Cuando Ignacio González se vio acorralado por varias investigaciones sobre corrupción decidió maniobrar y hacer valer su agenda de contactos para intentar librarse. Hasta el punto de que trató de influir en el nombramiento del Fiscal General del Estado, del responsable de Anticorrupción y hasta de cambiar a un juez de la Audiencia Nacional. En la ronda de contactos que diseñó con el exministro Eduardo Zaplana y el empresario Enrique Cerezo incluyó al entonces magistrado Enrique López, hoy nuevo consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid. Dijo que comían habitualmente y relató una conversación en la que trataban los cambios en la Fiscalía cuando González ya estaba imputado por el caso Ático y el PP gobernaba con mayoría absoluta en España.

Esos contactos, que según las conversaciones grabadas por la Guardia Civil se celebraron en 2016, vienen recogidos en un informe del caso Lezo, la investigación que motivó la detención de González y su entrada en prisión provisional. El documento de más de 300 páginas elaborado por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) dedica uno de sus apartados a las maniobras del expresidente madrileño para «beneficiar sus intereses particulares o de terceros en los diferentes procesos judiciales que tiene abiertos».

En las conversaciones que grabaron los agentes aparece en varias ocasiones el nombre de Enrique López. González cuenta que se ve con él una vez al mes y relata, sin saber que los agentes le están escuchando, una de las conversaciones que mantuvo con el magistrado.

En algunas de esas charlas González se comunica con Enrique Cerezo, productor de televisión y presidente del Atlético de Madrid -por el caso Ático en el que ambos estaban implicados-, en otras con el exministro Zaplana y habla también con Enrique Arnaldo Alcubilla. Ese último es abogado y letrado de las Cortes Generales. Fue vocal del Consejo General del Poder Judicial, en el que coincidió con López cuando este llegó como letrado. Además, ejerció como abogado del propio López en la causa que afrontó por conducir su moto borracho y que derivó en su condena y su salida del Constitucional. En las conversaciones interceptadas por la Guardia Civil, Arnaldo Alcubilla promete a González hacer algunas gestiones para poner a un fiscal general «bueno».

El nombre de López aparece en un encuentro que mantuvieron en un hotel de Madrid Zaplana y González el 22 de noviembre de 2016 y que fue grabada por los agentes de la UCO. El expresidente se muestra nervioso porque, a través de un chivatazo, se ha enterado de que le están investigando a él y a su testaferro, Edmundo Rodríguez Sobrino. En la conversación habla con el exministro de lo que deberían hacer para quitar al juez que estaba al frente del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. Barajan que se le ascienda o que vuelva el titular de la plaza, que estaba destinado en el extranjero.

Cuando sopesan qué movimientos pueden hacer, González menciona al magistrado que ahora ha pasado al Gobierno regional: «Yo creo que quien mueve a todos éstos es ese círculo que dices tú [ininteligible] …¿ese círculo sabes quién se mueve todo el puto día y enreda? No sé con qué grado de influencia pero Enrique López más Enrique Arnaldo». Ambos añaden que este último está ya fuera de la primera línea pero sigue teniendo mucho poder: «Está por detrás». González también incluye en ese círculo de influencia a Pedro González Trevijano, magistrado del Constitucional, tribunal al que accedió el mismo año que López y también a propuesta del PP.

«El otro día estuve con Enrique López»

Es en este punto de la conversación cuando González asegura que come con ese grupo «de vez en cuando». «Yo como con ellos la semana que viene, como una vez al mes, ¿sabes?», insiste. Le cuenta a Zaplana  que su último encuentro se había producido tan solo unos días antes, el 11 de noviembre de 2016, el día que el Gobierno nombró a José Manuel Maza como nuevo fiscal general del Estado.

González cuenta que le pidió a «Enrique» -sin aclarar si es López o Arnaldo Alcubilla- referencias de Maza y que este le contestó que «muy bien, muy bien, este tío es un tío muy bien, no…bien elegido». El expresidente madrileño expresó su alegría: «Joder, ya están estos ahí».

En otro momento sí que menciona específicamente al nuevo consejero: «El otro día me fui a hablar con Enrique López». Cuenta que le manifestó sus dudas porque había escuchado en los medios que el entonces ministro de Justicia, Rafael Catalá, prefería de fiscal a la que ya estaba en el puesto, Consuelo Madrigal. El magistrado le tranquilizó, según González: «Me dijo, esto lo ha filtrao el jefe de prensa que tenía ella en la Fiscalía General, pues que se la iban a follar, a Catalá le viene bien esto porque parece que él no ha puesto al otro, y fuera, este es un tío serio, este es un tío que sabe lo que tiene que hacer».

