ENRIC JULIANA
La pregunta es la siguiente: ¿Se podía haber evitado que la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo sobre los acontecimientos del 2017 en Catalunya sacuda con la furia de un trueno la campaña electoral más triste, arisca e innecesaria que habrá vivido España desde 1977?
Más claro. ¿Tenía perfectamente previsto Sánchez este momento de tensión, para poder convocar la Mayoría Cautelosa de noviembre envuelto en la bandera de España y blandiendo la ley de Seguridad Nacional en Catalunya?
Del Frente de Izquierdas de la primavera al Frente de Orden de otoño. Todo estaba programado desde finales del mes de agosto o, por el contrario, agobiado por unas encuestas que en estos momentos no auguran un 10 de noviembre muy radiante para los socialistas, el líder del PSOE está intentando surfear de la mejor manera posible un agravamiento súbito de la tensión catalana después de las detenciones practicadas hace diez días por la Guardia Civil, detenciones de las que el Ejecu tivo sólo tuvo noticia a última hora.
Evidentemente es más atractiva la primera hipótesis. La estructura cerrada de un plan predeterminado siempre será grata al cerebro humano. La neuropolítica es la última moda que viene de Estados Unidos. La política se transforma en serie de televisión y al actual equipo de la Moncloa le gusta transmitir que todo discurre según los planes previstos. Cultivan esa literatura. Necesitan fortalecer la autoridad dePedro Sánchez , que genera desconfianza en un 60% de los españoles, según el barómetro de septiembre del CIS. A diferencia de los emperadores romanos, el presidente Sánchez no dispone de un glacis de seguridad: no hay zona intermedia entre los que lo apoyan y las tribus germánicas que lo detestan.
No todo está tan controlado como parece. El último barómetro del CIS ofrece datos de República de Weimar en lo que se refiere a la desconfianza de los ciudadanos respecto la política y los partidos. La radiación de fondo es peor de lo que se preveía. La repetición electoral ha sentado muy mal, acentuando una sensación general de incertidumbre, a su vez agravada por el temor a una nueva crisis económica. El miedo contrae el consumo y los datos de la economía empeoran más de lo previsto.
No existen los planes perfectos en este tiempo y algunos experimentos se están haciendo sin gaseosa. El PSOE empieza a descubrir que la cápsulaErrejón le puede quitar más votos de lo previsto. El Partido Popular se perfila como el gran beneficiario de la repetición de las elecciones. En estos momentos estaría rozando ya los cien diputados.
La reticencia del juez Manuel Marchena a retrasar la sentencia es conocida desde hace meses. Tiene sus motivos. El día 16 de octubre se cumplen dos años del ingreso en prisión de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart . Dos años es el tiempo máximo de prisión provisional en España. La Sala Segunda del Tribunal Supremo está facultada para ampliar ese periodo, razonando los motivos –la causa sería el retraso técnico de la sentencia–, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es especialmente sensible al abuso de la prisión preventiva.
Con todo, la fecha de publicación de la sentencia aún no está fijada. Todo discurre.