Como a este pequeño, enjuto y casi diminuto cabroncete que en todas partes se mete, te diré que en esto de calificar a los políticos (será por los años que lleva el jodío acompañándome) lo veo lírico y artillero. Porque uno no sabe a veces si este tribulete que de todo se entera y en todas partes se mete, se decide a aporrear la tecla como quien toma un lirio o quien enciende la mecha. Es decir que lo mismo te sale al encuentro con un ramo de flores de malva como Juan Ramón Jiménez. O con el racimo de cañones de Agustina de Aragón. Así que vamos a ello entre la lira y la artillería gruesa. Y el que quiera entender que entienda.

ANA MARTINEZ VIDAL (3). El romancero de Doña Ana. Como nuestro duendecillo es un poeta quevediano ha decidido dedicarle a doña Ana una la andanada con estos versos:

Dime Anita como conjugas

el pasado, el futuro y el presente

cómo le llevas, al que entra, la corriente

como le zurzes, al que sale, la salida

Eso si, como siempre y referente

junto al árbol con sombra más tupida

 Conservadora tenaz, progre fecunda

Anteayer liberal, ayer centrista

Hoy socialista de vano intento

Mañana reaccionaria en un momento

Anita, cuando dejes este mundo

no habrá perdido Murcia una política

¡Habremos perdido un parlamento!

Porque claro, hete de recordar que la mujer que quiso reinar comenzó de meritoria en el PP, pasó luego a concejal camarista, quiso ser directora general con PAS, acabó aterrizando en Cs de la mano de Hervías pese a los informes negativos que Garaulet mandaba cada semana a Madrid. Negoció a dos bandas tras las elecciones. Primó a Miras a cambio de que éste y Teo vetaran a Adela Martínez Cachá y a Nuria Fuentes, sus dos antónimas en su etapa camarista. Le dio puerta a Martínez Baños (Conesa) a pesar de que este le ofreciera, según las fuentes del enano que como sabes siempre son solventes, la “cabeza de la serpiente”( sic). Fue alejándose de sus socios peperos no antes de que su ex marido se colocara como asesor en Majadahonda. Quiso marcarle la agenda a Miras. Pretendió a vetar a Celdrán. Provocó el cese del laureado Villegas. Dicen que llegó a ser portavoz de consejos a los que no había asistido (lo cual ya es un “mérito”) y acabó urdiendo una moción de censura disparatada porque solo un tipo de la ingenuidad, candor y credulidad de Carlos Cuadrado, negociado de La Moncloa al margen,  pudo creerse la pantomima de que quienes estaban frontalmente enfrentados a Vidal la iban a apoyar en tan temeraria aventura. Pasó lo que tenía que pasar. Para qué insistirte si ya lo sabes.

JUAN JOSE MOLINA (3). Un Quijote ambicioso. (3). Al final ha acabado abandonando el timón de la nave naranja acompañada de otro quijote errado (sin hache pero posiblemente también con hache) Juan José Molina al que yo tenía, pobre de mí, como político más agudo, hábil y sagaz. La última intentona del tal Molina en la fase de negociación de votos con los ex voxeros de Vox (Liarte y Cía) es de aurora boreal.

-Les ofreces que se vengan a Ciudadanos y así podrán formar parte del Gobierno sin la carga de la ultraderecha, dicen que le dijo Molina a su compadre Francisco Lucas (PSOE) en la barra de la cafetería de los diputados en la Asamblea sin percatarse de que el enano infiltrado se había disfrazado de camarero. Manda huevos, que diría Federico Trillo.

Al final, buscando siempre el árbol de sombra más tupida, como decía el enano en su lírica, Ana y Juanjo, Juanjo y Ana se han pasado al grupo mixto dejando a los reaccionarios podemitas sin reacción. Como de lo que se trata es de conseguir medios y asesores, los recién llegados han metido un escrito para cambiar el reglamento y joder las aspiraciones de la oficialista María Marín y del errejonista Rafa Esteban. Al final lo que han conseguido Vidal y Molina es que la mesa de la Asamblea Regional haya suspendido la subvención, la pasta para hacertelo fácil, “ad calendas graecas”, es decir hasta que se pongan de acuerdo. La bolsa ya no sona, Barcelona…

ISABEL FRANCO (6). De menos a más. Curioso caso el de la vicepresidenta. Empezó mal, se equivocó en demasía. Quiso ser copresidenta cuando lo suyo era otra cosa. Cosechó rechazos dentro y fuera de su partido. Pero ha mantenido siempre, hay que reconocérselo, dos virtudes muy importantes en política. La primera es dar la cara y tener capacidad de encaje. Donde vas sin cintura en política. Vade retro, inocente. Isabel la tiene. Y la segunda es la capacidad de aprender. He venido a aprender les dice a todos en su consejería, incluidas sus secretarias. Otra que no se entera que el enano tiene confidentes por todas partes. López Miras siempre la ha visto venir de frente. Por eso se negaba a cesarla cuando Vidal se lo exigía. Franco gestionó con astucia la intrahistoria de la moción fracasada. Desde la misma noche de lo que ella califica para sus adentros de “encerrona”. Explica a sus allegados, con el orejón reportero por allí pertrechado un argumento para sus conciencias:

“Si seguimos la lógica de quienes nos llaman tránsfugas por traicionar una firma, yo digo que no había una sino dos firmas contrapuestas. Había que traicionar la firma de un pacto de gobierno que en conciencia estaba y está funcionando muy bien. Y eso no hubiese sido traicionar una firma puesta tras una reunión interesada, condicionada y nada transparente. Eso hubiese sido traicionar al millón y medio de murcianos”.

