El líder del PP, Pablo Casado, ha recurrido este jueves al proceso independentista catalán y a la agresión a dos guardias civiles en Alsasua hace más de dos años para criticar al feminismo «de izquierda». «No vi a ninguna feminista de izquierda defendiendo a las mujeres de los guardias civiles, ni tampoco a la secretaria judicial [Montserrat del Toro,que testificó este miércoles en el juicio del procés por el cerco al edificio de la Consejería de Economía en 2017 ] cuando ha sido amenazada y se ha hecho pública su imagen», ha dicho en una entrevista en La Cope.

 
La Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional acaba de confirmar la condena de entre dos y 13 años a los responsables de la agresión a los guardias civiles. La sentencia descartó que fuera terrorismo. El líder popular ha relatado que en su visita este miércoles a Alsasua «los borrokas» le llegaron a decir que no podía estar en el municipio. Todo coincide, según él, con la negociación de Pedro Sánchez con el PNV sobre nuevas transferencias al País Vasco y sobre el acercamiento de presos etarras a cárceles vascas. Este plan, sin embargo, fue diseñado por el Gobierno de Mariano Rajoy.Tras confirmar que el PP no estará en la manifestación de este viernes por el Día Internacional de la Mujer al considerar que está «monopolizada por la extrema izquierda», Casado ha acudido a un acto con las candidatas del partido a las próximas elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo. Allí, el presidente del principal partido de la oposición, ha dicho: «Tengo una hija y un hijo. No quiero vivir en un país en el que se enfrenta a mi hija con mi hijo. No quiero vivir en un país en el que se manifiesten las mujeres, o haya colores de las mujeres, o haya reivindicaciones de las mujeres y se contrapongan a las de sus compañeros, a la otra mitad del mundo. No creo en intentar colectivizar a la sociedad por su sexo, edad, orientación sexual, religión o creencias».

Para Casado, el manifiesto de la movilización del 8-M es «inadmisible». El texto dice, en uno de sus párrafos: «Este año nos unimos al grito global lanzado por las mujeres en Brasil, en EE UU, en Italia, en India y en otras partes del mundo frente a las reacciones patriarcales por el avance de las mujeres en el logro de nuestros derechos, y frente a una derecha y extrema derecha que nos ha situado a mujeres y migrantes como objetivo prioritario de su ofensiva ultraliberal, racista y patriarcal». También pide que «el aborto esté fuera del Código Penal» —actualmente se puede abortar dentro de las primeras 14 semanas de gestación y 22 en el caso de riesgo para la salud de la madre o graves malformaciones del feto—, que «se reconozca como un derecho» y que «se garantice su realización en los servicios públicos de salud». El manifiesto se despide agradeciendo la lucha feminista de «las mujeres que trajeron la Segunda República, las que lucharon en la Guerra Civil, y contra la dictadura franquista». Casado ha asegurado este jueves que su partido no puede «compartir una pancarta que habla de un país colonial, unas instituciones prácticamente dictatoriales, de asignaturas sexuales para niños, de capitalismo, de comunismo…».

«Violadores en la calle»

Casado también se ha referido durante su intervención a la violencia machista. Tras criticar a «la izquierda paternalista que quiere escoltar a las mujeres», el líder del PP ha retado a «los tan progresistas» a aceptar la prisión permanente revisable y ampliarla a los supuestos en los que hay secuestro antes de asesinato. «¿Por qué no aceptan la prisión permanente revisable para los asesinatos machistas? ¿Por qué no aceptan que no pueda haber violadores y asesinos que con la doctrina Parot han vuelto a las calles y han vuelto a reincidir en un porcentaje muy elevado? Si tanto les preocupa la violencia de género y no soy yo quien lo pone en duda, que remen a favor con medidas que ya existen en la mayoría de países de nuestro entorno», ha dicho.

La prisión permanente revisable entró en vigor en julio de 2015, a iniciativa del PP, que ocupaba entonces el Gobierno. La oposición (PSOE, la antigua Convergencia i Unió, PNV, UPyD, e Izquierda Plural) presentaron un recurso ante el Constitucional -aún no resuelto- al entender que violaba uno de los artículos de la ley fundamental, el 25.2, que establece que “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”.

En el acto estaban presentes algunas de las 29 candidatas que el PP presenta a las elecciones del próximo 26 de mayo donde se elige las alcaldías de 52 capitales de provincia y las presidentecias de 13 comunidades autónomas. También han acudido las tres vicesecretarias del partido (Andrea Levy, Cuca Gamarra y Marta González) que pensaban participar en la manifestación del 8-M hasta que leyeron el manifiesto y decidieron, tras un debate interno en el partido, no hacerlo por entender que el texto excluye a las mujeres que no son de izquierdas.

Isabel Bonig, líder del PP valenciano, ha asegurado que su partido siempre ha defendido «un feminismo integrador» y no acepta que el día de la mujer se convierta en «una guerra de sexos». La aspirante a presidir la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha manifestado en la misma línea: «Pretenden dividirnos entre mujeres malas y mujeres buenas. Ese discurso defiende a una mujer que no es la real. La mujer no es víctima por el hecho de serlo. No quiero a una mujer asustadiza. Yo combato al machismo, no a los hombres».

Begoña Carrasco, candidata a la alcaldía de Castellón, pidió implantar en los colegios «una asignatura de valores». María José Catalá, candidata por Valencia, reclamó «becas para mujeres en la ciencia».

Este viernes, el PP leerá un manifiesto alternativo al de la manifestación del 8-M. Y el fin de semana, tratarán las propuestas del partido en políticas de igualdad.

 

 

FUENTE: ELPAIS