Mariano Rajoy tenía prisa el viernes en el Consejo de Ministros porque viajaba a Canarias, pero quiso dedicar unas palabras cariñosas a su ministro de Economía saliente en los últimos seis años, Luis de Guindos. A puerta cerrada, Rajoy rememoró los duros tiempos de riesgo de rescate -lo hubo bancario, pero no total- y elogió el papel de Guindos en la superación de la crisis.

El gallego prepara como uno de los argumentos del inminente debate parlamentario sobre pensiones que haber evitado aquel rescate ha salvado a los pensionistas españoles de recortes como el de Alexis Tsipras. El griego prometió en las elecciones de 2015 una paga extra adicional a los jubilados y les ha sometido finalmente a recortes de hasta el 40% y sofocado sus manifestaciones.

La realidad de las pensiones griegas y el desesperado intento británico por mantener un acuerdo comercial protector con la UE por la derecha son dos ejemplos de izquierdas y derechas de dónde conduce tragarse las mentiras del populismo.

Rajoy está dispuesto a renegociar para el futuro el Indice de Revalorización de las Pensiones (IRP) y hacer algún esfuerzo en pensiones mínimas o de viudedad, pero tiene una línea roja. «El PP está dispuesto a hablar de cambiar el IRP, pero nunca vincular de forma directa las subidas al IPC», asegura a este diario el portavoz del área, Gerardo Camps.

Éste declina precisar si el cambio superaría el 0,25% y fuentes parlamentarias de la Comisión del Pacto de Toledo aseguran que el PP no ha dado más precisiones. Se trabaja con sigilo y desconfianza, pero los datos son elocuentes, como muestra uno de los cálculos que ha entregado confidencialmente a esta instancia el director general de la Seguridad Social del Ministerio de Empleo, Miguel Ángel García. Ligar las subidas de las pensiones a la inflación manteniendo el sistema vigente y un crecimiento económico y de empleo similar al actual implicaría subidas de impuestos equivalentes a un 20% más del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) ya a partir de la próxima legislatura. Así aflora en uno de los documentos a los que ha tenido acceso EL MUNDO.

Actualmente el gasto en pensiones equivale al 11,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y pasaría a acercarse al 13% en cinco años. «Aunque las fórmulas de generar ingresos son múltiples, como referencia del esfuerzo necesario, cada punto del PIB implica una transferencia de renta de 640 euros por trabajador ocupado», señala el documento oficial. El pago medio actual de IRPF de los 19 millones de trabajadores supera los 3.000 euros, por lo que abonar a Hacienda 640 euros más supone el citado 20% de subida.

Y eso a medio plazo, pero a largo, la recaudación anual adicional necesaria no será de un punto más del PIB, sino disparada. «De cumplirse las hipótesis utilizadas, con ese crecimiento de la economía [de entre el 2,8% y el 3% anual], el gasto en pensiones se incrementaría en 7,2 puntos adicionales del PIB en 2050, siendo necesario aumentar los ingresos en 8,8 puntos del PIB respecto a la situación actual para equilibrar el sistema de pensiones». La recaudación en 2050 deberá ser «107.145 millones de euros constantes» cada año superior a la actual para sostener.

Se lanza así el gran debate del momento: ¿están dispuestos los trabajadores españoles en activo a pagar más impuestos para revalorizar las pensiones de los que se jubilan? El impuesto a la banca que propone el PSOE (1.000 millones) u otro de grandes fortunas son solo pellizcos.

No se puede decir que el citado director general en el Ministerio de Fátima Báñez sea un doberman del PP. Fue economista en Comisiones Obreras durante 25 años y está considerado un experto. Díaz no da opiniones, responde con datos a lo que le preguntan a puerta cerrada los parlamentarios y una de sus aportaciones es el cuadro reproducido adjunto que muestra el colosal esfuerzo que tiene que realizar la sociedad española por su envejecimiento y baja natalidad. Como ya publicó este diario, para subir siempre la pensión en función de la inflación (el 1,8% que se compromete a sujetar también De Guindos desde su nuevo cargo en el Banco Central Europeo) la economía debería batir un récord de crecimiento. Nada menos que un 4,2% nominal anual durante 32 años seguidos, lo cual no ha sido posible en un tiempo tan prolongado en las últimas décadas. Y menos aún con la actual inestabilidad, aunque Rajoy dio buenas noticias a sus ministros y apostó que podrá estirar la legislatura. «El presidente cada vez está más convencido de que sacará adelante los Presupuestos el mes que viene», señalan en el Ejecutivo.

Argumentan que el esperpento de Carles Puigdemont y las fuerzas independentistas hacen cada vez más difícil que les brinde apoyo el líder del PNV, Iñigo Urkullu, y se resista a apoyar los Presupuestos tras embolsarse el Cupo.

El preacuerdo de equiparación salarial de Policía y Guardia Civil dificulta también a Albert Rivera no apoyar los Presupuestos de 2018. Serán los últimos de la Legislatura, pero suficientes para estirarla dos años al menos. Rajoy no tiene prisa en jubilarse ni con la pensión máxima.

 

 

 

 

 

 

FUENTE: ELMUNDO