Pedro Sánchez quería reconocer ya a Juan Guaidó como presidente interino, pero la Unión Europea no estaba por la labor. Así lo aseguró el presidente del Gobierno este sábado por la mañana, cuando convocó por sorpresa a los medios para una declaración en la que dio un ultimátum a Nicolás Maduro: o decide convocar elecciones en el plazo de ocho días o España reconocerá a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como nuevo jefe de un Ejecutivo interino que sí organice esos comicios.

Con esa advertencia, Sánchez se ha quedado a medio camino entre la postura oficial de la UE, mucho más blanda y sin plazo, y el reconocimiento de Guaidó que según él lleva días defendiendo en los pasillos de Bruselas. No reconoce a Guaidó pero promete hacerlo. Deslegitima a Maduro como presidente pero le da una salida al permitirle organizar unas nuevas elecciones.

Elecciones con garantías

El Gobierno se concentra en reclamar elecciones con garantías, las convoque quien las convoque. «Quiero decirlo claramente: no buscamos poner o quitar gobiernos en Venezuela, queremos democracia y elecciones libres», resumió Sánchez.

El ultimátum expresado por Sánchez fue coordinado con Francia y Alemania, que minutos después se expresaron en público en términos parecidos, asegurando que están dispuestos a reconocer a Guaidó. También Reino Unido, Holanda y Portugal pusieron fecha de caducidad a la situación. Pero en la UE hay 28 países y no todos están con los ya citados, por más que algunos sean de los más grandes e influyentes.

A primera hora de la tarde del sábado llegaba la posición oficial de la UE en forma de declaración de la Alta Representante para la Política Exterior, Federica Mogherini. Su tono es mucho más duro que el de la última, el miércoles a altas horas de la noche, pero mucho más blando que el ultimátum de España, Francia, Alemania y Reino Unido.

La resolución europea no da un plazo concreto a Maduro para convocar elecciones (se limita a acotarlo a «los próximos días») y no cita el nombre de Guaidó sino que se limita a invocar el «reconocimiento del liderazgo del país en línea con el artículo 233 de la Constitución venezolana», que es el que reivindica el líder opositor para erigirse en presidente del país.

Pero no hay que olvidar que, en este caso, el nombre de Guaidó importa. No es un opositor más sino que es el primero reconocido como presidente por importantes potencias internacionales. También es el primero que, tras mucho tiempo, ha sabido aglutinar a la oposición política y congregar el entusiasmo en las calles. Su vida, por otra parte, corre peligro. Así lo asume la UE cuando advierte a Maduro de que debe «respetar la seguridad de los miembros de la Asamblea Nacional».

«Ha costado» frente a Italia, Grecia y Austria

Y, pese a todo, España ha sudado la gota gorda para lograr que la UE se sumase al ultimátum y amenazase a Maduro con reconocer a Guaidó, aunque fuese de forma velada y sin plazo. «Ha costado», explicaban fuentes españolasimplicadas en la negociación.

Sánchez ya tiene una posición que va más allá de la de la Unión Europea en su dureza. Pero haberse desmarcado también demuestra que no ha sido capaz de convencer a sus socios ni siquiera contando con el apoyo de Francia, Alemania y Reino Unido.

¿Quienes se oponen a reconocer a Guaidó o a ser contundentes en las advertencias? Fundamentalmente tres países: Grecia, con un Gobierno de Syriza, partido cercano a Maduro, Austria e Italia, partidarios de limitar la intervención al máximo. «En este momento es de fundamental importancia tratar de evitar que Venezuela, a través de la imposición de países extranjeros, pueda convertirse en un campo de confrontación y división entre actores globales», dijo Giuseppe Conte, primer ministro.

En Moncloa disculpan las disonancias en la UE enmarcándolas en «tradiciones diplomáticas» distintas, no en cuestiones de fondo. Este jueves se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores. Es ahí donde España espera obtener una respuesta más firme de sus aliados europeos.

Sanchez se justifica

Este sábado, Sánchez se justificó ante los que le acusan de tibio o, incluso, de aliado de Maduro. Son legión, especialmente en España, donde PP, Ciudadanos y los expresidentes José María Aznar y Felipe González han criticado duramente los pasos de España hasta ahora. Ahora, son los críticos de Sánchez los que no están en sintonía con la posición europea, que el jefe del Ejecutivo español superó con un ultimátum más contundente.

«A lo largo de estos dos días y medio, tres días, he trabajado activamente en la Unión Europea para alcanzar una posición común en busca del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela», dijo Sánchez en Moncloa.

Sin embargo, no hay pronunciamientos previos, especialmente antes del viernes, en ese sentido. ¿Cautela para dar tiempo a la negociación europea o endurecimiento paulatino de la posición española como respuesta a las múltiples presiones recibidas? De los movimientos de España no queda claro si las constantes alusiones a la posición de la UE, que fueron la justificación para no pronunciarse antes con claridad, fueron en realidad una excusa.

¿Y si reconocen a Guaidó y no pasa nada?

Se trata de una pregunta sin aún respuesta. Como otras más importantes. Este viernes, Maduro se burló de Sánchez y sus amenazas, ya esbozadas por el ministro de Exteriores, Josep Borrell. ¿Qué pasará si la UE reconoce a Guaidó y eso no tiene ningún impacto en la situación interna en Venezuela?

«Que la UE se posicione es también un golpe muy duro para Maduro. Esto no le debe alegrar«, dicen desde el entorno del presidente. En cualquier caso, Sánchez espera que el reconocimiento sirva para blindar a Guaidó y lo libre de ser detenido o asesinado. «De esta manera protegemos a la oposición y la figura de Guaidó», explican en Moncloa.

¿Se atreverá Maduro a meterlo en la cárcel si en los próximos días consigue consolidar el apoyo del Ejército y sigue controlando los resortes del poder? «Maduro lo tiene muy complicado», concluye el entorno del presidente.

 
 

FUENTE: ELESPAÑOL