Tan solo cuatro días después de que en el último minuto de la campaña del 28A el líder del PP, Pablo Casado, se abriera a que Vox entrara en su Gobierno en el caso de poder sumar para echar a Sánchez de la Moncloa, una vez constatado el fracaso de los populares en las urnas y forzado por las peticiones de sus barones, el presidente conservador ha emprendido un nuevo cambio de rumbo en su estrategia: por primera vez ha calificado a la formación de Santiago Abascal como «ultraderecha» y «extrema derecha».

Casado se había resistido a calificar ideológicamente a Vox durante los últimos meses, pero este martes, durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP que se ha celebrado en Madrid a puerta cerrada, el líder del PP ha usado ese término, «ultraderecha», para referirse al partido que el domingo robó gran parte de los votos a los populares. A Ciudadanos le ha llamado «socialdemócrata». Después, en rueda de prensa, ha tildado a la formación que hasta el viernes estaba llamada a ser su socia de «extrema derecha».

El líder del PP ha llegado a atacar directamente a Santiago Abascal porque, a su juicio, «debe mucho al PP, del que ha estado cobrando de fundaciones chiringuitos y mamandurrias, como él dice, hasta antes de ayer». Se refería a los organismos y fundaciones en los que la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre –una de las madrinas políticas de Casado– enchufó al hoy líder de Vox que, por ejemplo, ejerció de director de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocino Social creada por la Comunidad de Madrid y de la que, solo en 2013, cobró más de 82.000 euros.

Dirigentes que han asistido a la reunión han confirmado a eldiario.es que, además, Casado ha realizado una apelación al centro político meses después de que emprendiera un giro a la derecha tras su triunfo en las primarias. Ese viraje a posiciones más radicales acabó el domingo dejando al PP con el peor resultado de su historia, con tan solo 66 diputados, menos de la mitad de los logrados en 2016.

Como viene asegurando durante la campaña, Casado ha considerado «que el PP es el centro de la derecha» y «seguirá siendo el gran partido de centro derecha». Siempre según los asistentes a la reunión, el líder popular ha sido recibido con aplausos por los miembros de su dirección, que no le han tenido en cuenta la debacle encajada en las urnas el 28A. 

Estas afirmaciones de Casado llegaban minutos después de que algunos de los principales barones del partido le reclamaran un giro al centro. Es el caso de los dos dirigentes autonómicos con más peso institucional, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. 

«Uno nunca puede mover del centro una de las piernas porque es donde está la mayoría», sostenía el presidente andaluz a las puertas de la sede nacional de Génova, justo antes de entrar en el Comité. Feijóo, por su parte, consideraba a primera hora que el actual «es el momento de ensanchar el partido: cuando lo hemos limitado pues lamentablemente no hemos ganado».

Fuentes de la dirección nacional del PP han confirmado, además, que Casado ha decidido apartar al vicesecretario de Organización, Javier Maroto, de la jefatura de las campañas populares tras el fracaso del 28A. El líder conservador ha designado a la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra, como jefa de campaña de las elecciones municipales y autonómicas y a la exministra Isabel García Tejerina como jefa de la campaña de las europeas. 

Casado, además, ha decidido llevar su apuesta por el centro a su lema para los comicios del 26 de mayo, copiando una consigna que ya utilizó Mariano Rajoy en las elecciones municipales y autonómicas de 2011: «Centrados en tu futuro».

La única autocrítica que ha realizado el líder del PP este martes, dos días después de la derrota, ha sido para lamentar no haber atacado suficientemente a Vox y Ciudadanos durante la campaña. «Es falso que en España haya tres derechas, era un tópico, falsario, no hay tres derechas: el PP es el único partido de centro derecha. Hay un partido de extrema derecha, que es Vox, y uno socialdemócrata, que es Ciudadanos».

«No supimos ver que estábamos dirigiéndonos solo a Pedro Sánchez, sin darnos cuenta de que el adversario de Ciudadanos y Vox era el PP», ha asegurado ante los medios. 

Sobre los rumores de que la pérdida de más de 60 escaños y, por tanto, una reducción de los ingresos del PP pueda forzar a los populares a vender su sede nacional de la calle Génova, Casado ha negado la mayor. «Génova no está en venta», ha dicho. «Dónde esté la sede de un partido no importa», ha concluido.

También ha sido llamativo que, por primera vez desde que accedió al cargo Casado haya considerado «correcta» la actuación del Gobierno ante el intento de golpe de Estado que está perpetrando Juan Guaidó en Venezuela.

 
 

FUENTE: ELDIARIO