El Pleno aprueba por unanimidad una moción a favor de que el pecio de La Isla vuelva al municipio tras su recuperación
Los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de Mazarrón acaban de sellar un pacto para que el barco fenicio de la playa La Isla, conocido como ‘Mazarrón II’, se quede en el pueblo, en un museo construido expresamente para acoger, en óptimas condiciones, esta joya arqueológica del siglo VII antes de Cristo. En su última sesión, el Pleno acordó por unanimidad requerir a la Comunidad Autónoma y al Ministerio de Cultura para que, una vez rescatada del fondo marino y restaurada, la embarcación regrese a la localidad.
Los restos del ‘Mazarrón I’, otra nave de esa época y localizada en el mismo yacimiento, ya se recuperaron tras una excavación y se exponen en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) de Cartagena. Y no es la única pieza de interés que se despidió para siempre. Otro tanto ocurrió con las tres estatuas romanas localizadas en el barrio minero de La Serreta, y que desde hace décadas forman parte de la colección principal del Museo Arqueológico de Murcia (MAM). Así que el temor de algunos de que el pecio se marche fuera tiene ahí sus argumentos.
Pero para evitar que el ‘Mazarrón II’ acabe lejos de su lugar de naufragio, el municipio tiene el reto de levantar un museo acorde a la importancia de ese bien de interés cultural. En este sentido, el Pleno también se comprometió a iniciar los trámites para la construcción de esas instalaciones. En realidad, la comisión de seguimiento del barco fenicio, formada por expertos y las tres administraciones, ya encomendó esa tarea al Consistorio, pero de momento parece que poco se ha avanzado. Lo único que hay es un compromiso de levantar el museo en una parcela del Cabezo del Faro, con vistas a la playa de La Isla. Pero aún no existe proyecto definitivo ni presupuesto. El edil de Patrimonio Histórico, Ginés Campillo, se comprometió ayer a incluir una partida en las próximas cuentas municipales para iniciar las obras.
Rescate de urgencia
Mientras, los trabajos en el yacimiento siguen a cargo de una misión científica contratada por la Consejería de Cultura. Los arqueólogos tienen el cometido de aclarar si el barco corre peligro y si, por tanto, es necesaria su extracción urgente. La mala mar de estos días ha dificultado las labores, pero los especialistas esperan realizar esta semana los sondeos en el sarcófago que cubre el pecio con el fin de acceder al casco de la nave y comprobar su estado.
En el caso de que se decida el rescate de emergencia, la embarcación no se extraería de una sola pieza, sino que se desmontaría «siguiendo las líneas de fractura conocidas y las juntas arquitectónicas». Después se depositarían los restos en unas balsas de la comunidad de regantes para su desalación y, posteriormente, serían trasladados a un laboratorio (se baraja Arquatec, en Cartagena) para su consolidación y restauración.
La sesión plenaria también aprobó crear una mesa de trabajo para estudiar la situación de las infraestructuras y servicios de Camposol.