Sobre determinadas características del Virus conocido como COVID 19, son muchas las noticias que se escuchan y publican cada día. Por eso, a continuación voy a referirme a un artículo publicado, on line,  el día 27 de Abril último, en le revista NATURE, por las imlicaciones prácticas que de dicha publicación pudieran extraerse.

Nadie discute, a estas alturas, que el citado virus se caracteriza por su gran contagiosidad y que su propagación tiene lugar, que se acepte como demostrada, por el contacto físico entre personas e incluso por intermedio de objetos en los que se puede haber depositado dicho patógeno. Tampoco que las denominadas gotitas de PFLÜGE son un mecanismo  muy importante para la entrada del virus en nuestro organismo por nuestras vías respiratorias, de ahí que se recomienden medidas como el alejamiento de personas que, incluso asintomáticas, pudieran ser portadoras del virus, el alejamiento físico y uso de mascarilla así como el lavado, eficiente y frecuente, lavado de manos y prácticas de desinfección.

Pero lo que no se conoce es la presencia del virus en suspensión en el ambiente, como si se tratase de un aerosol. De ahí que me parezca de gran interés el artículo publicado on line el día 27 del mes pasado en la revista NATURE y que se publica de forma tan rápida “como un servicio a los autores del trabajo y a los lectores”

En  dicho trabajo se investigó la naturaleza aerodinámica del SARS-CoV-2 ( COVID-19), midiendo el ARN viral en aerosoles en diferentes áreas de dos hospitales de Wuhan en febrero y marzo de 2020. La concentración de ARN del SARS-CoV-2 en aerosoles detectada en diferentes áreas de ambos hospitales fue diferente entre unos lugares y otros.

Dichas concentraciones eran muy bajas en las salas de aislamiento y las habitaciones ventiladas para pacientes. Estaban elevadas en las áreas de baño de los pacientes. Los niveles de ARN del SARS-CoV-2 en el aire en la mayoría de las áreas públicas eran indetectables, excepto en dos áreas propensas a la aglomeración, posiblemente debido a portadores infectados en la multitud.

Descubrieron que algunas áreas del personal médico tenían inicialmente altas concentraciones de ARN viral con distribuciones de tamaño de aerosol que mostraban picos en regiones submicrométricas y / o supermicrométricas, pero estos niveles se redujeron a niveles indetectables después de la implementación de rigurosos procedimientos de desinfección.

Los autores advierten que no han podido establecer la infectividad del virus detectado en estas áreas hospitalarias, pero queda en pié la hipótesis de  que el SARS-CoV-2 pueda transmitirse a través de aerosoles. Los  resultados indican que la ventilación de la habitación, el espacio abierto, la desinfección de la ropa de protección y el uso y la desinfección adecuados de las áreas de baño pueden limitar de manera la concentración de ARN de SARS-CoV-2 en aerosoles. 

Deberá estudiarse en posteriores  trabajos la infectividad del virus en  aerosol por la gran importancia que tal conocimiento tiene para el conocimiento de los mecanismos de propagación de la infección. Pero, desde un punto de vista práctico, entre los métodos de profilaxis, no es excesivo pensar en la posibilidad del contagio de la infección en ambientes cerrados y/o mal ventilados en los que puede permanecer el virus como aerosol.

FAUSTO GÓMEZ GUILLEN