Dos años de gestión municipal no dan para mucho: o sí. Todo depende quién sea el munícipe. En el caso de José López, alcalde de Cartagena, todo es posible. Tipo peculiar hasta para ganar enemigos, lo cierto es que algún medio lo ha bautizado como “el alcalde más chulo de España”.

La economía, la asignatura sobresaliente de José López

Sin lugar a dudas es, la gestión económica de los recursos de todos los cartageneros la asignatura sobresaliente de la gestión municipal de José López en sus dos años al frente de la alcaldía. Cuando se inició la legislatura, el nuevo gobierno cartagenerista de la ciudad se encontró con una situación de auténtica “banca rota” como consecuencia de los abusos en el gasto, del descontrol presupuestario, de la falta de transparencia en la adjudicación de los contratos y del faraonismo en las obras que caracterizaron los mandatos de la popular Pilar Barreiro que, durante años, fue lo más parecido al Vito Cortelone en su versión femenina y española.
                                                                                                                                                                                                                     El nuevo alcalde José López es responsable, sin duda, del mejor bienio de gestión y política económica en la democracia, con una gestión implacable de marcado tono empresarial que ha permitido recuperar la autonomía financiera del Ayuntamiento, poniendo fin al plan de ajuste y el control que sobre el Consistorio venía ejerciendo el Ministerio de Hacienda desde 2013 (y que estaba previsto que finalizara en 2022) fruto del préstamo que el Ayuntamiento tuvo que pedir en aquel tiempo para abonar los más de 30 millones de euros de facturas “en los cajones” que afloraron por la gestión anterior. En Cartagena se terminó la época de ver las caras de los mismos promotores rondando siempre por las instancias municipales. Se ha puesto fin al clientelismo y a la opacidad en la contratación y se ha dignificado la relación entre ayuntamiento y las empresas contratadas.
                                                                                                                                                                                                                 Así las cosas, el mandato de José López al frente del timón municipal, (con la también concejala cartagenerista, Isabel García, al frente de la Delegación de Hacienda) ha permitido una reducción en 40 millones de la deuda del consistorio, ¡nada más y nada menos que un 30 por ciento de su totalidad! El alcalde ha sido estricto hasta en el mínimo detalle; por citar un ejemplo ilustrativo, la concejala citada ha percibido un salario total de poco más de 2.000 euros mensuales, sin ningún otro tipo de complemento: así es como se consigue rebajar tan drásticamente la deuda. Se acabaron los enchufados de los partidos, los políticos colocados como altos funcionarios de libre elección y todas las prácticas mafiosas que venían ejerciéndose en Cartagena, prácticamente, desde el inicio de la democracia. Otro ejemplo ilustrativo de la absoluta moralidad en la contratación municipal es el fichaje por parte del alcalde López del prestigioso economista Antonio García Sánchez, a quien situó al frente de la gerencia del Casco Antiguo. García Sánchez, profesor de economía en la universidad Polítécnica de Cartagena (UPCT) y uno de los profesionales más cualificados y respetados a nivel nacional, fue contratado por un euro menos del salario que percibe como docente en la universidad. Es una demostración ilustrativa de gente que se ha acercado a la política a servir y no a servirse de ella.
                                                                                                                                                                                                              Aplicando este criterio de estricta racionalidad empresarial en el gasto del dinero de todos los cartageneros (que López había prometido en campaña electoral) los éxitos económicos han resultado evidentes: ya en 2015, sólo con medio año de gestión, el nuevo Gobierno municipal había originado un superávit de dos millones de euros. En relación al presupuesto de 2016, la ejecución presupuestaria ha alcanzado el 111% respecto de la aprobación del presupuesto. Y, además, este éxito económico lo ha logrado el gobierno cartagenerista compatibilizándolo con dos bajadas sucesivas de impuestos, tasas y precios públicos, iniciada en 2016 y consolidada durante el presente año.
                                                                                                                                                                                                              Pepe López ha recortado por todos los lados. Los hasta seis policías de  escolta que blindaban a la popular Barreiro en sus paseos por la trimilenaria ciudad pasaron, directamente, a dirigir el tráfico. Lo primero que hizo el nuevo alcalde del MC fue quitarse la escolta, una escolta que, según afirmó, no necesitaba para nada.
 

