Los socialistas serían primera fuerza con el 26,3% de los votos, un punto por encima de los populares. Al estar igualados en diputados, deberán elegir entre pactar con Cs –con quienes rozan la mayoría absoluta– o con Podemos y los nacionalistas

 

La moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al poder no solo ha logrado voltear el tablero político en España sino que, como consecuencia de esta revolución, las expectativas electorales de unos y otros también se han visto trastocadas. El escenario de las urnas no parece inminente si nos atenemos a la aspiración de Sánchez de agotar la legislatura –tal como él mismo explicitó hace dos semanas–, a pesar de que las perspectivas de los socialistas se han acrecentado en los últimos días, impulsadas por el «efecto Moncloa». En virtud de la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, si hoy se celebrasen elecciones, el PSOE sería la fuerza más votada con el 26,3% de los votos y entre 103 y 105 diputados. De este modo, Sánchez revalidaría de mano directa de los ciudadanos el poder que consiguió a través de una herramienta parlamentaria. No obstante, los socialistas no ganarían de forma lo suficientemente holgada como para asegurarse la gobernabilidad. Apenas logran un empate técnico con el PP en escaños (102-104 diputados y 25,2% de votos), lo que les obligaría a tejer alianzas para superar la investidura. En concreto, Sánchez se vería de nuevo ante la tesitura de apoyarse en Ciudadanos (20,6% y 67-70 escaños), con quienes arañarían la mayoría absoluta en su horquilla más alta de diputados, o volver a depender de Unidos Podemos (16,2% y 49-52 parlamentarios) y los partidos de corte nacionalista y soberanista.

El poder le ha sentado bien a Sánchez. En este mes en La Moncloa, el PSOE ha subido 1,4 puntos –entre siete y seis diputados– y ha contenido el avance del resto de rivales políticos, que registran ligeros retrocesos. Un crecimiento más acusado –del 2,7%– si lo comparamos con la misma encuesta de mayo, antes de presentar la moción de censura. Hoy votarían socialista 512.154 españoles más que el pasado 26-J, lo que se traduce en un 3,7% de porcentaje de voto extra y un grupo parlamentario de entre 18 y 20 diputados más que el que obtuvieron en 2016. El hecho de que Sánchez esté a punto de superar la barrera psicológica de los seis millones de votantes se fundamenta en que es la primera opción política para los votantes de entre 30 y 44 años (15,4%) y entre 45 y 64 (16%), además de ser la segunda preferencia para los mayores de 65 (21,1%).

 

Empate a escaños entre PSOE y PP

 

El PP cede por primera vez la primera plaza. La crisis desatada con la marcha de Mariano Rajoy y la falta de liderazgo, aún por concretar en el congreso, pasa factura a los populares que encadenan 15 meses consecutivos en caída. En la última encuesta, con las primarias del partido en marcha y cuando ya se han desvelado los candidatos, pierden tres décimas, esto es, entre tres y cuatro diputados. Si hoy hubiera elecciones, el PP obtendría el 25,2% de los apoyos, 2,2 millones de votos menos que el 26-J. En estos dos años, los populares se han dejado entre 33 y 35 diputados y un 7,8% del voto. A pesar del descalabro, la posición de fuerza que el PP ha mantenido hasta ahora le permite seguir en la carrera por la primera plaza. Con entre 102 y 104 diputados, prácticamente empata con los socialistas lo que le habilitaría a arrebatarles el poder con pactos en el Congreso. En concreto, por bloques ideológicos, el del centro derecha (PP y Cs) suma un 45,8%, mientras que el de izquierdas (PSOE y Unidos Podemos) se sitúa por debajo, con el 42,5%. El sostenimiento de los populares se basa en que siguen siendo la primera opción en el sector generacional que decide elecciones: los mayores de 65 años (27,2%).

Ciudadanos se mantiene como tercera fuerza y aunque el impulso de Sánchez ha conseguido frenar su auge en las encuestas sigue con un porcentaje de voto (20,6%) decisivo para configurarse como el socio de gobierno preferente para quien gane las elecciones. El «shock» de los naranjas tras el triunfo de la moción de censura se traduce en que en este mes pierden cuatro décimas, esto es, dos diputados. Sin embargo, el saldo para los de Albert Rivera sigue siendo muy positivo si lo comparamos con el 26-J, ya que en este tiempo han ganado 1,5 millones de votos y entre 35 y 38 escaños, por lo que hoy tendrían un grupo parlamentario de entre 67 y 70 que, aliados con el PSOE, les otorgaría la mayoría absoluta.

Por su parte, Unidos Podemos no logra remontar. Los de Pablo Iglesias habían mejorado sus perspectivas tras el triunfo de la moción de censura, ante la expectativa de convertirse en aliado prioritario del PSOE, pero este mes en el poder de Sánchez les hace retroceder cinco décimas y un escaño. Con el 16,2% y entre 49 y 52 escaños, los morados lastran el bloque de izquierdas y hacen que no sumen los votos suficientes como para ser autónomos para formar gobierno. Desde 2016 han perdido 1,4 millones de votos y hasta 22 diputados, aunque siguen como primera opción para los más jóvenes (15,9%). Si Sánchez optase de nuevo por esta vía para seguir en el poder, dependería de ERC –que suma entre uno y dos diputados–, del PDeCAT –que cede entre dos y tres– y del PNV, al que el cambio de criterio entre Presupuestos y moción de censura no les beneficia y también pierde un diputado.

 

 

FUENTE: LARAZON