Noticia de Andalucía: el consorcio de las tres derechas puede tomar el poder en España dentro de unos meses, si logra articular una fórmula de gobierno estable para la región más poblada de España. El vuelco electoral andaluz, la ominosa derrota de las izquierdas después de 36 años ininterrumpidos de gobierno regional socialista, modifica todos los parámetros de la política española después del acontecimiento de mayo (moción de censura).

El consorcio de las tres derechas: Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Ni frente, ni alianza, ni coalición, ni confluencia. Consorcio. Cada uno a lo suyo, con un objetivo común: arrebatar a la izquierda todo el terreno posible en las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo, para después dejar fuera de combate al Gobierno provisional de Pedro Sánchez, con el consiguiente descalabro del PSOE.

Tres derechas y un único zar: José María Aznar. Sólo Aznar puede dirigir estratégicamente el consorcio y ya está en ello. Pablo Casado,que fue su jefe de gabinete, le obedece. Albert Rivera le escucha. Santiago Abascal , jefe de filas de Vox, exmilitante del PP vasco, le admira.

El Partido Popular toma la iniciativa para que Moreno Bonilla presida la Junta

Aznar ya tiene dibujada la estrategia: el consorcio debe operar como un bloque histórico en defensa de la nación española, combatiendo al PSOE como un partido que ha dejado de ser “constitucionalista” por la manifiesta tibieza de Sánchez con los independentistas catalanes. Aznar es un maestro en el arte de las líneas divisorias.

El consorcio tiene un estratega principal (Aznar), pero no será fácil establecer una mínima disciplina cooperativa. Pablo Casado, anteayer muy angustiado, hoy eufórico, quiere reafirmar la primacía del viejo PP asegurándose la presidencia de la Junta de Andalucía para Juan Manuel Moreno Bonilla, que en una anterior vida fue escudero de Soraya Sáenz de Santamaría. Los milagros existen en la barroca Sevilla. El PP quiere dirigir el consorcio. Rivera, que soñaba con el sorpasso a los populares –al igual que Pablo Iglesiassoñaba en el 2016 con superar a los socialistas– no quiere acabar sirviendo los cafés en la planta diecisiete del número 13 de la calle Génova de Madrid.

Rivera ya no puede imaginarse a sí mismo como un político auxiliar, pero no puede desentenderse de la fuerte pulsión de cambio que se ha manifestado en las elecciones andaluzas. Si el consorcio le llama, Ciudadanos no podrá ausentarse. Han jugado muy fuerte en la campaña andaluza con la cuestión de Catalunya y ahora no hay tibieza posible. Como vemos, Vox tiene la llave del consorcio. Arrogarse el mérito de haber echado a los socialistas de la Junta de Andalucía será su premio. Aznar no se lo va a regatear.

Vox da prioridad a la expulsión de los socialistas; Cs intenta defender su perfil

Hay división de tareas. El Partido Popular retiene a buena parte del electorado conservador más tradicional. Ciudadanos aglutina al segmento más joven y dinámico del centroderecha, Vox lleva a votar a los más enfadados con la situación de Catalunya, a los más decepcionados con la corrupción del PP, a los que ya están hartos de todo y de todos.

Una derecha clásica y veterana que no se viene abajo; una joven derecha que se dice liberal, y una derecha de la ira, conectada, vía Steve Bannon, con los movimientos trumpistas europeos, de los que ha copiado las líneas programáticas generales y los métodos de combate, adaptándolos a la tradición reaccionaria española. Tres derechas coaguladas por la radiación de Catalunya. Las ciencias sociales deberán estudiar, entre otras cosas, el impacto del rufianismo en el voto andaluz de este pasado domingo.

Noticia de Andalucía se titulaba el libro deAlfonso Carlos Comín (padre del político catalán Toni Comín), que en 1971 alertó sobre las pésimas condiciones de vida en una región dejada de la mano de Dios, en tiempos de emigraciones masivas. “Los que se quedan en la España del Sur para enfrentarse valerosamente con los problemas de su desarrollo son la mayor esperanza de Andalucía, seguramente son su única esperanza. Son los futuros protagonistas del cambio. Un mínimo de solidaridad por parte de las regiones avanzadas del país debe contribuir a que estas favorezcan los impulsos que los que se quedan han de crear”. Casi cincuenta años después, esas palabra del intelectual católico-marxista Comín adquieren una especial resonancia. Hubo cambio y el partido que pilotó ese cambio hasta convertirse en fuerza regimental ha colapsado este fin de semana.

Susana Díaz se atrinchera y sugiere un pacto del PSOE con Ciudadanos

Susana Díaz, la gran perdedora del domingo, se atrinchera en el palacio de San Telmo, aguardando acontecimientos. A la espera del voto por correo, que acaso podría dar un diputado más al PSOE, ayer propuso una confluencia PSOE-Ciudadanos, que hoy necesitaría la improbable abstención de Adelante Andalucía (Unidos Podemos). En un país de mayor tradición liberal, la señora Díaz habría dimitido ayer mismo de sus responsabilidades en el partido. La dirección federal del PSOE así se lo sugirió, a través del secretario de organización José Luis Ábalos. Los federales la acusan de haber ejecutado una campaña disparatada, que perseguía la abstención. Los susanistas dicen que todo es culpa de Catalunya y de la blandura de Sánchez. La pérdida del poder puede provocar un descalabro orgánico en el PSOE andaluz. Algunos líderes territoriales del PSOE están aterrorizados.Ximo Puig ha archivado rápidamente la idea de convocar elecciones anticipadas en la Comunidad Valenciana.

Malas noticias también para Unidos Podemos, que parece estar perdiendo fuerza de propulsión entre los sectores más disgustados de la sociedad. El Partido de la Ira ahora es Vox.

Arrecía el debate en el ámbito de Podemos sobre el influjo de la derecha populista

La coalición Adelante Andalucía no ha podido beneficiarse del desgaste del PSOE. Podemos e Izquierda Unida tampoco han conseguido esta vez sumar los votos obtenidos por separado en anteriores elecciones. Han perdido tres diputados y más de doscientos mil votos. Un mal resultado que va a frenar los deseos de Teresa Rodríguez de conseguir una independencia orgánica de Adelante Andalucía. Pablo Iglesias y Alberto Garzónmantienen el mando. Van a subir de tono las discusiones sobre el magnetismo que la derecha trumpiana logra ejercer en sectores populares. Soberanistas versus internacionalistas. Partidarios de la acentuación de las reivindicaciones materiales frente a la glorificación de los derechos de las minorías civiles. Errejonistas que reivindican un mayor realismo. Anguitistas que sueñan con volver a la teoría de las dos orillas (la izquierda verdadera y la izquierda impostora). Municipalistas, colauistas, carmenitas descalzos…

Ayuno en la cárcel de Lledoners y gran preocupación en Sabin Etxea, sede central del PNV.

 

 

FUENTE: LAVANGUARDIA