EN ESTE MOMENTO NO PODEMOS ATENDERLE, POR FAVOR, INTÉNTELO MÁS TARDE O DEJE SU MENSAJE
Por lo que veo, el periodo vacacional nos ha sentado muy bien y el personal anda más que sobrado acabado el mes de agosto. No hay más que ver la cuestión de los teléfonos móviles de la pasada sesión del pleno municipal y cómo se nos decía a los mazarroneros de a pie, que es normal que un ayuntamiento se gaste quince mil euros en teléfonos móviles para el personal de confianza y ediles que van a estar al frente de sus cargos durante esta legislatura. Supongo que, como el teléfono móvil es un invento tan reciente, en el consistorio no habrá todavía material que se pueda reutilizar y haya que comprarlos nuevos. A lo que hay que añadir que, claro, para un personal que en sueldos parecen competir con los mismísimos responsables de la Casa Blanca no se les podrá dar un móvil cualquiera. Como mínimo, imagino, habrá que darles el que tiene línea directa con el transbordador espacial, dado el ánimo existente de recuperar la dignidad.
Sin embargo, y siento traerles malas noticias a sus señorías, creo que a la vista de los vecinos de Mazarrón no está el aprobar un hecho como este. Si se trata de dignidad, dudo mucho que de esta forma se alcance, porque hablamos de que un grupo de, ¿cuántas personas?, ¿15?, ¿20?, que han estrenado móvil a una media de ¿600 euros?, ¿800?, para llevar a cabo una responsabilidad que, además, se nos ha dicho por activa y por pasiva que se puede palpar y es a todas luces visible. Pues bien, yo creo que el mazarronero de a pie, que es el que paga todos esos móviles de su bolsillo (por si no lo sabíamos) está encantado de saber en qué se invierten sus dineros y qué hacen sus señorías con sus impuestos. Y si ustedes me van a decir que uno es más digno por llevar en el bolsillo un móvil de última generación, creo que este municipio tiene verdaderos problemas.
Lo que más me sorprende es el halo de normalidad con el que se pretende revestir todo este asunto. Todo el mundo sabe que es en los detalles donde se ven las cosas, pues bien, ¿cómo es posible que se acepte algo así con tanta facilidad?. Y lo más gracioso del tema es que se pretenda justificar lo injustificable haciendo llamadas a «es que ustedes también lo hacían así». A ver si lo entendemos, porque haya gente que robe bancos, eso no quiere decir que sea normal, y si uno va a robar un banco está cometiendo un delito, ¿no?. Lo que quiere decir que está fuera de la ley y es un criminal. Por el hecho de que se roben muchos bancos no vamos a aceptar que eso esté bien, ¿no?. Pues por lo visto, es comúnmente aceptado el hecho de que cada vez que cambia el equipo de gobierno en Mazarrón haya que gastar unos cuantos miles de euros del erario público en comprar teléfonos nuevos. Y eso es normal, claro que sí, «y como antes lo hiciste tú, pues ahora lo hago yo», y no pasa nada, porque no hay nadie que diga que las cosas no son así, por mucho que me las quieran vender o me quieran convencer de lo contrario.
Supongo que estos nuevos teléfonos móviles irán con cargo a los doce millones de euros de superávit que las arcas municipales tenían hace un mes. Ahora ya no estoy tan seguro, recuerdo que en su momento dije que para dentro de cuatro años a ver cómo nos las encontramos, pero estoy por adelantar esa fecha y, con suerte, recemos para que en Navidad no hayamos entrado en banca rota, porque a este paso…
Pero lo que más me molesta es el aire de superioridad y autosuficiencia, ese desprecio al resto. Nos pensamos que estamos en eso, en la Casa Blanca, dándole órdenes al mismo presidente de los Estados Unidos cuando sólo somos un edil de un pueblo de treinta mil habitantes, por mucho que cobremos más que la alcaldesa de Barcelona. Y punto. No hay más que rascar. Y el que no lo vea, lo que tiene es un problema importante con eso.
La dignidad, el respeto y los valores que se nos quieran vender, hay que ganárselos y eso no se hace en quince días de gobierno municipal, ni en cuatro años, ni en cuatro legislaturas. Uno ha de trabajar, hacer las cosas bien, como Dios manda (aunque en estos tiempos esté tan mal visto poner a Dios por el medio de nada) y pasado el tiempo, entonces la historia nos pondrá a cada uno en nuestro lugar. Anticipar todo esto no es sino el más burdo ejercicio de arrogancia y la más baja muestra de autoestima en la que soy capaz de pensar. Amigo lector, no se engañe, me da la sensación de que simplemente se trata de suplir con dinero ajeno y objetos materiales carencias personales que vaya usted a saber, pero que nulo interés hay que tener por conocerlas. Lo peor de todo es que, a través de las acciones, acabaremos viéndolas, permanezcan atentos a declaraciones y ruedas de prensa. Lo bueno viene ahora.
AL CONCEJAL DE CUENCA…
No hables tanto, solo actúa…No digas, solo demuestra…No prometas, solo hazlo…»Te define más lo que haces, que lo que dices…Así que no hables tanto y actúa más».
Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, para que ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.