Ya advertían los especialistas en el universo demoscópico que repetir las elecciones por la incapacidad de pactar podía suponer un tiro en el pie para unas izquierdas cuyo electorado perdona menos los errores que el votante conservador. Los temores que el PSOE ha detectado estos últimos días se confirman, a poco más de un mes para el 10-N, en la encuesta preelectoral del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO.
Pedro Sánchez lograría en esta reválida prácticamente la misma mayoría que obtuvo el pasado 28 de abril y el equilibrio de fuerzas entre bloques en el Congreso apenas variaría. Por más que dentro de cada bloque sí se producirían movimientos relevantes, cara a la investidura el presidente en funciones seguiría requiriendo una alianza con Pablo Iglesias o la abstención del PP o de Cs. Dos fórmulas que hasta ahora han sido imposibles.
Precisamente, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, levantó este sábado su veto a Sánchez y abrió la puerta a pactar con el PSOE tras el 10-N. Pero no será tan fácil. Según el sondeo, el partido naranja será el más damnificado de la repetición electoral y podría perder más de la mitad de sus 57 escaños, quedándose con 24-28 diputados. Los socialistas, pese a la confianza en una mayoría «más rotunda», mejorarían muy poco su registro de abril: de 123 parlamentarios pasarían a 124-128.
Es decir, otra consecuencia de volver a las urnas sería que la suma de PSOE y Cs no alcanzaría la mayoría absoluta, y según cuál fuese el resultado final, tampoco podría valerle a Sánchez la abstención de un Rivera con quien no tiene la mejor de las relaciones. Solo uno de cada tres votantes de Cs en abril le garantizan ahora su apoyo, y Rivera ve caer un punto su valoración como líder y casi 10 puntos en preferencia como presidente. Ambos ‘rankings’ los encabeza Sánchez, aunque con cierto desgaste respecto a seis meses atrás.
Estancamiento ultra
La caída de Ciudadanos podría hacer incluso que le adelantase por la derecha Vox, que se sitúa también en una horquilla de 24-28 escaños. El estancamiento del partido ultra, que ya obtuvo 24 diputados en abril, dejaría al PP como gran beneficiado del descalabro naranja (y de los nuevos comicios). Pablo Casado saltaría de 66 a 87-91 escaños y su abstención se convertiría otra vez en decisiva para desbloquear el tablero político si la alianza de izquierdas vuelve a embarrancar, con lo que presumiblemente se acentuaría la presión socialista en esta dirección.
En el bloque progresista también se producirían trasvases de voto, sobre todo por la irrupción de Íñigo Errejón y la erosión que provocaría a su anterior partido, Podemos. Más País arañaría de 8 a 12 escaños y haría retroceder a la coalición de Pablo Iglesias de 42 a 32-36 diputados. No obstante, cabe reseñar que el trabajo de campo de la encuesta se ha efectuado esta misma semana, entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre, cuando Errejón aún no ha terminado de fraguar sus candidaturas y, por ejemplo, se desconoce todavía el nombre del cabeza de lista por Barcelona.
A falta de saber, pues, qué impacto tendría Más País en los ‘comuns’, la otra gran novedad del 10-N, la concurrencia por primera vez de la CUP a unas legislativas, se dejaría notar en Esquerra y JxCat, que perderían fuelle a favor de la candidatura anticapitalista que liderará Mireia Vehí. De 3 a 5 escaños podrían recabar los ‘cupaires’ a costa, sobre todo, de ERC, que retrocedería de 15 a 12-13 diputados. Los neoconvergentes podrían repetir sus 7 diputados o perder uno. El 15,6% de los votantes de JxCat el pasado abril y el 12,3% de los de ERC elegirían ahora la papeleta de la CUP.
Peligro de abstención
El sondeo detecta también el hastío ciudadano y, en consecuencia, la predisposición a una menor movilización en las urnas. El 43,8% de los españoles creen que estos comicios son muy importantes, un porcentaje que superaba el 55% antes de las generales de abril. Y aunque siete de cada 10 encuestados garantizan que votarán el 10-N, un mes antes de las elecciones del 28-A aseguraban su participación más del 80%. El peligro de abstención es serio.