«Si una democracia no puede cambiar de opinión, es que ha dejado de ser una democracia»…

La frase acuñada en su día por el actual ministro del Brexit, David Davis, ha servido de insospechada inspiración a la campaña People’s Vote, donde por primera vez se dan la mano diputados laboristas, conservadores, liberal-demócratas y verdes para reclamar un segundo referéndum de la UE.

La caravana de «El Voto del Pueblo» recorrió el domingo varios puntos de Londres y culminó con un acto multitudinario ante más de mil seguidores de todos los partidos en Camden. La conservadora Anna Soubry, partidaria de la permanencia, fue la encargada de abrir fuego con un duro alegato contra «el Brexit extremo» auspiciado por su correligionaria Theresa May.

«Las promesas de la campaña para la salida de la UE han caído en saco roto», advirtió Soubry. «Nuestra economía ha empezado ya a resentirse ante la inminencia del Brexit y nuestro Gobierno ha perseguido una opción que hará del Reino Unido un país menos próspero. Los británicos tienen el derecho a poder votar si es ése el futuro que quieren al final del proceso».

Le tomó la palabra el laborista Chuka Umunna, en confrontación cada vez más abierta con el líder de su partido, Jeremy Corbyn, por cuenta del Brexit. «El laborismo ha de ir más allá de la adulación a una persona y ser fiel a sus principios», declaró Umunna, que representa a una de las zonas más proeuropeas y desfavorecidas de Londres (Lambeth). «La gente está cansada de todas las energías que consume el Brexit, cuando lo que quieren son soluciones a problemas reales, como el coste de la vida, el acceso a la vivienda o la crisis de la sanidad pública».

El 65% de los votantes laboristas reclama de hecho a estas alturas un segundo referéndum, algo de lo que no quiere oír ni hablar Corbyn. El 52% de los británicos respalda una nueva consulta, frente al 31% que se opone, según un sondeo de Opinium coincidiendo con el lanzamiento de People’s Vote.

«Los partidarios del Brexit llevan casi dos años restregándonos el resultado del referéndum como si fuera un partido de fútbol», se lamenta Judith Palmer, integrada en el grupo Islington in Europe. «No dejan de decirnos: nosotros ganamos, vosotros perdistéis, tenéis que aceptarlo… Mucha gente se ha dejado intimidar y piensa que no hay nada que hacer. Pero otros reclamamos un nuevo voto porque es ahora cuando tenemos la suficiente información«.

«El pueblo, y no los políticos, debe tener la última palabra sobre el acuerdo final del Brexit», proclamó en el acto de Camden la diputada liberal-demócrata Layla Moran, una de las voces emergentes del frente anti-Brexit. «Este proceso arrancó con un voto democrático y tiene que acabar de la misma manera. Un segundo referéndum de la UE no es una manera de sabotear la democracia, sino de reforzarla».

«Estamos ante una decisión que va a afectar al futuro del país durante décadas«, advirtió la diputada del Partido Verde Caroline Lucas, que destacó cómo la evolución demográfica del país es inevitablemente anti-Brexit. «Los jóvenes están empezando a descubrir cómo les afectará la salida de la UE y deberían tener la oportunidad de pronunciarse sobre el acuerdo final».

Bajo el hashtag #Peoplesvote, la nueva campaña ha iniciado su andadura en las redes, con la idea de tender puentes entre los partidos y lograr el apoyo de suficientes diputados en Wesminster como para forzar la convocatoria de un segundo referéndum antes de 29 de marzo del 2019, cuando está previsto que se consume el Brexit.

FUENTE: CARLOS FRESNEDO, EL MUNDO