González cuenta en esas grabaciones en poder de la Audiencia Nacional que le preguntó entonces a López qué nombramientos quedaban ahora por hacer y este le dijo que el de los fiscales jefes de Anticorrupción y Audiencia Nacional. Es ahí cuando González y Zaplana hablaron de cómo colocar a Manuel Moix al frente de Anticorrupción porque era «un tío serio y bueno», y creían que les iba a ayudar en sus investigaciones. Hablan incluso de ir a ver directamente al ministro -«Voy a ver si se lo puedo hacer llegar»- y sopesan hablar también con López de nuevo. «¿Tienes buena relación tú con Enrique López?», le pregunta González a Zaplana. La respuesta de este es inaudible, según reflejan los agentes.

Unos meses después de esa conversación Manuel Moix fue finalmente nombrado jefe de la Fiscalía Anticorrupción. Era el único de los aspirantes que no tenía experiencia en esa plaza. Al poco de llegar se enfrentó a los fiscales del caso Lezo cuando intentó frenar una parte de la investigación. Acabó dimitiendo a los pocos meses, cuando se destapó que tenía parte de una empresa radicada en un paraíso fiscal.

González ya estaba imputado en el caso Ático

Los contactos que relata González se produjeron cuando el expresidente madrileño ya estaba fuera de la política y se enfrentaba a varias investigaciones por corrupción. Ya estaba imputado en el caso Ático, buena parte del PP de Madrid estaba bajo el foco de la investigación de Púnica y al político le había llegado que tenía pinchado el teléfono. López estaba entonces destinado en la Audiencia Nacional tras haber dimitido como magistrado del Constitucional por conducir borracho. Por esas fechas acababa de ser recusado de otra pieza del caso Gürtel por su proximidad al PP.

Contactado por eldiario.es, un portavoz de López aseguró que «nunca ha mantenido con regularidad encuentros» con González y que como mucho han coincidido «en algún evento o acto». Sobre el hecho de que ya estuviese imputado, asegura que «no puede prejuzgar la supuesta culpabilidad de las personas con las que se encuentra en los mismos». «En cualquier caso, el señor López nunca habló con el señor González sobre la situación procesal del ex presidente de la Comunidad de Madrid», añade. Afirma que no sabe si Arnaldo Alcubilla y González Trevijano acudieron a esas comidas y asegura que el expresidente madrileño nunca le contactó para tratar de influir en los nombramientos de la Fiscalía.

El magistrado que ahora ha dado el salto a la política nunca ha sido llamado a testificar por estas conversaciones. Ni él ni el resto de protagonistas del mundo judicial que aparecen citados en ellas. Los agentes dejaron claro en su informe que «se desconoce» el resultado de los contactos que mantuvo González y si realmente pudieron «llegar a reportarle beneficios». No hay ninguna mención al papel que pudiesen jugar López o Arnaldo Alcubilla, más allá de los entrecomillados de las transcripciones. Eso sí, en sus conclusiones dijeron que Ignacio González había actuado como el «crimen organizado» para tratar de garantizarse inmunidad.

Esas maniobras se evidencian en las conversaciones que González mantuvo con Arnaldo Alcubilla antes de la elección del nuevo fiscal general del Estado. «Hay que mover la pieza principal y luego las dos que van al lado, que son la Fiscalía de la Nacional y la Fiscalía Anticorrupción» dijo el exvocal del CGPJ, que confesó que se estaba «moviendo» para influir en ese nombramiento. El día que nombraron a Maza ambos volvieron hablar por teléfono. «¡Estamos muy contentos!», dijo Alcubilla. «Vamos a ver si lo celebramos, a ver si seguís», le apremió González.

El expresidente madrileño relató también sus buenas relaciones con los miembros del CGPJ en otra conversación que mantuvo con Isabel Gallego -exdirectora de Medios de la Comunidad de Madrid-, en la que ambos comentan el avance de la investigación del caso Púnica. González vuelve a hablar del juez que investiga el caso, al que quiere apartar: «Yo el otro día estuve comiendo con unos tíos de estos de ahí de la justicia y de tal (…) este cachondeo, como nadie le mete mano a estos tíos, joder. Ayer, tuve que discutir con unos tíos, con un tío que había estado en el Consejo General del Poder Judicial, dice oye oye pero si es que este tío, no está en una plaza en propiedad, está ocupando la plaza de otro, fíjate si es fácil, coño, acabar con todo el mamoneo (…)». Los agentes de la Guardia Civil no identificaron si ese exvocal era Enrique López o Enrique Arnaldo Alcubilla.

 
 

FUENTE: ELDIARIO