Concursos públicos: el final para los “amiguetes”
 

Algo tan normal como la convocatoria de concursos públicas para la adjudicación de proyectos del ayuntamiento había desaparecido del día a día de la corporación cartagenera, hasta el punto que tuvieron que dar clases avanzadas en el viejo Palacio Consistorial para ver cómo se hacía eso de permitir que cualquier ciudadano optara a trabajar con el consistorio. Eso era algo prácticamente desconocido en la época de Pilar Barreiro. Por eso, la línea de trabajo de la concejala de hacienda, Isabel García, pronto se caracterizó por la implantación de la transparencia en los concursos públicos. Un fomento de la transparencia y la participación empresarial en los procesos de contratación pública que ha propiciado un destacado ahorro a las arcas municipales. Al tiempo, se ha logrado una disminución del periodo de pago a proveedores. La actual gestión ha acabado con los “empresarios de cabecera” y las “obras licitadas por concesionarias de amiguetes”, recuperando el control del dinero público y terminando con las redes clientelares consolidadas desde la década de los 90 en la administración local de Cartagena.
                                                                                                                                                                                                           

Además (otra de las promesas electorales cumplidas por López) este año veía la luz la experiencia piloto de presupuestos participativos ¡que contó con la aportación de 2.332 propuestas vecinales! Esta iniciativa de regeneración y participación democrática ha dado voz a los vecinos, quienes han decidido la relación de proyectos con los que emplear cerca de dos millones de euros.
                                                                                                                                                                                                             

El fomento de la transparencia en la vida pública ha sido una constante desde el inicio de la presente legislatura. En materia de contratación, el fomento de la transparencia ha tenido como consecuencia el aumento de la participación empresarial, la competitividad y, con ello, importantes rebajas en el precio de adjudicación de los servicios. En lo que respecta a la transparencia enfocada a hacer al ciudadano conocedor y participe de la gestión pública, el Gobierno municipal dio el primer paso con la creación de la Concejalía de Portal y Oficina de Transparencia, dirigida por María José Soler, desde donde se ha dirigido esta nueva manera de entender la gestión política. El respaldo público a esta manera de gestión se evidenció con la distinción del Sello Infoparticipa 2016, siendo Cartagena el único Ayuntamiento de la región que cumple con el 100% de los indicadores en calidad y transparencia de la comunicación pública del Mapa Infoparticipa, referencia en materia de transparencia a nivel estatal.


 

«De la protección populista al impedimento de los desahucios»
 

A Pepe López se le ha acusado mucho de ser un “populista”, un término que hoy es usado, de igual manera, para referirse a Maríne Le Pen (de la extrema derecha francesa) como para los “ayuntamientos del cambio” y el entorno de Unidos-Podemos (en la extrema izquierda). Puede, por tanto, que Pepe López sea un populista, pero lo bien cierto es que sus políticas sociales han sido otra de las asignaturas aprobadas con mayor nota en su gestión municipal al frente del consistorio de Cartagena. Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona, alcanzó la popularidad gracias a sus excéntricas manifestaciones en defensa de que la gente no perdiera sus viviendas antes de ser elegida primera dama municipal: luego parece que perdió el impulso que tenía en esta iniciativa. Por el contrario, el alcalde cartagenerista debe ser uno de los alcaldes de grandes ciudades de España que más número de desahucios de sus vecinos ha podido evitar gracias a la inmediata puesta en marcha (en cuanto llegó a la alcaldía) del Servicio de Atención de Vivienda e Intermediación Bancaria (SAVI).

 

También potenció las políticas encaminadas a la protección de aquellos que más lo necesitan. Por ejemplo, a través del Manifiesto Fénix, plan de intervención integral en el barrio de Los Mateos, integrado por una coordinadora formada por colectivos y asociaciones del barrio junto al Ayuntamiento de Cartagena. Al tiempo, se ha reactivado la Comisión Municipal de Drogodependencia (carente de actividad en la época de Pilar Barreiro).  Además, durante 2016, la Mesa local de Vivienda, prestó servicio a más de medio millar de familias que han sido atendidas por este órgano, dando respuesta a aquellos núcleos familiares con problemas habitacionales. Del mismo modo, gracias al programa de Atención a Transeúntes y Personas Sin Hogar, en un solo año, más de 50 personas que vivían en la calle han dejado de hacerlo, facilitándoles la pernocta en albergues pagados con cargo municipal, al tiempo de hacerles protagonistas de diferentes acciones de integración e inclusión que posibiliten su readaptación a la vida cotidiana.

