No estaban informados que Pujol, sus secuaces y la extrema izquierda tratan de robarnos Cataluña. Y siguen mirando al dedo y no a la luna. Estaban enseñados los burgueses porque sus padres supieron explotar a los obreros que llegaban de toda España en los «trenes miserias». Los murcianos en primera línea, como en la vendimia y la emigración masiva. Murcia no despegaba, hoy ni desde el aeropuerto de Corvera. Castigados por los Valcárceles y su tropa de legionarios romanos. Ganas de llorar me entra por esta desigualdad porcina. En el país catalán reside medio millón de inmigrantes, unos dos en el resto del país, con problemas sociales y de integración que se han agudizado durante los años de la crisis. La influencia de este colectivo mayoritariamente mahometano en el extenso número de mezquitas y centros de adoctrinamiento camuflados de centros de enseñanza escolar árabe muy influidos por la poderosa secta radical, los salafistas, muy protegida por naciones como Arabia Saudí, con especial atención a la gente joven sobre todo de origen marroquí, que hablan un español perfecto, nacidos en nuestro territorio nacional, como Melilla y Céuta y su correspondiente DNI. Nada misterioso. En ambas ciudades el tres por ciento de nuestros militares son originarios de Marruecos del Norte, así como en los ayuntamientos trabajan concejales musulmanes, algunos de ellos integrados en un partido político de raíces alauitas. «No cabe ninguna clase de dudas de que Madrid, Cataluña, Andalucía y toda la costa mediterránea del sureste, con Céuta y Melilla, son las ZONAS MÁS CALIENTES. 

Vosotros en MURCIA TRANSPARENTE habéis tocado el problemón, que roza muy mucho a Marruecos. La última revuelta reciente en el RIF, en el norte, es un peligroso síntoma de que algo no va bien. Y se teme la posibilidad de un asalto multitudianario en las fronteras de Melilla y Céuta de consecuencias dramáticas, unos movimientos similares al de la MARCHA VERDE en el Sáhara. Una posibilidad que se viene estimulando por partidos políticos extremistas de Marruecos y España. Ya habréis observado que en la cumbre antiterrorista convocada por el Gobierno de Rajoy. Bildu, los ahijados de Eta, no han asistido, y Podemos ha colocado un «observador». Me viene a la memoria la desagradable amenaza de la CUP que anuncia que no asistirá a la concentración ciudadana del sábado en las Ramblas, si asiste el rey Felipe. La verdad es que no me siento capaz de digerir estos desplantes matones y las posibles filtraciones. Un riesgo no calculado.» Me explica detalladamente mi interlocutor, conocido compañero profesional del periodismo de investigación, que frecuenta los debates televisivos y emisoras de radio. Se sabe la historia. Nació en Nador, a catorce kilómetros de Melilla. Este jueves vendrá a Murcia. 
Intercambiamos información de primera mano, y el sábado volará a Argel, el país que ha hecho del silencio su mejor arma de ataque. Lástima que siga de espaldas a sus vecinos de Marruecos. Es un error y un peligro para las dos naciones amigas de España, por ahora. La prudencia es siempre un valor cuando entramos en el intricado mundo árabe y sus armas de intereses religiosos orquestados por las cuatro grandes potencias y los dos Sistemas con sus confluencias, que en parte somos todos los demas.
Lo que escribo lo he soñado, pero el criterio es el mismo que he sostenido durante décadas.El hartazgo de una parte mayoritaria del pueblo catalán se desborda, y se vió en la escasa concurrencia en actos de desagravios de una sociedad que sigue esperando que le resuelvan problemas de mayor calado.
El separatismo es la enfermedad moral de Cataluña, de sus partidos soberanistas y del Gobierno de la Generalidad. No hay que engañarse con los falsos actos UNITARIOS de duelo ciudadano tras los atentados criminales del yihadismo musulmán, porque apenas han podido tapar la pulsion segregacionista que se ha instalado en la política e incluso en las relaciones más personales, las humanas. Las pruebas abundan hasta la náusea. Los apologistas de la violencia que viven en las CUP debieran ser declarados fuera de la Ley. Si no se hace es por cobardía del Gobierno y de los que convertirían un acto de justicia en un tumulto político electoralista. Pero va calando en el pueblo que dice ya basta de imposiciones extremistas que ponen en riesgo la existencia de España como nación. El desprecio a otras regiones cargados de egoismo, el nosotros somos una nación, es insoportable, intolerable y condenable. Todos somos España. Me sale del alma ya vieja y de una cabeza aún sólida. A cada línea roja que trazan, a cada trinchera que abren para ejercer la violencia, ellos y los de fuera, arriesgan a los catalanes y catalanas a una reyerta de navajas voladoras para hacerse con el poder absoluto nihilista, y negarse a quedar integrados en una Europa libre, es enterrar a Cataluña en la fosa de la soledad cultural, social y económica. Sería como una muerte súbita. No vale la pena, creedme. Sin embargo, os respeto en las discrepancias, pero sin hundir el barco. Seríamos millones de náufragos. Suicidarse es un acto de cobardía.

