FRANCISCO VALERO

 

La crispación política también es pecado de la Asamblea Regional. La sesión matutina de este miércoles ha vivido un momento tenso entre el socialista Diego Conesa y la bancada del PP en la que incluso la vicepresidenta del Gobierno, Isabel Franco, pidió la palabra para dar un tirón de oreja por el tono empleado y afear las palabras del jefe de la oposición. «Lo pone usted muy difícil, señor Conesa«, manifestó Franco.

El pleno comenzó con el debate de la proposición de ley para regular el reconocimiento de las familias monoparentales, una iniciativa propuesta por el PSOE. El lance sucedió al término de las ponencias, antes de comenzar la votación. El líder socialista, que no había intervenido, pidió la palabra para responder a las alusiones de la diputada del PP, Maruja Pelegrín, que minutos antes había comparecido para defender la postura del PP sobre las familias monoparentales. Pelegrín, en su alocución, acusó al alhameño de ir de «víctima» cuando no tiene «voluntad de pacto» y «tiene secuestrado a su grupo parlamentario».

Diego Conesa subió a la tribuna, con el beneplácito del presidente de la Cámara, Alberto Castillo, y afeó a los populares que «no tuvieran voluntad de negociar en el pasado». El diputado se refirió a las fallidas negociaciones de diciembre por el Mar Menor y también mencionó el debate del estado de la Región, lo que levantó los murmuros en la bancada del PP. «La falta de respeto», recriminó Conesa, «es interrumpir». En ese instante Castillo intervenía pidiendo silencio al tiempo que emplazaba al socialista a centrarse en las alusiones de Pelegrín. El secretario general del PSRM continuó con más reproches: «La falta de respeto es gritar mientras uno habla». El dirigente se dirigió no sólo a Pelegrín sino también al presidente de la Comunidad, presente en la Cámara. «La falta de respeto, señor López Miras, es que en un debate del estado de la Región se hable de voluntad para negociar el decreto…». No terminó la frase, el presidente le interrumpió de nuevo: «De eso no se ha hablado hoy, señor Conesa. No ha lugar; coja el reglamento, por favor» .

Una vez terminado Conesa su exposición, fue el portavoz del PP quien pidió intervenir. Segado, de pie desde su escaño y con el libro del reglamento en la mano, se basó en el artículo 93 al que adujo Conesa para defender que el PP «no había puesto ninguna objeción» y regañó a Castillo por no cortar al portavoz socialista. «El presidente», dijo leyendo el reglamento, «tendrá retirar la palabra si la persona aludida abre un debate. Esperemos que esto no se vuelva a repetir. Y le ruego que haya una rectificación en el futuro», afirmó.

La riña parecía zanjada y la Mesa procedió a ordenar la votación de la proposición. Pero no se había dicho todo aún. Concluida la votación, que se saldó con 43 votos a favor, la vicepresidenta del Gobierno, presente en el Patio de los Ayuntamientos al igual que el resto de los consejeros, solicitó expresar su opinión. «El Consejo de Gobierno siempre puede pedir la palabra», autorizó Castillo.

La vicepresidenta lamenta el tono del PSOE

Franco comenzó diciendo: «Lo pone usted muy difícil, señor Conesa«. La consejera de Política Social lamentó el tono empleado por el dirigente socialista. «Mi intención aquí era lograr un punto en el que podamos encontrarnos todos. Afortunadamente no todo el grupo socialista es igual y podemos hablar con algunos de sus compañeros con un tono que no sea el de la crispación». Y añadió: «Hasta su intervención [espetó a Conesa], la mayoría de la Cámara celebrábamos tono que se estaba empleando. El anuncio del señor Ivars del pasado sábado y la actitud de la señora Alarcón [la diputada que defendió la ponencia] demuestran que no todo el mundo está por la crispación». La vicepresidenta remachó argumentado que el debate de hoy «no era el foro para ser crítico», ante un tema tan sensible que afecta a 60.000 familias monoparentales de la Región.