Los analistas lo definen como “una tendencia clara” en todas las encuestas: el apoyo del electorado a Ciudadanos está creciendo, hasta el punto de que hay ya estudios demoscópicos que apuntan a que la formación de Albert Rivera podría superar a los dos grandes partidos, situarse como primera fuerza del país y, por tanto, desbancar al PP como el representante hegemónico del centro derecha español. Al mérito de haber ascendido de forma tan clara –por el momento, en las encuestas– hay que sumarle el haberlo hecho en apenas cuatro años, ya que fue en 2014, coincidiendo con las elecciones europeas, cuando Ciudadanos comenzó a implantarse en el conjunto del Estado. El crecimiento es también incuestionable en Catalunya, donde en las últimas elecciones se consolidó como la ganadora en votos y en escaños.

¿A qué se debe este auge fulgurante del partido naranja? ¿Qué ha hecho que el electorado de derechas se esté decantando cada vez más por la opción que preside Rivera mientras cae el PP? ¿Es realmente posible ese sorpasso de los de Rivera a los grandes partidos? José Juan Verón, profesor del grupo de investigación Comunicación, Política, Periodismo y Ciudadanía de la Universidad San Jorge de Zaragoza, reconoce que el partido de Mariano Rajoy “está de caída” aunque no se atreve a asegurar “hasta dónde caerá” y si lo hará hasta el punto de verse superado por Ciudadanos. Recuerda la ley electoral, porque “aún pudiendo empatar en votos o incluso superar al PP”, ve “complicado que consiga más escaños por el peso que tienen las pequeñas provincias” en las que los de Rivera aún no tienen una “implantación definitiva”.

“El PP tiene un tesoro de guerra con el sistema electoral para las provincias que ponen pocos escaños” apunta, por su parte, Pere Vilanova, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona. No obstante, él sí considera que “cada vez más electores de centro derecha o de derecha democrática perciben a Ciudadanos como portador de los mismos valores que el PP pero no de sus defectos, como la corrupción”. Además, los populares sufren un “desgaste” propio de sus años en el Gobierno y Ciudadanos supone un “cambio generacional” y una “una novedad atractiva” para parte del electorado, que también percibe el desgaste del “viejo sistema de partidos”.

“Una de las explicaciones de la caída del PP es que hace mucho tiempo que desconectó de los jóvenes”, señala, en la misma línea, Verón. “Muy poca de la gente joven que se está incorporando al sistema de voto va a hacerlo por el PP y, además, la gente mayor va desapareciendo, por lo que a los populares no les surgen nuevos votantes. Asimismo, hay un voto conservador de toda la vida de una ciudadanía que está harta de los escándalos de corrupción del PP y que cada vez ve más sólida esta alternativa de Ciudadanos”, asegura. También añade el hecho de que los populares tengan “una gran dependencia de la religión”, porque “ahora hay conservadores que están a favor del matrimonio homosexual, del divorcio o son más abiertos hacia el aborto. Antes estaban con el PP porque no tenían otra opción y ahora sí la tienen”.

La «variable del cambio» y el «camaleón»

Carmen Lumbierres, profesora de Ciencia Política de la UNED, añade a los citados argumentos el de la “novedad” que ha supuesto la irrupción de Ciudadanos en el panorama político español. “La variable del cambio para ganar elecciones siempre es muy importante, sobre todo después de dos legislaturas de gobierno del PP. Tras el fracaso para la gobernabilidad que supuso la ascensión de Podemos y la incapacidad entre la izquierda para formar un gobierno en el año 2015, la vista está puesta en otro recambio, siendo un valor secundario la ideología del mismo”. Considera, así, que “ha calado el discurso de novedad y renovación” que promulga el partido naranja.

A Ciudadanos el crecimiento no le estaría llegando únicamente del electorado descontento con el PP, sino también de “gente que quiere cambiar el sistema y que incluso votaba a Podemos. La gente quiere decidir con su voto y que su voto sirva para algo, y ahora cree ver eso en Ciudadanos”, advierte Verón. Como otra posible razón del crecimiento del partido naranja él apunta al hecho de que sea “un camaleón ideológico”. Es decir, que “defiende una cosa y la contraria si se le deja un tiempo para cambiar”. Como ejemplos, cita su cambio de parecer en el debate acerca de la prisión permanente revisable, o sobre medidas para la España rural. “Adapta su discurso a lo que la gente quiere oír”, recalca, antes de advertir de que “cambiar de dirección es más fácil cuando no gobiernas”.

“Aunque la orientación ideológica de los españoles se mantiene estable en el centro izquierda (según el CIS), los valores dominantes en la sociedad como el pragmatismo, el individualismo, el valor de las tradiciones, los roles convencionales e incluso el orden –hasta al que apela el propio Iñigo Errejón– son valores de la imagen Ciudadanos”, sostiene Lumbierres. Ella reconoce que “el uso de la imagen y la comunicación política en discursos sencillos, con potente carga ideológica y sin complejos, en todos los frentes, aunque haya que ir variándolos sobre la marcha, trasmite la imagen de fortaleza más que de seguridad, que es lo que una parte de la sociedad desconcertada reclama”.

Los analistas coinciden en señalar que Catalunya ha sido un factor importante para la consolidación del partido. “El haberse presentado como los más firmes contra el independentismo les da muchos votos también fuera de Catalunya”, indica Verón. No obstante, Carmen Lumbierres advierte de que “ el conflicto catalán va a tener sus periodos de expansión y de refracción durante estos meses o años hasta las elecciones generales , y no va ser solo un factor el que determine los resultados electorales de todo el país”. De hecho, “cuando según el CIS el nivel de apoyo a la independencia era el más bajo en Catalunya, Ciudadanos no paraba de crecer en expectativa de voto”.

Otra “ventaja” que podría explicar el auge del partido naranja es su líder, Albert Rivera que, a juicio de Verón “no se ha desgastado apenas, no ha tocado nunca poder, ni ha tenido peleas internas como el PSOE”. Rivera, añade Lumbierres, “es el prototipo de ‘líder fuerte’ y masculinizado que en tiempos de incertidumbre y complejidad social parece la solución para millones de ciudadanos, véase el caso de Macron”. Y es que Ciudadanos “es un partido formado y desarrollado en función del reforzamiento orgánico y electoral de su líder. Y esa estrategia de unidad y de reduccionismo de partido político a estructura de apoyo a un candidato en época de desapego a los partidos políticos está siendo bien recibida”. Asimismo, el resto de los partidos “tienen un líder incontestable dentro de la organización, pero más por resignación que por entusiasmo” y adolecen de «una ausencia total de presencia y de dirección de la agenda política fuera de la militancia”.

 

 

 

FUENTE: ELDIARIO