EPÍLOGO.- En estos últimos cuarenta años han ocurrido en España una serie de chapuzas inenarrables que nos han dejado atónitos y con dudas razonables. El asesinato del almirante y presidente del Gobierno Carrero Blanco, en pleno centro de Madrid y a doscientos metros de la embajada de los Estados Unidos dotada de inhibidores y sensores con los etarras haciendo de mineros fue una de ellas. Fue sustituido por el Ministro de la Gobernación, Carlos Arias Navarro, como premio a su eficacia, dejando tirado al vicepresidente de Carrero, Torcuato Fernández Miranda, el estratega intelectual de la Transición que rompió con Suárez por el espinoso problema de las Autonomías. Se opuso frontalmente al histórico disparate.

Ya en la Transición, Tejero y los suyos, superiores incluidos, empujados por los poderes ocultos de siempre, dieron un golpe francamente tercermundista, sin que los servicios secretos ni nadie se percataran de la movida armada, algo parecido a los corruptos jefes políticos de estos años que no se han enterado de nada. Sumo y sigo con los atentados multitudinarios de Atocha con 192 muertos y cientos de heridos que votaron en aquellas elecciones tan oscuras del 11 de Marzo, con tapaderas traidas del mundo de la droga y el terrorismo, mezclados, que ya es normal como fuente de financiación muchimillonaria. El tercer negocio más potente de la economía internacional. Y ahora esta carniceria de Cataluña bajo sospechas fundadas o infundadas, pero con detalles que no me gustan ni encajan, como la marginación de la Guardia Civil, dando la imagen de que en el drama hay factores y protagonistas que pudieran darnos sorpresas inquietantes, desde dentro y desde fuera de España. Ha comenzado otra película made in Spain de la serie B. El inicio es simplemente fantasmagórico con la exploxión del famoso chalet lleno de bombonas de butano y propano, diagnosticado irresponsablemente por los Mossos como un estadillo de gas y drogas. Finalmente llegó una parte de la hecatombe montada durante cinco meses, desde febrero. Algo serio gritó la madre del asesino de la furgoneta, anunciando que un día contará toda la verdad. Ahora se sabe que el imán, elemento clave del posible complot y mudo para siempre, fue expulsado de España, recurrió y un juez lo dejó entar en suelo español. Lo he leído esta mañana en El Mundo. Me llevo las manos a la cabeza. Muchos nos hacemos cruces y recordamos que todos estos actos criminales y salvajes se llevaron a efecto con Gobiernos de derechas, desde el franquismo hasta el jueves. Una casualidad, evidentemente, y cuádrupe amargura. En los jardines olorosos de las refriegas electorales y un referendúm fantasmal a la búsqueda de miles de urnas por llenar de odio. La escena espectacular del filme es cuando se recoge la escena de un mosso de escuadra, ex legionario, que manda al otro barrio a cuatro yihadistas que sacaron tarde sus rencores. 

JOSÉ JUAN CANO VERA