Pablo Casado llegará hoy viernes a su primera Convención Nacional con el viento (del sur) a favor. Por la mañana acompañará a Juan Manuel Morenoen su toma de posesión como presidente de la Junta de Andalucía, y por la tarde acudirá al foro en el que los populares quieren lanzar un mensaje de unidad y también de poderío. «El PP es un bloque sólido unido en torno a un líder, en contraste con otras formaciones como Podemos», subrayó el secretario general,Teodoro García Egea.

La dirección nacional del PP está convencida de que no hay oposición interna, al menos digna de llamarse así, que pueda hacer algo de sombra a Casado, al que todo parece salirle bien desde que fue elegido presidente del PP. Incluso tendrá su foto, que se verá como reconciliación por ausencia de crítica, con su gran adversaria en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ayer dio la sorpresa al anunciar su presencia en esta primera jornada de la Convención.

Los populares también cuentan con la presencia de María Dolores de Cospedal. La exsecretaria general del PP ha confirmado su asistencia, según fuentes de Génova.

Génova espera que a lo largo del fin de semana pasen unas siete mil personas por el pabellón 1 de Ifema, en Madrid, donde se celebrará este foro de debate de ideas. Tomarán la palabra 110 independientes, candidatos y dirigentes, actuales o históricos, del partido.

El líder del PP ha enviado esta semana una carta a todos los afiliados, a los que recuerda que la Convención coincide con el 30 aniversario de la refundación del PP, pero también con «un momento de fragmentación» de su espacio electoral. Es el momento, defiende, de reivindicar la hegemonía del PP en el centro derecha. «Queremos agitar el partido y aglutinar a todos los votantes a la derecha del PSOE. Queremos que vuelvan todos los que una vez votaron al PP. Este será el reencuentro del Partido Popular», subrayaron fuentes próximas al líder de los populares. En ese escenario realista de fragmentación, Casado pedirá a sus candidatos que busquen alianzas «positivas», y rechacen políticas «abruptas y panfletarias».

En el «reencuentro» del PP estarán los expresidentes Antonio Hernández Mancha, José María Aznar y Mariano Rajoy, aunque estos dos últimos han tenido mucho cuidado para intervenir en días distintos, uno el viernes y otro el sábado, como ya informó ABC. Y se recordará, de forma especial, al presidente fundador, Manuel Fraga.

«Nos hemos modernizado»

Todo está pensado para que el PP muestre una cara renovada. «Nos hemos modernizado en la forma, y sobre todo en el fondo», aseguran los populares. Se hablará de la unidad de España, de la Constitución, del futuro de Cataluña, de las víctimas del terrorismo, de la violencia contra las mujeres, de los derechos humanos, del medio ambiente… De forma significativa, esta vez no se ha organizado una mesa específica sobre la lucha contra la corrupción. Es una página que este PP de Casado ha pasado ya, da por superada esa etapa negra del partido, y los debates internos ahora son muy diferentes. Su obsesión ahora es remarcar su espacio político en el centro derecha y sus principios «de siempre», y volver a recuperar la confianza perdida de millones de votantes, que se fueron a Ciudadanos, a Vox o directamente a la abstención.

En Génova hay un clima de optimismo, incrementado tras la «carambola» en Andalucía. Pero no pueden evitar que la sombra de Vox esté presente en esta Convención. Los populares esperan que la política de alianzas no protagonice el debate «alternativo» en los pasillos de Ifema, mientras en el plenario se desarrolla el «oficial». Fuentes de Génova expresaron ayer su confianza en que los candidatos autonómicos y municipales, y los presidentes regionales, se limiten a hablar de su programa «ganador» sin mirar a lo lados, es decir sin mirar con fijeza a Vox. «Los candidatos autonómicos vienen con la moral muy alta. Estamos corriendo en nuestra calle y no nos importa quién corra a los lados», aseguran en Génova.

En la misiva que envió a los militantes, Casado sí habla de la «búsqueda de consensos» que será inevitable tras las próximas elecciones. Advierte, primero, de que cualquier diálogo debe partir de una condición previa «irrenunciable»: el respeto a la ley. A partir de ahí, defiende alianzas «positivas y constructivas», y no aquellas coaliciones de electores «vinculados por rechazos, fobias y desafectos previamente espoleados». Se refiere, claramente, a la alianza «negativa» que llevó a Sánchez a La Moncloa.

 

 

FUENTE: ABC