La Administración Trump ha necesitado menos de dos años para explotar. Dos tramas judiciales entrelazadas han asestado un duro golpe a una presidencia que ya se tambaleaba. El antiguo abogado personal del magnate, Michael Cohen, el “perro de presa” del clan Trump, ha confesado ocho delitos -uno de ellos cometido por orden directa del propio presidente-, incluidos dos de violación de las leyes federales de financiación de campañas. Mientras, Paul Manafort, asesor ‘estrella’ del presidente durante la campaña de las presidenciales de 2016, ha sido condenado por ocho delitos de fraude.
Las principales cabeceras estadounidenses hablan del “principio del fin” para el presidente Trump. También para las esperanzas del Partido Republicano en las elecciones de noviembre (‘midterm elections‘) o para la nominación para la Corte Suprema del juez conservador Brett Kavanaugh, figura clave en las investigaciones contra Bill Clinton. Los enemigos de Trump parecen pecar de optimistas. Estos son los puntos clave del escándalo que sacude los cimientos de Washington.
El “perro de presa” del clan Trump
Ante la presión del FBI, el controvertido abogado que se declaró dispuesto a “recibir una bala por Trump” ha acabado confesando. Ayer, Michael Cohen formalizó un acuerdo con la justicia para declararse culpable de delitos de fraude y violación de finanzas de campaña electoral. La auténtica bomba es que Trump le ordenó pagar a la modelo de Playboy Karen McDougal y a la actriz porno Stormy Daniels para que no revelasen sus relaciones extramatrimoniales con el entonces candidato a la Casa Blanca, según ha declarado Cohen bajo juramento.
La confesión del hombre que se ganó el apodo de “el pitbull de Trump” -“si le haces algo malo iré a por ti, te cogeré del cuello y no te dejaré ir”, dijo en la cadena ‘ABC’- significa, esencialmente, que el presidente se ha convertido en inductor de un delito.
“El presidente de EEUU ha estado implicado en la comisión de un delito fiscal. Hay muchas posibilidades de que el 21 de agosto de 2018 se conozca para siempre como el comienzo del fin de la presidencia de Trump”, sostiene el periodista Michael A. Cohen en el ‘Boston Globe’.
“El veredicto en el juicio de Manafort no es tan preocupante como el acuerdo de Cohen (con la justicia) y la declaración del abogado. Probablemente sea lo peor hasta el momento en toda esta etapa de investigación de la presidencia”, añade Michael Caputo, exasesor de Trump, en ‘Politico’.
La grabación explosiva
La CNN divulgó el 25 de julio una grabación en la que el presidente y Michael Cohen discuten cómo silenciar a la modelo de ‘Playboy’ Karen McDougal, que amenazaba con revelar la relación que mantuvo con Trump en el diario sensacionalista ‘National Enquirer’. El FBI descubrió esta grabación, realizada en septiembre de 2016 -dos meses antes de las elecciones presidenciales-, en la oficina del propio Cohen.
El entorno del magnate ha reconocido los pagos para comprar el silencio de McDougal y Daniels. Ayer, Cohen declaró ante el juez que los pagos se hicieron “en coordinación y bajo la dirección de un candidato a la oficina federal”, es decir, el propio Trump. Su actual abogado, Rudolph Giulani, admitió hace meses que el presidente había reembolsado a Cohen los 130.000 dólares que éste pagó a la actriz Stormy Daniels.
Entonces, ¿habrá ‘impeachment’?
Por ahora no. El ‘impeachment’ (destitución del cargo sin posibilidad de apelación) es una decisión política, no para revertir el resultado de unas elecciones o reventar las decisiones de un presidente, sino sobre delitos de abuso de poder.
“El delito fiscal no es una ofensa que entre en esta definición. Proceder con un juicio político es una decisión que corresponde al Congreso y en las dos ocasiones en las que se ha producido (contra Andrew Johnson en 1868 y contra Bill Clinton en 1998) el presidente ha sido absuelto”, explica a El Confidencial Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontifica Comillas, quien considera “precipitado” hablar del fin de la presidencia.
Trump: Cohen «se inventa historias»
La clave son las cruciales elecciones de noviembre, porque todos analizan el escándalo con el calendario electoral en la mano. Ayer, en Virginia Occidental –la ‘tierra prometida’ (electoralmente hablando) del presidente-, Trump evitó hacer referencia a Manafort durante un mitin de campaña. Hoy, el presidente ha separado el caso de Cohen del de su exresponsable de campaña, a quien considera víctima de una «caza de brujas». «Al contrario que Michael Cohen, él (Manafort) rechazó inventarse historias para llegar a un acuerdo (con la justicia). Todos mis respetos para este hombre valiente», ha señalado en su cuenta de Twitter.
El presidente también ha ironizado sobre su exabogado asegurando que no recomendaría sus servicios. «¡Si alguien está buscando a un buen abogado, sugeriría con contundencia que no contratase los servicios de Michael Cohen!», ha escrito.
¿Cómo afecta a las elecciones de noviembre?
El escándalo supone un terrible golpe para el Partido Republicano cuando faltan poco más de dos meses para las elecciones de mitad de mandato(‘midterm elections’) de noviembre, en las que se renuevan toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Una victoria demócrata en el Congreso -que posee la autoridad constitucional para iniciar el procedimiento del ‘impeachment’- podría alentarles.
“A partir de noviembre pueden cambiar las cosas. Un montón de indicios apuntan a que los demócratas tienen bastante ventaja, sobre todo en la Cámara de Representantes, donde ganarían 70 escaños según las encuestas más optimistas. Tradicionalmente el partido que ocupa la Casa Blanca pierde escaños. Pero Trump es impredecible y su respaldo electoral resulta muy difícil de medir”, explica Pedro Rodríguez.
Para colmo de males, el ‘caso Omarosa’ sigue su curso. Las filtraciones de la exasesora afroamericana de Trump -Omarosa Manigault Newman- alimentan el debate sobre el supuesto racismo y los problemas mentales del presidente. Se ha comprometido a publicar “material explosivo” con el que hacer campaña contra el Partido Republicano en las semanas previas a las elecciones de noviembre.
FUENTE: ELCONFIDENCIAL