 

Otras medidas como el plan integral de remodelación de viviendas municipales deterioradas para poder destinarlas a alquileres sociales; el Plan Municipal sobre la Discapacidad, o la importancia otorgada a la Prevención Social, fomentando la intervención en barrios, contribuyen al propósito institucional de girar el foco hacia el cuidado de aquellos que más lo necesitan.

 

Del mismo modo, se han articulado las vías para propiciar que los comedores escolares permanezcan abiertos durante el verano, facilitando que los niños tuvieran acceso a una adecuada alimentación.

 

Asimismo, el Ayuntamiento, a través del área de Desarrollo Sostenible y Vía Pública, ha institucionalizado el establecimiento de zonas reservadas en la vía pública para que aquellas personas con movilidad reducida.

«Luces y sombras en la gestión del patrimonio»
 

Pese a que desde el área de Cultura y Patrimonio (bajo la dirección de Ricardo Segado) se ha trabajado mucho por promover la recuperación de la riqueza patrimonial (acaso el mayor de los activos de Cartagena), su situación era de tal abandono durante décadas que los resultados no podemos calificarlos de memorables; cierto es que dos años no es tiempo suficiente para revertir un olvido de tanto tiempo, pero los éxitos, en este apartado, son más bien escasos. Se proyectó la constitución de un Consejo Asesor de Patrimonio del que pocas noticias hemos conocido. También se han hecho importantes esfuerzos en la recuperación de los Molinos de Viento del campo de Cartagena con un resultado poco exitoso. Sí es cierto que, frente a la pasividad de otras administraciones, se han emprendido medidas dirigidas a la recuperación del patrimonio cultural: se ha  recuperado el Castillo de la Atalaya, se ha apostado por la restauración del Monasterio de San Ginés de la Jara, se ha producido una visible limpieza y acondicionamiento del Cerro del Molinete… y poco más.
                                                                                                                                                                                                       

Sería injusto olvidar las actuaciones para la recuperación y conservación de las canteras romanas; la declaración como BIC de la Casa del Niño; la realización de sondeos de georradar en zonas de el Monte Sacro; la elaboración de un proyecto para la adecuación, gestión y explotación del yacimiento de Cueva Victoria; los sondeos efectuados en el Anfiteatro Romano para avanzar en su recuperación o la defensa de la restauración de la Catedral de Cartagena, respetando su valor histórico y patrimonial. Pero, repetimos, los éxitos no han estado a la altura de lo que se reclamaba de este nuevo gobierno que se presentaba como defensor a ultranza del patrimonio histórico de Cartagena.

«Lo primero: la defensa de la identidad cartagenera»
 

Tal y como había reiterado hasta la saciedad durante su campaña electoral, José López ha hecho de la defensa de la identidad cartagenera el “modus operandi” de toda su actividad política en estos dos años de gestión al frente del ayuntamiento. Se las ha tenido con los unos y con los otros por todo aquello que supusiera un agravio para Cartagena y hasta en cuestión de banderas, López ha tenido su batalla particular, obligando a los grupos municipales a mostrar sus cartas y pronunciarse respecto a la Bandera de la Provincia Marítima de Cartagena.
                                                                                                                                                                                                                  La gran novedad en el ámbito cultural y patrimonial de nuestro municipio ha sido la conmemoración del Año del Modernismo, que ha supuesto el reconocimiento y la proyección de un patrimonio olvidado e, incluso, maltratado desde hace décadas, en la que se han involucrado colectivos y asociaciones, además de las instituciones. Con esta conmemoración Cartagena ha comenzado a recuperarse y parecerse a sí misma, y en este 2017 se da continuidad con el Año de la Ilustración y el Otoño Modernista que viene a consolidar una apuesta por la cultura, el conocimiento y el reconocimiento de quienes nos precedieron. Se proyecta un objetivo enfocado al autoconocimiento de nuestra historia y tradiciones como fin irrenunciable.
                                                                                                                                                                                                             

Y por si le faltara la guinda del pastel a su compromiso de defensa y promoción de Cartagena, ha finalizado su mandato municipal con la ansiada declaración de las fiestas de interés turístico internacional.

FUENTE: MARCOS LARRAZÁBAL, LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO.