El día después de la debacle de Ciudadanos en Cataluña y de que el PP cosechara el peor resultado de su historia en Cataluña y Vox casi cuadruplicara sus escaños, en Génova se decidieron lanzar dos operaciones: la venta de la sede -de la cual no había sido informado ningún ‘barón’, salvo Isabel Díaz Ayuso, cuyo partido ocupa una de las plantas-, y la idea de refundar el centroderecha, fagocitar a Ciudadanos y crear una suerte de ‘España Suma’ con el regreso de Albert Rivera como principal golpe de efecto.
Personas cercanas al exlíder de Ciudadanos que hablan con él «prácticamente todas las semanas» aseguran a Vozpópuli que el rumor que empieza a circular por los mentideros políticos de la capital no pasa, de momento, de ser un «globo sonda» agitado desde la planta 7 de Génova. «No, no lo veo volviendo a la política ahora, la verdad», insisten esas fuentes que, sin embargo, reconocen que «es verdad que Casado mantiene muy buenas relaciones con Albert y con Inés (Arrimadas), pero no hay nada avanzado en ese sentido» (las supuestas conversaciones con Rivera para fusionar Cs y el PP).
Pablo Casado necesitaba un golpe de efecto para silenciar las críticas internas tras un nuevo bofetón electoral. Lanzó uno públicamente: la venta de la sede de Génova para romper definitivamente con el pasado. Pero al anunciarlo, dejó caer también que buscaría una nueva «para albergar a más gente«, otros proyectos políticos «a lo que nos vamos a dedicar en los próximos meses». «Queremos que vuelvan los que se han marchado, queremos que vengan los que nunca han estado», añadió Casado.
Frenar a Alberto Núñez Feijóo
La idea del regreso de Rivera sirve a Casado para frenar los movimientos que, en las ergástulas del PP, comenzaban a fraguarse. Un miembro de los Gobiernos de Mariano Rajoy crítico con la actual dirección popular reconoce que en Génova volvía a hablarse del salto a Madrid de Alberto Núñez Feijóo como la «única posibilidad de regeneración» del PP. No en vano, insistía este político, Galicia es «la única región donde no tienen representación ni Podemos ni Vox y la única mayoría absoluta» del PP.
«No, no lo veo volviendo a la política ahora, la verdad», insisten fuentes próximas a Rivera que, sin embargo, reconocen que «es verdad que Casado mantiene muy buenas relaciones con Albert y con Inés (Arrimadas), pero no hay nada avanzado»
Sin embargo, fuentes del entorno de Casado avisan que “el tiempo de Feijóo” pasó y que “cuando tuvo todo de cara (primarias de 2018, con el compromiso de Dolores de Cospedal de no presentarse y darle todos sus apoyos frente a Soraya Sáenz de Santamaría) volvió a dar un paso atrás y renunció a dar el salto a Madrid y disputar las primarias». Y ganó Casado «para que no saliera Soraya»…
Y recuerdan que fue Feijóo el que frustró un ‘Galicia Suma’ para las elecciones de 2020, como sí sucedió en el País Vasco, cuando se impusieron a Alfonso Alonso (que acabó yéndose) las listas conjuntas con Cs. ¿Quién fue la principal impulsora de la España Suma? Cayetana Álvarez de Toledo. En el círculo próximo a Casado se entiende que una operación con Rivera como golpe de efecto, por un lado, frenaría el posible asalto de Feijóo a Génova y, por otro, desactivaría las críticas internas de los partidarios de Álvarez de Toledo.
En esa idea le apoya fervientemente Isabel Díaz Ayuso, que ha sido la más explícita a la hora de buscar la refundación. En su discurso telemático en la Ejecutiva, la presidenta madrileña dijo que «lo que hacemos no llega y hay que pensar ideas creativas. Veo muy bien lo de la Convención en otoño, pero hay que buscar las confluencias, sin dejar nuestras siglas«.
Y Ayuso fue aún más allá: «Hay que aspirar a ser la casa común de liberales, demócratas cristianos, conservadores, así como los socialdemócratas preocupados por la deriva separatista».
«Rivera ya trabaja para el PP»
Fuentes del PP madrileño recuerdan que Rivera «ya trabaja para el PP». El hoy presidente ejecutivo del bufete Martínez Echevarría/Rivera está realizando para el PP de Casado en los recursos contra la ley catalana del Alquiler o la ley Celáa, algo que se sabía y era público desde el pasado día 10 y que ayer volvió a ser filtrado por Génova a los medios para vincular de nuevo a Rivera con el partido.
También insisten en, que su mano derecha, exsecretario general en Ciudadanos y hoy vicepresidente ejecutivo de Martínez Echevarría/Rivera, José Manuel Villegas, ha fichado por la Fundación Propósito, el nuevo ‘think tank’ del PP de Casado «donde llegó por su cercanía con Teodoro García Egea, con quien negoció los pactos autonómicos en los Gobiernos de Andalucía, Castilla y León, Madrid y Murcia«.
En Cs, que viene de derrumbarse en Cataluña con una debacle de proporciones aún mayores que las de las generales de noviembre de 2019 que provocaron la dimisión de Rivera, numerosos dirigentes territoriales acarician la posibilidad de un regreso de Rivera. Son aquellos que están viendo cómo se desmorona el proyecto y culpan a Carlos Cuadrado y José María Espejo, los hombres fuertes de Arrimadas, de la deriva actual de apoyo a Sánchez.
Dirigentes de Cs acarician la posibilidad de un regreso de Rivera. Son aquellos -Cantó, Marín, Villacís- que ven cómo se desmorona el proyecto y culpan a Carlos Cuadrado y José María Espejo, los hombres fuertes de Arrimadas, de la deriva actual»
Entre ellos estarían Toni Cantó -que no ha querido encabezar una rebelión contra Arrimadas como le acaba de proponer el sector más cercano a Rivera, Juan Marín o Begoña Villacís-. Todos ellos no quieren culpar definitivamente a Arrimadas y ven en el regreso del antiguo líder y una refundación con el PP -«salvaguardando las siglas de alguna manera», insisten- la única solución para que el proyecto de Cs y de un centro liberal tenga acomodo en la política española.
«La idea es reaccionar y ofrecer un proyecto atractivo capaz de atraer al centro que se queda en casa y a la derecha que se pasa a Vox», dice una fuente de Génova. «Y tenemos cuatro Gobiernos autonómicos de coalición que funcionan para demostrar que es posible». La misma fuente insiste en que la idea «no daría problemas en Andalucía, Murcia o Castilla y León», pero asume que Ignacio Aguado «podría romper» y obligaría a Ayuso a anticiparse con un «adelanto electoral». Por ello, cualquier operación con Rivera debería acercarse lo más posible «hacia 2023» que es cuando deben convocarse las elecciones en Madrid.
Negociaciones discretas sobre siglas
Además, y según entienden las fuentes consultadas en ambas formaciones, una operación de este calado debe llevar mucho tiempo de negociaciones discretas y «no puede presentarse como una reacción a la desesperada» a la debacle de ambas formaciones el 14-F.
Hay dos años sin elecciones por delante para negociar «de manera discreta» muchos flecos como las siglas. Para PP y Cs son «irrenunciables». ¿Partido Popular Ciudadano?»
Las siglas, por ejemplo. En el PP se tiene claro, y así lo han verbalizado desde Feijóo en las elecciones de 2020 hasta Ayuso en la Ejecutiva Nacional de este martes, que las siglas PP son irrenunciables. Algo similar esgrimen los naranjas. Se puede sumar, pero no eliminarlas. ¿Partido Popular Ciudadano? “Hay que buscar las confluencias, sin dejar nuestras siglas”, insiste Ayuso.
Ahora hay dos años sin convocatoria de elecciones a la vista y es el momento para intentar negociar toda una refundación del centro derecha, con una estrategia de país pensada. De momento, nadie ve posible el regreso de Rivera. «No le veo volviendo en el corto plazo», insisten en su entorno. En el medio, ya es otra historia.
FUENTE: VOZPOPULI