Dicen que Miras y Teo, Teo y Miras, han sido los grandes negociators. Puede que así sea. Pero la gran muñidora en el interín se llama Isabel y se apellida Franco. Ella puso de acuerdo a sus compañeros, ella planificó el gobierno en la parte que le tocaba, que le toca, ella dio instrucciones a Valle para que se hiciese acompañar de un notario, ella animó a Paco Álvarez a que diera el paso de renunciar a la consejería y hacerse cargo de la portavocía del grupo. Y ella, solo ella, ha liderado el almuerzo de más de cincuenta altos cargos regionales y municipales del partido naranja. Y ella ha sido la que pocos días después cenó con una veintena de militantes críticos integrantes del grupo “El Naranjito” y liderado por un conocido militante, Juan “el abuelo”.

Yo no sé en qué estarán pensando Fernando y Teo, Teo y Fernando, para su proyecto de reagrupamiento del centro derecha murciano. Pero aquí, me asegura el enano, no hace falta que fichen a ningún Hervías. ¿Me vas siguiendo?. Luego vas y lo cuentas…

JUAN JOSE LIARTE (7). Sorpresa parlamentaria. Confieso que no conocía a Juan José Liarte y que apenas he intercambiado con él algún que otro guasap. Pero el enano ya venía tiempo recomendándome que le echara un vistazo a sus intervenciones. En un arco parlamentario que ha bajado de nivel, y mucho, con respecto a los que un servidor conoció, los discursos de este ex voxero rebelde me han sorprendido para bien. En su fondo y en su forma. Con el oficio de abogado por delante, Liarte elige bien el eje, lo desarrolla de forma coherente y no se priva de citas oportunas, ilustradas y ocurrentes. Sabe hacer giros y hablar con silencios. Incluso no va mal en lenguaje no verbal. Sorpresa agradable tengo que reconocer. En el debate del estado de la Región sus intervenciones fueron en técnica parlamentaria las más completas. Le montó un cirio al PSOE del que Paco Lucas (candidato, dicen las lenguas viperinas, a una operación «Brutus» en el PSRM) aún no se ha recuperado. Con la impostada ingenuidad del pícaro orador, Liarte quiso relativizar su denuncia (negociaciones PSOE-rebeldes de Vox bajo la premisa del “lo que haga falta”) obteniendo lo que perseguía, es decir prender la mecha a la que se agarraron el resto de grupos salvo la podemita Marín que no se dio por aludida. Su hoja de ruta parece firme con la fiabilidad alemana. Otro al que le puede llegar el “reagrupamiento” teodoril. Y otro al que no te extrañe ver en un futuro en lista o en puesto de alto copetín con el PP. Luego vas y lo cuentas… (2)

ALBERTO CASTILLO (6). Vuelta de tortilla. Con Paco Celdrán y Rosa Peñalver por delante hay que reconocer que Castillo tenía, tiene, muy alto el listón. Ha demostrado arrojo en sus intervenciones y es lo suficientemente listo como para estar siempre pendiente (con el rabillo del ojo, me dice el enano a menudo disfrazado de ujier) de la letrada general, Encarna Fernández de Simón, auténtica alma mater de todo cuanto se cuece en el edificio legislativo. Por el contrario, también se ha metido en charcos que no debía haber pisado como algún episodio con María Marín o determinados diputados alborotadores a los que debería llamar al orden con más frecuencia. Es cuestión de poner el listón, como los árbitros. Supo, eso sí, poner en su sitio a Martínez Baños tras un episodio desagradable.

Lo de su voto abstencionista tiene muchas lecturas. Es cierto que no siguió las primeras directrices del daltónico Cuadrado, pero también es cierto que nadie de la dirección nacional se dirigió a él los días de marras, incluyendo a la enviada de Inés Arrimadas, Marina Bravo, que estuvo a tres metros de su despacho y ni se dignó a llamar a la puerta. Por lo que el enano ha consultado a juristas conocedores del tema, su recurso frente a la expulsión de Cs tiene muchas posibilidades de prosperar en los tribunales. Lo que no sé es si cuando lo haga , le servirá para otra cosa que no sea el prurito personal.

Continuaremos en la tercera entrega con María González Veracruz, Pepe Ballesta, José Antonio Serrano, Diego José Mateos, Ana Castejón, María Marín y Marcos Ortuño.    

 

J.A. RUIZ VIVO